Monday, September 17, 2007

Calmando a las fieras
En High Fidelity, John Cusack se pregunta “Did I listen to pop music because I was miserable, or was I miserable because I listened to pop music?”, bueno, yo podría decir exactamente lo mismo suplantando el sustantivo “pop music” por “punk music”. Una vez había leído en una página que la escucha del metal dependía mucho de cómo habían sido resueltos los conflictos en la adolescencia, como había sido tramitado esa especie de deseo de reivindicación apelando a una ultra masculinidad que permitiera hacer caer a nuestros detractores (o como muchas veces pasa, quienes queremos creer que son nuestros detractores). Yo creo que con el punk no hay mucha diferencia, aunque quizás se suplantaría esa virilidad enmascarada por un anhelo de destrucción más incorpóreo, un espíritu de destrucción en el cual no necesariamente hay un decapitador blandiendo un hacha o la espada excalibur, sino más bien un pibe encerrado, esperando ver a la gente en la calle corriendo prendida fuego. Por supuesto, esto hablando de la veta violenta del punk, no estamos hablando de Rock and Roll Highschool ni Rock the Casbah.
La cosa es que uno a sus veintiún años hace cierto repaso de su vida (sobre todo alguien que tiene un sentido bastante trágico de la existencia) y uno analiza cuánto han cambiado las cosas desde los primeros años de adolescencia hasta ahora. Haciendo un recorrido por mi discoteca, entre muchas cosas de las que me siento un poco avergonzado (que por supuesto no mencionaré), encuentro a músicos romanticones como Matchbox Twenty, Al Green y hasta Barry White, gordo que lo sigo defendiendo a muerte más allá de todo lo que me digan. Lo que me viene en particular, son recuerdos de en qué circunstancias escuchaba esa música… Solía encerrarme en mi cuarto, cerrar las persianas y escuchar los discos en completa oscuridad, mientras el sentido de la canción se develaba a medida que mis pupilas distinguían formas entre la negrura de la habitación. Sigo teniendo un casete que se llama “Música para escuchar de noche”, que lo escuchaba en mi walkman (por si se olvidaron del artefacto, acá les dejo una foto) incluso dentro de casa (no tenía aparato con casetera, y en aquella época hacer un compilado en cd era más complicado que sacar la ciudadanía española). Solía reservarme mis espacios, construir el escenario para escuchar esta música. Casi todos los viernes, cuando mis padres se iban a dormir, me dirigía al living, apagaba las luces y miraba desde el séptimo piso al Montevideo que yo creía dormido (mucho antes de descubrir todas las variantes que ofrecía la noche), escuchando Never, never gonna give you up, Fake plastic trees o It ain’t over ‘til it’s over. También caminaba por la playa, y podía tener una buena capacidad predictiva de cuándo era el plenilunio o el cuarto menguante. Con el tiempo la luna dejó de tener fases, el walkman se suplantó por un Ipod con una capacidad babilónica de almacenamiento y con él mis caminatas nocturnas en la playa Pocitos se fueron tiñendo del oscuro miedo a que me robaran. Haciendo este repaso, en cierto modo, lo que he avanzado en conocimientos lo he perdido en profundidad, por más que ahora que repase ciertos momentos todo resulte medio emo, melodramático y hasta cursi. Porque sí, en un repaso, ciertas formas de actuar pueden parecer ridículas, pero en aquel momento era algo completamente real y sentido, y analizar despectivamente este período es como querer apostar a las carreras del domingo con el diario del lunes. Había como una intención de encontrar cierta armonía con el mundo y conmigo mismo (ya sea por estos paseos admirando el entorno o los mismos largos soliloquios que mantenía en mi cabeza durante dichos paseos), algo que se fui dejando de lado con el tiempo por llegar a la conclusión de que tal conexión era ficcional.
Retomando con el tema del punk, creo que el golpe de gracia a aquel universo sentimental del que nunca había salido del todo, ocurrió en México, en esa especie de vacaciones-exilio en Guadalajara, que me hicieron tomar mis padres cuando tenía veinte años. A mi el punk nunca me había convencido, asociándolo principalmente a bandas como Trotsky Vengarán o 2 minutos tocando covers de los Ramones, o al amigo Kurt, que no sé si por llevarle la contra al Oliver (un amigo del que hablaré en algún post futuro), o sencillamente no concordar con ese sentimentalismo pop tanático, nunca llegué a aceptar del todo. Puedo recordar perfectamente el día en que todo cambió. Por pura curiosidad me había bajado el Daydream Nation y me lo puse a escuchar a las nueve de la mañana, cayendo irredimiblemente dormido. Creo que fue en The Sprawl que tuve una sensación onírica y cinemática, viendo a Kim Gordon (con aquella voz me la imaginaba rubia, pero mucho más bella de lo que terminó resultando ser) cantarme “you can buy us some more more more more” en un deshuesadero de autos. Me desperté alrededor de las once y puse el disco de vuelta. Lo escuché una y otra vez durante ese día y toda mi estadía en Guadalajara, pronto volviéndome completamente permeable a los ruidos blancos, los acoples y aquellas afinaciiones tan poco ortodoxas. Supongo que necesitaba un sonido un poco más sofisticado (porque después de todo, Sonic Youth es una especie de punk progresivo), pero lo que sí resultó evidente, fue mi gradual pasaje a aquel mundo más agresivo y oscuro, al que siempre había huido en mis años de primigenio acercamiento melómano. El tipo que escuchaba Creep y Viernes 3:00 Am, empezó a escuchar Joy Division, Suicide y el Metal Machine Music, dejando a Tolkien y los cuentos más simpáticos de Cortázar en un cajón y poniéndose a leer Onetti y Selby jr, dejando las comedias románticas por Kieslowsky o el misántropo de Lars von Trier.
Dándome cuenta de que si bien esta música me ha dado mucho, en cierto modo también me ha estado destruyendo (esas dulces automutilaciones), afortunadamente, en estos últimos meses he accedido a cierta música que parece un manotazo de ahogado en toda la fría coraza de decibeles que me he dedicado a construir en estos últimos años. Es muy probable que a pesar de la bondad de estos temas siga siendo el amargado de siempre, pero al menos estos domingos eternos van a estar bien musicalizados. Sí chicos y chicas, Agustín goes pop, y acá le presento tres discos que son capaces de alegrarte un día o provocarte un suicidio (pero siempre en una atmósfera más que placentera). Son discos que son incapaces de molestar, de esos que aún subiendo su volumen hasta provocarle una aneurisma a tu perro, ningún vecino se quejará, y hasta quizás te pida que lo pongas otra vez. Este es mi intento de redención, acá le van tres temas de tres discos imperturbablemente serenos o, como yo digo, música para calmar a las bestias:

