Thursday, September 23, 2010

Antes del crepúsculo, 29/09/10

Hace más de un año, me había levantado con una resaca como pocas, sintiendo mi cerebro como una boya flotando en una bolsa llena de agua (bueno, más bien llena de grappa con limón). Cada poro de mi piel exudaba el olor a todo lo que había tomado y comido en el Santa Catalina, y mis planes para el día que entraba como flechazos por las rendijas de mi persiana no variaban más allá de a qué lejanía de mi cama debía colocar el balde previsor. Tal jornada hubieras sido un simple hecho borrable, o un mero recurso para retratarme de una manera bukowskianamente halagadora, pero fue justo en esa tarde que tres amigos míos me convencieron de acompañarlos al centro, y de paso meterme en los Fondos Concursables del MEC, frente a los cuales tenía poco interés en participar, básicamente porque sólo poseía una copia de mi novela y me faltaban las fotocopias, la versión digital y el hígado en su debido funcionamiento para emprender los trámites de inscripción que vencían ese mismo día. Por cuestiones del destino, terminé cediendo a los argumentos de mis amigos (que no eran muy sólidos, pero que parecían mejor que estar en un barco vikingo perpetuo el resto del día) y armado de unas hojas impresas en computadora, una bolsa de galletitas y una Gatorade para hidratarme (lo de que es la bebida de los deportistas es puro cuento, cuando vean a alguien tomando una Gatorade, estén 90% seguros de que esa persona tuvo una horrible mañana de resaca) probé suerte en uno de esos tantos concursos de los que nunca había recibido noticia alguna.

Unos cuantos meses después, miraba un concierto de Tom Waits junto a Santiago Casalás cuando me llegó la noticia de que mi novela era una de las ganadoras de los fondos.

Antes del Crepúsculo (no confundir con la delirante “Del crepúsculo al amanecer”, con la hermosa “Antes del atardecer”, o con esa reciente mariconeada de vampiros y licántropos teens) es producto de dos años de trabajo ya bastante lejanos (la comencé a escribir tres años atrás, en unas vacaciones obligadas en México y la terminé dos años después, luego de someter a la obra a una serie de amputaciones y transformaciones que harían babearse a Cronenberg), pero sobre todo de esa tarde que me atreví a retar a mi propio organismo a una larga y calcinante caminata por el centro y Ciudad Vieja.

El miércoles 29 estaré presentando Antes del crepúsculo, a eso de las 19:00 hs, en Café La Diaria (Soriano y Ciudadela). Siendo el jazz cable conductor que atraviesa la novela (y que también supo hacerlo, en cierto momento a este blog), me pareció buena idea agasajar a quien vaya con la presencia de Gustavo Villalba, excelente saxofonista que estará tocando junto a un pianista algunos hermosos temas (como vi que ademas del saxo alto toca el soprano, estuve tratando de convencerlo de que toque My favorite things, de Coltrane). La presentación será también a cargo de Leandro Delgado, quien no sólo es co-creador (junto a jntkdvr) de uno de los mejores blogs uruguayos, sino que es escritor de una de mis novelas de isla desierta, Adiós Diomedes.

Se van a vender ejemplares de mi novela allá mismo (al igual que los materiales de los otros ganadores de los Fondos, entre ellos, mis amigos Ramiro Sanchiz y Horacio Cavallo), aclarando que también pueden comprarlo en bastantes librerías por las que está circulando (creo que hasta la he visto en el Shopping Punta Carretas, así que no debe ser difícil de conseguir).

Quien le haya gustado alguna vez este blog (que sí, que lo tengo algo apolillado), quizás le pueda interesar leer el libro, o tomarse algunos vinos conmigo. Están todos invitados.

Dejo abajo el texto de contraportada de la novela para los interesados:

“Punto muerto, la púa sigue rebotando en el mismo lugar, la música desapareció y mis Mingus-somas comienzan a ser fagocitados por otras células, células del silencio, por antonomasia. Cadenas de carbono formadas por la música se van desintegrando, se desploman sobre sí mismas, y sobre su cadáver se forman otras cadenas de carbono, las cadenas del silencio, las cadenas del sonido del extractor de aire, las cadenas de los tacones altos de la vecina del octavo piso”. A quien escuchamos no es a un científico –o al menos, eso no lo sabemos-, sino a un jazzista en el pico de su carrera (pero desde el que no puede ver el cielo, sino un inmenso precipicio). Antes del crepúsculo es el testamento de un hombre acorralado entre dos voces: la suya propia, voz-machete con la que intenta abrirse paso a través de las trampas que ella misma va sembrando; y la de su saxofón, un grito ensordecedor convertido en una nota invariable, que comenzó a sonar independiente de la voluntad de su ejecutante. Son estas voces las dos aspas de la picadora de carne que Dexter Dawn intentará atravesar, para llegar al otro lado. Pero antes de ellas se levanta un París encajonado, una habitación azul, un misterioso músico islandés, la prensa sonámbula, Kath, un conejo despellejado, duelos, un Chevrolet Impala estrellado y el jazz, cable conductor pelado sobre el suelo mojado de esta obra.

8 comments:

Miggy said...

me gustaría leer algo de eso la verdad, lastima no creo que lleguen a las librerías del sur.

JuanT said...

Hola. Llego hasta acá por tu cuento "killing a cheto", publicado en Otro Cielo, que me gustó mucho, por dos cosas: las descripciones que haces, que son acertadas y que te abren la cabeza al momento, y el cómo se describe explica el humor del personaje; y porque logras hacer un buen retrato de lo que llamo un "hijo de puta accidental", por el que un momento me puse a desear que ganara una pelea que claramente no merecía ganar (¡la empezó sin ninguna razón!)

Voy a ver si me consigo tu libro (aunque ni idea dónde)

Salud,

JuanT

sokon m said...

AAK: ¿será que un escritor necesita estar en contacto con la música de su tiempo? Pienso en astllr, en vos y, por qué no, en Umpi y en Escanlar. Que opinás? Teorizá que es gratis y que hace rato no ponés nada en tu blog.

astllr said...

no sé si necesita estar en contacto con la música de su tiempo, pero necesitaría estar con algún arte de su tiempo, además del suyo. Incluso si sólo escuchara música clásica, escucharía las interpretaciones de su tiempo.

Anonymous said...

Buen articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)

Unknown said...
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Agustin Acevedo Kanopa said...

Juan T:
Recién ahora leo tu comentario, estaba actualizando el blog (sacándole pelusas y polillas gordas que habían quedado durante mucho tiempo) y me topé con él.
Me parece bastante acertado lo del "hijo de puta accidental", es una de las mejores formas de definir ese personaje y ese sentimiento en particular. Estoy medio obsesionado con las pequeñas victorias que puede vivir alguien, más allá de que sean victorias pírricas, a veces completamente desalmadas e injustificadas.
Yo pienso en killing a cheto y pienso principalmente en la frustración y la libertad, la forma en que las dos se tantean y se miden como boxeadores en un primer round.
pienso en eso porque lo vivi, y lo pense, aunque nunca se me dio por pegarle a alguien al azar -aunque muchas veces lo pensé (en ciertos aspectos, agarrarse a las piñas en algunos aspectos es tan absurdo que solo puede ser ralmente legitima si el enfrentamiento es por razones completamente absurdas)
En ultima instancia está ese deseo sencillo de querer sentarse en una plaza y hablar con una mujer desconocida, que creo que fue por donde empecé a la hora de escribir ese cuento.

sokon y astllr