Nick Drake-Pink Moon (del álbum homónimo)

Si bien ya había escuchado a Nick Drake a mis diecinueve años, el primer acercamiento real a dicho músico provino de una manera un tanto inverosímil. Fui a Cinemateca a ver Tarnation con DEG (una película de la que habría que separar un post individual), y en una parte del filme, el actor principal dice de haber tenido un novio que tenía un tatuaje de Nick Drake en la pierna. Vaya uno a saber por qué, pero la simple idea de alguien con un tatuaje de aquel melancólico cantante folk me ocupó la mente por completo. Deseé poder escribir en mis cuentos sobre un personaje con ese tatuaje, y fue tanta mi obsesión que empecé a escuchar este disco más intensa y profundamente que antes.
Sobre Nick Drake, no se puede decir mucho más de lo ya dicho, y en cierto modo, quedarnos con su ambiguo suicidio es más una forma de celebrar su muerte que celebrar su vida (además de que no me parece que pueda entrar en la misma categoría de artista autodestructivo como Curtis o Cobain). Sí me parece fundamental tomar su melancolía como un motor pocas veces tan carburante en la historia de la música.
Con una capacidad para la melodía casi innata, el penúltimo disco (en general, oficialmente considerado el último) de la discografía de Nick Drake no hizo sino acentuar la melancolía cercana a una desesperación serena que venía un poco más tapada en sus otros discos (Bryter Lyter y Five leaves left). Cuando uno lo escucha, puede ver a un tipo que encontró la paz más aterciopelada y perfecta en la mayor tristeza jamás pensada (algo que llevaría a otros tipos de diferente estirpe a putear a la sociedad, volarse la cabeza o leer a Jorge Bucay). Creo que la canción que abre el disco es más que ilustrativa con respecto a este sentimiento.

“I saw it written and I saw it say
Pink moon is on its way
And none of you stand so tall
Pink moon gonna get ye all
And it's, yes it's a pink moon
Pink, pink, pink, pink
Pink, pink moon.
Pink, pink, pink, pink
Pink moon.”

Nick Drake era un tipo al que se le podía encontrar una cierta herencia romántica por establecer, ya no paralelismos psicocósmicos, sino más bien quitar el “como si” y sencillamente hablar de sus sentimientos en términos geográficos y atmosféricos. La luna rosada, más allá de su belleza aparente, esconde algo que no llega a ser amenazante, pero por alguna razón algo de inquietante uno puede percibir en su presencia. Porque después de todo, lo rosado en una luna no es otra cosa que un tipo distinto de sombra. Esto lo vemos en los versos “Y ninguno de ustedes está a tanta altura/la luna rosada irá por todos ustedes”. En cierto modo, presiento lo que venía afirmando: detrás de todo el minimalismo lírico del tema, se siente la presencia de algo irredimible de lo que uno no puede escapar, pero que a la vez es hermoso, envolvente y perfecto como una luna rosada, como la tristeza aceptada como tal, como un duelo del que no se puede, ni se quiere escapar. En cierto modo, la congoja y la paz perfecta indisociables en una misma canción, una paz que tiene tanto de vida como de muerte.
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The Radio Department-Keen on Boys (del album Lesser Matters)

Como el ochenta por ciento de los uruguayos que tuvieron acceso a The Radio Department, mi primer contacto con la banda fue a través de la discutible película de Sofía Coppola, “Marie Antoinette”. La película no me conmovió, sobre todo en contraposición a mi hermana, que por alguna razón que desconozco, se había fanatizado por completo por la aristocracia francesa, hasta el punto de apelar a un método memorístico digno de ILVEM para acordarse nombres de los miembros de la corte de Versalles de la misma manera que yo me había tratado de acordar de los árboles genealógicos de la Tierra Media a mis quince años. Sin embargo, si hay algo sobre lo que no se le puede achacar a la narigona directora, es que elige muy, pero muy bien sus bandas sonoras (“The virgin suicides” con Air me resultó genial, al igual que “Lost in translation”). Y ahí, entre otros excelentes temas de New Order, Gang of tour y Bow Wow Wow, se encontraban cuatro canciones de esta banda desconocida. Había algo particularmente perfecto en la conjunción de imágenes y la música, algo que hacía pensar que era indisociable, como si el sonido y la imagen fueran siameses imposibles de separar al nacer.
Sin embargo, no fue sino hasta unos meses después que lo que fue una grata impresión terminó convirtiéndose en una experiencia mística. Siempre he considerado que la verdadera definición de felicidad era quedarme toda la tarde con mi primo, dibujando camisetas de fútbol en la mesa de mármol de la casa de Atlántida, donde solíamos veranear todos los años. Si alguna vez he sido feliz lo asocio inevitablemente a aquellos veranos, siendo todo el resto de mi vida un patchwork de alegrías y tristezas irregularmente cosido. Es por esa razón que el verano de este 2007 esperaba con ansias escaparme unos días a aquel balneario para estar con mi abuelos y pasarla increíblemente bien con lo que la mayoría de las personas de mi edad consideran un embole. La cosa es que en el ómnibus departamental, luego de escuchar al mango el Vaca de Chicos Eléctricos, puse para bajar un poco la banda sonora anteriormente citada. Justo The Radio Department coincidió con mi parada, y ahí estaba yo con mi bolso y el tema Keen on boys, que escarbaba en el oído ya taladrado por el sonido de la anterior banda uruguaya. No sé si fue una lesión en el lóbulo occipital via lóbulo temporal producida por el exceso de escucha, desencadenando algunos cambios en la configuración cromática de mi entorno, o si el refuerzo que me compré en la terminal tenía un hongo extraño, pero por alguna razón mis sentidos se agudizaron, viendo el pasto de las casas verde tirando al fosforescente, el cielo azulísimo y un viento del mar que me daba una sensación de paz nunca antes presenciada. Realmente les digo que el trayecto desde la parada en Mario Ferreira hasta la casa de mis abuelos lo sentí como un paseo por esas cintas de aeropuerto, en las que uno avanza sin caminar, con la única presencia empírica de mi entorno, bañada por aquella serena canción ruidosa que se aguijoneaba lentamente en mi cerebro. Luego terminó la canción y todo volvió a la normalidad, mis abuelos me daban la bienvenida, Lucas andaba con la telecaster practicando escalas metaleras. Igualmente, siempre me interesó saber qué fue lo que sucedió en mí en esas tres cuadras metafísicas...
Basta de mí, con respecto a los suecos, les puedo decir que, teniendo la oportunidad de haber escuchado un disco entero de ellos, me parece una banda de lo más interesante, que se siente como ácido en forma de chupetín, un desencadenador perfecto de estados de ánimos (desde esas confortables melancolías, a los lisérgicos paraísos pop de los que venía hablando). Y sobre todo, hay una herencia shoegazer muy bien digerida, se puede ver claramente que los tipos saben tomar las texturas de My bloody Valentine, pudiéndolas conjugar con la sensibilidad popera de The Jesus and Mary Chain, en un formato más synth pop onda Air, con algunos bajos y guitarras que recuerdan a New Order. Incluso, Lost and found, el último tema del disco, me hace pensar en el reverso celestial del infernal universo de Suicide, también rebosando el disco de temas pop perfectos, como Where Damage isn’t already done o el mismo Keen on Boys. Donde otros músicos han encontrado en el ruido blanco un muro, los Radio Department encontraron frazadas. Gente, si existe el cielo, debe sonar exactamente así.
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Kings of Convenience-Cayman Islands (del disco Riot on an empty street)

Seguimos en escandinavia. Debe haber algo en el clima, algo en aquellos eternos inviernos que hacen surgir a bandas tan perturbadoras como las más oscuras del black metal y otras tan hermosas y nostálgicas como Kings of Convenience. Este dúo es una banda noruega que debe haber pasado muchos inviernos al lado de chimeneas y muchos veranos absorbiendo la cálida luz oblicua de esas regiones, porque todo parece ser metabolizado en un universo completamente dulce y lánguido, con temas principalmente tristes que sin embargo se sienten como cachetazos de terciopelo. Con voces que nunca superan a los susurros confidentes de un amigo, detrás de ese sonido romántico, se puede percibir mucha concienzuda escucha a la bossa nova, y a bandas pop perfectas como Magnetic Fields y Belle and Sebastián. Si uno espera encontrar algo que lo haga sudar en la pista o algo con lo que redireccionar su odio adolescente, muy posiblemente esté buscando en lugares inadecuados. La geografía de Kings of Convenience es una fértil pradera, llena de lagos y arroyos, tal como aparece en las portadas de sus discos o videoclips. Vean la foto más abajo: así de tranqui son estos pibes. Como dijo Robyn Hitchcock sobre una de sus canciones en Storefront Hitchcock, es una banda imposible de generar incomodidad, a no ser que su sensación completamente placentera sea motivo de molestia.
La canción en cuestión se llama Cayman Islands y forma parte de su segundo disco, Riot on an empty street (un nombre que ilustra tan bien su sonido como el título de su album debut, Quiet is the new loud).

“Through the alleyways to cool off in the shadows
then into the street following the water
there's a bearded man paddling in his canoe
looks as if he has come all the way from the cayman islands

these canals, it seems, they all go in circles
places look the same, and we're the only difference
the wind is in your hair, it's covering my view
I'm holding on to you, on a bike we've hired until tomorrow

if only they could see, if only they had been here
they would understand, how someone could have chosen
to go the length I've gone, to spend just one day riding
holding on to you, I never thought it would be this clear”


Si alguien me pidiera un top ten de canciones de amor, inevitablemente esta estaría en la lista. No es una canción desgarradora, no es una canción melancólica, ni siquiera solitaria. Los Kings of Convenience fueron capaces de hacer una honda canción de amor sin recurrir a despedidas, perdones, lágrimas ni corazones. Es una canción de amor perfecta, sencilla y completamente armónica, sin melodramas, como la felicidad súbitamente encontrada en el rostro de una persona a la que uno quiere, sin tener la necesidad de exigir garantías, sin miedo a perderlo todo, solamente contemplando y sintiéndose feliz de estar con la persona querida. El manejo de imágenes refuerza esta sensación de paz, el hombre barbudo navegando en su canoa desde las Islas Caimán, el viento sobre el cabello de la persona amada, la bicicleta alquilada hasta el día siguiente. La última estrofa es una síntesis perfecta y minimalista de lo que considero que debe ser el amor (si solo pudieran ver, si solo hubieran estado aquí/ ellos entenderían cómo alguien pudo elegir/ir lo lejos que fui, para pasar simplemente todo un día conduciendo/ agarrándome a ti, nunca pensé que sería así de claro). Quizás mi visión puede estar mediada por el hecho de haber convertido involuntariamente a esta canción en la banda sonora de la despedida con mi novia en aquel exilio de dos meses en México, pero mantengo que quien no se conmueva ni ligeramente por este tema, llegó al cero kelvin que tantos soviéticos laberínticamente investigaron.
De esas bandas ideales para hacerlas cómplice tanto de nuestra felicidad como de nuestra soledad.
bajar disco entero via rockandblogueando

44 comments:

Ama-gi said...

Tarnation.

Que buena idea.

Que porquería de película.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Ama-gi, no sea tan duro con la Tarnation, la cual por ahí tiene algunos agujeros, pero no deja de ser una película bastante intrépida en cuanto a su confección y aquella cualidad de trascender cualquier tipo de géneros.
No hay que ser inocente en creer que es una película tan objetiva y documentaria como el director cree plantearla, pero sí debe ser de los films más personales (lo subjetivo elevado a la máxima potencia) que vi en mi vida.
De todas formas, es de esas películas que a uno le encanta, lo deja sin comentarios u odia. Digamos que es una paleta de greyscale bastante corta.

Justo hablando de subjetivismos, me pareció brillante su post sobre Transphormers, sobre todo por la incontrolable y constante irrupción de su libido en cada intento de resumir la trama.

Diegzor said...

Jah! Las porquerias que escuchabamos cuando teniamos 17 años!

No creo tampoco que sean porquerias, pero uno cambia con el tiempo y en general esas cosas las abandona.

Y cada tanto, cada un par de años, uno vuelve. Y el reencuentro siempre esta bueno.

Saludos.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Excepto con algunos gustos (que son definitivamtente malos), hay algo muy dulce en esa musica vieja revisited, ya que uno se de cuenta de que, después de todo, estaba siendo muy duro con esta. Es como hacer las paces con alguien con quien se habia peleado por mucho tiempo.
Creo que pasa lo mismo con las décadas, se necesita más de diez años para hacer las paces con ellas (por ejemplo, los 90 cualquier cosa que acusara ochentosidad era considerada muy mersa, y a partir del 2000 y pico se han empezado a metabolizar algunas cosas de este período -por ejemplo, los calentadores-). Sin embargo, no entiendo cómo se las arreglará el hombre del 2010 para incorporar ciertas cosas de los noventa, como esas camisas blancas muy largas que usaban las minas de 90210)

cotox said...

Me pide un password para el disco de radio dept. ¿Cuál es?

Lindas canciones todas. Me cagué un poco de risa con la imagen mental del adolescente romanticón escuchando a Barry White y It ain’t over ‘til it’s over (tremenda canción). Lo peor es que yo (todos) también estuve ahí ja

Agustin Acevedo Kanopa said...

cotox, el password es:
nodatta.blogspot.com

Lo de la etapa sentimentaloide es algo del clásico I've been there, que muchísima gente (aún los más duros,tatuados y llenos de tachas) han transitado.
Aún en los casos de los metaleros, cuyo adoctrinamiento suele empezar ya en la etapa prepuberal, esa especie de virilidad aparente no es otra forma de sensibilidad emo enmascarada (fijate especialmente las letras, suelen ser bastante oscuras, pero en su esencia se manejan con los mismos códigos de un dolorido bolero -ya sé, no generalicemos, los tipos de Deicide y otras bandas sí pueden ser un poco más jodidos)

Ama-gi said...

Justamente Agustín, la película era terrible oportunidad para hacer un documental sobre la porquería de la experimentación psiquiátrica sobre seres humanos, teniendo un caso de primera mano, y el carlitos la desaprovechó para hacer un ejercicio narcisista que me hace acordar a un diario íntimo de una nena de doce años, y encima utilizando a su propia madre. Capáz que si hubiera ido a ver eso me hubiera gustado. Pero fui a ver otra cosa.

Me alegro que te haya gustado el post. Haceme caso, de verdad. Tené cuidado con el baño del Moviecenter.

Y yendo al tema musical, ¿No les pasa que empiezan a apreciar algo que en su momento identificaron como una porquería? A mi si. Agárrense bien de los asientos: me di cuenta del muy buen tema que es "Mojada" de Vilma Palma. Hasta el título está bárbaro.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Ama-gi, lo que pasa es que para lo que vos era la perfecta oportunidad para un ensayo de antipsiquiatría, a mi me parecía una perfecta ocasión para una película narcisista. Es más, prefiero rotundamente esas pequeñas postales de la vida del tipo (precisamente, las menos dramáticas), como el ejemplo del novio suyo que tenía un tatuaje de Nick Drake, a cualquier momento en que se relataba la caótica vida de su madre. Películas antipsiquiatría hay de a montones/ películas que se centren en tan infimos (y a la vez enormes) detalles no hay tantas...igual, te doy la mano derecha en que a veces se pone algo melodramático de más, pero bueno, ahí entra la visión que un mismo tipo tiene de su madre.

Con respecto a la música, sí, yo estoy en una etapa que se enmarca en la tecera fase de la trinidad amor-odio-reconciliación con mucha música de mi pasado. Sobre todo, es un período de revisionismo de la música pop. (Ahora, ya para hablar bien de Vilma Palma, no se si tanto).

PD:Voy a tener cuidado si alguna vez voy al baño de Moviecenter.

Anonymous said...

Te olvidate de poner el disoc de zapato veloz que tenias....no olvides a zapo veloz por dios jajajajajajajjajajajajajajajajaaj

Digamos no entiendo el concepto de romanticon....creo qeu hay un error de conceptos...o por lo menos no esta bien definidido..,.al leer romanticon es alguna garcha como Luis Miguel o alguna bosta de esa onda....

pensandolo bien: que desprestigio tiene una palabra maravillosa como romantico...viva el iluminismo

Agustin Acevedo Kanopa said...

Bueno Jorge, con respecto a Zapato Veloz, yo me refería a los discos que uno se había comprado, o sea, que hubo una planificación conciente y premeditada de adquirirlo (ese me lo había regalado mi padre en la feria cuando tenía cinco años, te imaginarás que queda medio por fuera de las verdaderas elecciones musicales que uno hace).
Con respecto a romanticón, yo me refería a su eje temático y no estético (y mucho menos referido al romanticismo, que es algo completamente distinto). Así como puede haber policiales berretas y policiales completamente geniales,en las canciones de temática romántica te podés topar desde la más azucarada balada de Jimi Hendrix hasta el último tema de Nestor en Bloque, you konw what I mean

El gaucho insufrible said...

El revival pasa todo el tiempo, aunque la forma de sentir la música - y todo lo demás - cuando tenés 17 no se vuelve a repetir.

Lo que es gracioso en el revival musical - o cualquiera - es darse cuenta de los detalles que anteriormente no le habiamos prestado atención.

Me pasó cuando caí en que Village People era un grupo abiertamente gay, o presté atención a los titulos de algunos temas que escuché un montón - ya que estamos con la onda Barry White - como "Sexual Healing" de Marvin Gaye. Nunca hubiera asociado la música con el título.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Sí, sin dudas. Uno vuelve a escuchar la música, la llega acepetar, pero una ya no era el de antes (me hacer recordar a esas parejas que se vuelven a juntar después de largo tiempo, esperando a que todo vuelva a ser como la primera vez, metiéndose en un río, que como todo río, nunca es el mismo).

Con el contenido homosexual de las canciones, a mi me pasaba algo diferente, ya que con la clásica homofobia adolescente (que con el tiempo gracias a dios fue cambiando), solia hacer un control bastante riguroso sobre las letras que escuchaba. Hoy en día ando más que tranquilo con respecto a ese tema, gustándome temas de tipos asumidamente gay como los de Xiu Xiu,American Music Club,The Smiths, etc.

Anonymous said...

No ha escuchado a Jobriath o Klaus Nomi ??

Pues si la respuesta es negativa desde ya le digo que debería mi amigo, debería.

Brunomilan said...

A pesar de ser mas joven que (creo) la mayoria de todos los que comentan aqui regularmente no queria perder la oportunidad de mencionar las "turning point bands" de mi vida, esas que te hacen desconfiar de lo que venias escuchando y generan un gusto mas ¿maduro?: radiohead post creep, joy division, jesus and mary chain (no hay vuelta atras despues de psycochandy), GYBE, B&S/shins/morrisey (se puede escuchar pop sin que eso signifique que tenes tatuado la sigla de mtv en la pierna)

Agustin Acevedo Kanopa said...

Candida:
No conocía a Klaus Nomi. De Jobriath solo conocia las clásicas jodas y comentarios sobre lo gay que era el tipo (viendo algunas de sus fotos, por momentos parecería que para hacer a Brian Slade en Velvet Goldmine se inspiraron más en este tipo que en el mismo Bowie). Les voy a dar una oportunidad (musical) a los dos.

Brunomilan:
No es el único, yo tengo 21 años, y hay veces que me siento un poco frustrado por el manejo de ciertos conocimientos que tienen algunos bloggers, como este tipo de mutant sounds (pero después veo sus perfiles y tienen 35 años). Tengo como el complejo del hermano menor, que quiere igualar al mayor, sin entender de que hay una brecha de tiempo y experiencias que siempre va a actuar como un horizonte escurridizo.
Con respecto a bandas que cambian la vida, la lista es larga y está en un continuo reformularse. Estoy de acuerdo con todas las que menciona, sobre todo con Godspeed You!Black emperor, que es lo más increíble que he escuchado este último año.
De Belle and Sebastian me gustaría escuchar más antes de emitir opinión definitiva (igual ya sabiendo que los locos, como Magnetic Fields son unos salados artesanos de lo pop), y le agregaría a su lista popera Arab Strapp, Guided by Voices (Pollard tiene uno de los mejores oidos para la melodia que yo recuerde), Elliott Smith (un musico que me empezó a gustar después de un largo tiempo de indiferencia) y, poniéndonos españoles, Sr. Chinarro.

PD:Del Ok Computer uno nunca puede salir ileso

Brunomilan said...

a mira vos, te suponia mas grande, yo tengo 22, y me paso exactamente lo mismo que a vos, escuche toneladas de musica pero nunca en cantidad o en calidad(ej de alguna bandas "claves" solo escuche un disco, o de algunas todavia no escuche tanto como para definir el gusto)como lo hicieron bloggers que ya pasaron los 30. A veces que me pongo hablar con alguien mas grande y te tira "y como nos escuchaste zappa, cabaret voltaire, etc" y no, pero escuche la discografia completa de Mogwai y no por que no me interesan los demas (de hecho tengo discos, ahi esperandome) sino por que tuve tanto tiempo para escuchar como ellos y uno va a haciendo el recorte de la realidad que quiere y puede.


PD: estas en 4 año de psicologia? jaja digo por el comentario que te mandaste

Anonymous said...

lindas recomendaciones, gracias :)

Diego Estin Geymonat said...

A mi de Tarnation me impresionó el niño trasvestido. Qué cosa más inquietante.

Eso de musica para calmar las fieras me hizo acordar al chiste del violinista que sobrevive un accidente aéreo y queda solo en medio de la selva, y para que no se lo coman los leones se pone a tocar el violín, y los leones se calman pero de repente aparece uno de la nada y se lo morfa al tipo, y lo que pasaba era que ese león era sordo.

Agustin Acevedo Kanopa said...

brunomilan:
Sí, inevitablemente uno tiene que hacer el recorte que puede de la realidad, e incuso llega a haber música que no nos gusta mucho y que a lo mejor nos gustaría que nos gustara, por ejemplo, con algunos discos de Neil Young que todo el mundo adora (por ejemplo, el Harvest) y que a mí por alguna razón no me mueve un pelo.
Sí, estoy en cuarto de Psicología, pero no te tomes muy en serio el comentario, son de esas jodas que uno hace después de haber escuchado esos diagnósticos una y otra vez. Particularmente, yo creo que no se deben hacer decodificaciones tan estancas en los sueños, y un buen análisis onírico se debe hacer en una sesión misma, ya que la mayoría de las cosas que salen no son del sueño mismo, sino de las asociaciones del mismo tipo que lo soñó. (de paso, me pareció interesante su sueño, yo tuve uno parecido, pero con una cosa que me salía de entre los dientes).

kecg:
Le recomiendo que se baje los discos que dejé, no tienen desperdicio alguno

DEG:
Lo que me sorprendía del niño travesti, era lo bien que actuaba el papel de una mujer golpeada por el marido (no sé si te acordás, la imagen del niño con la peluca diciendo que iba a ser la última vez que su esposo le golpeaba. Igual, no te olvides de la abuela del tipo, eso sí que era realmente macabro.
Por alguna razón, el cuento de los tigres se repite de muchas maneras en muchas culturas, y siempre me hace acordar a la muerte de Balder (de la mitología escandinava), por la única cosa que no le juró eterno amor: un pedazo de musgo.

Diego Estin Geymonat said...

Pobre Balder

Brunomilan said...

no me digas que el sueño de que se te caen los dientes de adelante y los tenes en la boca como si fueran confites? parace que es el hit ese, cada escucho a mas personas que soñaron eso.

Ama-gi said...

Che Agustín, capáz ando necesitando terapia, y no solo porque me gusta "Mojada". No Vilma Palma sino ese tema en particular (y capàz alguno màs, mejejeje). La cuestión es que tu comentario sobre Harvest me trajo a la mente un disco que escuché unas tres veces y no me genera mucha cosa, a diferencia del resto de la humanidad. Lo creas o no es el Daydream Nation.

Me siento como un ser extraño. ¿Te parece que preciso ayuda profesional?

Agustin Acevedo Kanopa said...

brunomilan:
El sueño de los dientes que se caen, luego de el de los examenes a los que uno no ha estudiado y encontrarse desnudo en público, es uno de los más repetidos en la gente. Freud mismo decía que eran como sueños tipo, casi todo el mundo los había tenido alguna vez.
Yo en particular sueño que me rasco uno de mis incisivos y me doy cuenta de que me saqué el esmalte y parte misma del hueso. Luego empiezo a hacerlo con todos los dientes y termino desdentado

Pedro Pulpo:
El problema es que el After the Goldrush también lo tengo (aunque no le presté una escucha tan exhaustiva como con el otro) y no me ha tocado tanto. También tengo uno de Young con Crazy horse, pero no sé, che. Sin duda, Neil Young es una de las grandes cuentas pendientes que tengo. Algún día capaz...

ama-gi:
Bueno... esteee... ¿¿¿COMO NO TE GUSTA EL DAYDREAM NATIOON??!!!
TE VAS A TU CUARTO Y LO ESCUCHÁS HASTA QUE TE GUSTE!!! QUE BARBARIDÁ´MIJO

Mangus said...

Concuerdo con el señor pulpo.; el Harvest es un gran disco (salvo por los dos temas que arruina la orquesta sinfónica) y que va de la mano con el bíblico After the Goldrush. Que groso Neil Young.

En lo personal, mi gusto musical cambió por completo cuando escuché por primera vez el preludio de una opera de Wagner que se llama "Tristán e Isolda", que estaba en el mismo disco que un par de piezas de Arnold Schoemberg, otro compositor que cambió mi apreciación de la música. En realidad en la música clásica se puede decir que fui como hacia atrás: empecé por el siglo veinte (mas o menos al mismo tiempo que le empecé a entrarle a la música mas "improvisada") y fui yendo hacia atrás en el tiempo.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Por las dudas, para que quede grabado:
En ningún momento dije que Neil Young era malo, es más planteé que me gustaría que me gustara, cosa que lamentablemente no se ha dado en mí (por lo menos hasta ahora). Peor sería que dijera que me gusta cuando no es así.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Justo me vengo a dar cuenta de que, por ser una canción cantada por un hombre, uno de los temas sobre los que comenté (Keen on boys de The Radio Department), tiene un contenido homosexual, o al menos bastante ambiguo (viene al tema de lo que veníamos comentando en este espacio):

"Already dead
So kill my head
There's a sun in his eyes
It won't go away
I'm already dead
Why is it I can't kill my…
He would never sleep
Said I didn't mind it at all
Made me feel quite cheap
Looking back on it all
Then there was this kiss
He said that he couldn't resist
And was I aware of what I missed?
That night I slept on his couch
With my back turned to the wall
Nothing assumed but you know?
You know…
In the morning we said nothing at all
All I could think of was this
He said that he couldn't resist
And was I aware of what I missed?


Me da la impresión del relato de una de las primeras experiencias homosexuales de alguien, en una situación que piensa confusa(y que de hecho es confusa), pero que de cierto modo le gustaría poder revivir, pero el hecho es que ya ocurrió, el beso fue recibido cuando estaba dormido y no va a haber nada que pueda hacer volver a la vida ese momento(And was I aware of what I missed?).
No sé que tienen ciertas letras, no sé si es no tanto lo que se dice, sino la forma en que estas cosas son dichas,que me hace gustar tanto ciertos versos. En este caso es la frase
That night I slept on his couch
With my back turned to the wall

La descripción de cómo durmió me parece bastante importante, es algo que se suele olvidar en la mayoría de las canciones.

Anonymous said...

mirá Agustín,
que me obsesionan las coincidencias y recién me di cuenta que el mismo día los dos posteamos algo relacionado con aquellos gustos musicales de tiempo atrás, sólo que yo viéndolo con un poco de pena y tú rescatando su valor en retrospectiva.
Ah! y sí bajé los discos, música bastante agradable, los Kings of Convenience en la primera mitad del disco me remitieron a Belle & Sebastian que a su vez me gustan mucho.
Te agradezco la visita a mi blog :) a ver si en un rato de ocio te animas a hacer el juego ése rándom con el reproductor de música y nos cuentas qué sale...

Saludos,
Karina.

Agustin Acevedo Kanopa said...

El juego que planteaste es divertido, con Ipod en mano ya dejé mi lista en tu sitio.
Hay veces que me pongo a pensar si al haber tantas coincidencias con todo, no es que en realidad son el estado normal de las cosas y lo único que las convierten en coincidencias no es más que el hecho de que en general somos incapaces para verlas.
Justamente, hoy estuve escuchando The Life persuit de Belle and Sebastian, cosa que por un lado puede ser visto como una casualidad, pero que si le doy alguna vuelta, está directamente relacionado con la música que venía escuchando, que es precisamente parte de la que posteé y sobre la que vos comentaste.

Gege said...

Fake plastic trees*, aun escucho esa canción cuando estoy sólo en la noche.
En fin, ¿Alguien quiere revenderme unas entradas para un función de Carmen?.

* Llegue hasta ahí en la lectura del post, estoy esperando que además de escribirlos hagas una versión grabada en audio para quienes estamos oficineando.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Estamos trabajando en eso Mr. Wolf. Una vez que llegue a lograr pasar los post en formato mp3, pienso poder transmitirlo por vía intravenosa a través de inyectables.

El gaucho insufrible said...

Mira que hay que escuchar blasfemias, que a uno no le guste Neil Young y al otro no le guste "DreamDay Nation"; bue, ustedes se lo buscan, si son lapidados por una turba de "indies" después no se quejen.

...

confieso que no soporto "Pet Sounds" de los Beach Boys....

Ama-gi said...

Paraaaa Oldboy. Yo no dije tampoco que no me guste. Dije que no me genera mucha cosa. Pero no es un juicio definitivo. Voy a seguir intentando, sobre todo después que Agustín me retara así. Me puso mal.

Anonymous said...

"(...) y lo único que las convierten en coincidencias no es más que el hecho de que en general somos incapaces para verlas"
Me agrada la hipótesis, como aquello de que ningún evento tiene probabilidad cero, todo es posible, nomás cuestión de que confluyan las fuerzas del cosmos y zas, en una de esas ocurren. Muy determinístico el asunto... pero bueno, no desvío la discusión del tema del post. Gracias por la lista, simpática.
Saludos!

Agustin Acevedo Kanopa said...

kecg:
Es que eso es lo que por ejemplo hace al miedo tan terrorífico. Que haya alguien debajo de tu cama es de una oportunidad de uno en mil, pero ese uno se agiganta en noches donde uno siente verdadero miedo. El uno es una probabilidad, mínima quizás, pero es como la misma bala en el tambor de la ruleta rusa, el único juego de azar donde hay más probabilidades de ganar que de perder, pero el único en donde la derrota significa más que todas las victorias que podríamos tener.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Gente, parece que nos estamos sincerando. Oldboy, mientras que a usted lo lincharía la comunidad oficialista (por así decirlo, la escuela de la Rolling Stone), a Ama-gi la comunidad indy lo decapitaría en la plaza pública, cortandole los genitales primero para clavarlos en la casa de gobierno y recordarnos de lo que nos puede pasar por tales blasfemias. Quién tira la siguiente piedra? Alguien al que no le guste Ciudadano Kane? Alguien que considere a Cervantes un escritor sobrevalorado?

Brunomilan said...

*HORSES de Patti Smith es uno de los discos mas mediocres (no feo)que escuche en mi vida, recien me genero algo con my generation pero obvio no es de ella.

*Broken social scene me parecio el pastiche indie mas feo de los ultimos años, muchos ruidos todos juntos sin coherencia...

*el 50% de Tago Mago es inescuchable por mas que sea super avantgarde y todo lo que quieren

*y Jim O'rourke que se dedique a producir (o a tocar con SY)

Ama-gi said...

Repito: no fue un juicio definitivo. Surfer Rosa no me generó nada las dos o tres primeras veces que lo escuché, y ahora me parece una gloria.

Espero que este calvario redima mis pecados.

El gaucho insufrible said...

ama-gi, ahora ha osado criticar el "Surfer Rosa", es que su descaro no tiene límites. Ahora no vale retractarse y decir que después le gustó, ya lo ha dicho. Hemos tomado nota en la Asociacion de amigos del indie auténtico y la semana que viene enviaremos a alguno de nuestros asociados a realizarle una "visita", no se asuste si se despierta junto a una cabeza de caballo.

...
Alguna vez escuche de rebote que Borges dijo que no hay libros obligatorios para leer, que solo hay que leer los libros que te gustan, esto me hizo quedarme más tranquilo porque hay un montón de cosas que he tratado "intelectualmente" que me gustaran pero no hubo caso.
En el caso del cine como comentaba en el blog de benito, traté pero no pude digerir "Stalker" de Tarkovsky , también me ha pasado escuchando a stockhausen y a muchas cosas más.

Algunas veces escucho algo que dicen que es buenisimo y me parece malo y otras veces hago un "analisis intelectual" y razono que es bueno u original pero termino borrandolo de mi ordenador.

A veces es una cuestión de "piel", por ejemplo a mi me gusta mucho Frank Zappa, pero me parece que es alguien que o te gusta un montón o no te gusta para nada.

Hay muchos clásicos de cualidades indiscutibles pero también con la cantidad de Hype que hay alrededor de la escena indie muchas veces la mitad de las cosas que escucho me parecen una mierda pinchada en un palo aunque la "critica" diga que son unos seguidores del krautrock o de alguna otra referencia importante.
Es que a veces parece que importara tanto lo musica que se hace como las referencias que nombres.


Agustin: Quizás sea el momento de realizar una de es
listas que tanto le gustan de: Los 10 artistas que siempre le han de gustar a un Indie.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Olboy:
Interesante, El top ten del must listen del indy. Me gusta, me gusta. Trabajaré en eso...
Igual, no le perdono lo de Stalker, aunque confieso que hay que estar con 14 horas de sueño para verla bien, sobre todo si la ve en el formato vhs de cinemateca en el que la vi por primera vez. Yo la tengo en dvd y ahi le digo que realmente la vi como cuatro veces. Uno no se deja de sorprender con los colores (Tarkovski se había encargado de teñir especialmente el pasto de la zona) y con los sonidos, que en formato 5.1 cobran un valor casi místico. Ya que andamos sacando los trapitos al sol, sobre Tarkovski te cuento que la Infancia de Ivan la tengo grabada en vhs y debo haberla tratado de ver como seis o siete veces, pero siempre termino durmiéndome o acordándome de que había un video de bloopers de niños gordos que quería ver en el youtube.
Por otro lado, si bien me gusta mucho, nunca me sentí tan estúpido como la primera vez que vi El espejo.

Brunomilan:
De Broken Social Scene, hay cosas que me parecieron medio bodrio, como el disco homónimo de la banda y otras cosas me gustaron bastante, como el You forgot it in people. Igual, en lo que a la liga canadiense se refiere, prefiero infinitamente a GY!BE e incluso A Siver Mt.Zion.
No le de por la cabeza al Tago Mago, que es un discazo (tanto que me hice una camiseta con la tapa), aunque siempre preferí el más digerible Ege Bamyasi y confieso que muy pocas veces llego a escuchar enteros los dieciocho minutos de Halleluhwah.

Ama-gi:
Odboy y yo ya nos estamos contactando con AAIA (Asociacion de amigos del indie auténtico, vienen en camino por usted. Igual, le confieso que me han pasado cosas similares con los Pixies, frente a los cuales siempre preferí a Sonic Youth, aunque no entiendo qué tendrá que ver la comparación.

Brunomilan said...

para sincerarme yo tambien estuve a punto de hacerme una remera de tago mago, lo que pasa es que esa tapa es genial, pero en realidad hay discos que me gustan mucho mas como Monster Movie o Ege Bamyasi y tengo como 3 discos mas todavia por escuchar, o sea es una banda que me gusta y me interesa pero tambien me molesta que se inflan (y despues la gente repita) siempre los mismos discos...

Ama-gi said...

Agustín: la comparación venía a que no le cierro la puerta al Daydream Nation, teniendo en cuenta experiencias anteriores. Se me ocurrió el Surfer Rosa porque el otro día lo estuve escuchando. Pero podría haber puesto otros ejemplos. Supongo que a todos nos pasó más de una vez.

Agustin Acevedo Kanopa said...

Brunomilan:
En realidad, yo mentendría que haber hecho una camiseta del Ege Bamyasi, pero entre que la tapa es medio fulera y la tapa del Tago Mago es genial, terminé optando por la última.
El Monster Movie con Mooney detrás del micrófono me sorprendió, no me imaginaba que se pudiera comparar lo que hacía cualquier cantante con Damo Suzuki y aún así el tipo no tiene nada que envidiarle.
El Future Days, más allá de todo lo que digan, es un muy buen disco, con climas menos opresivos y un estilo un poco más jazzístico, pero aún con la marca de fábrica de Can.

Indio Sangriento said...

yo escucho punk, y que?

laVale said...

Todos tenemos discos que preferimos no nombrar.... y ni que hablar de los cassettes :)

Leyendo tus post me doy cuenta que hace mil que no escucho nada, que me quede en el pasado. Estoy pintada!!!

Saludos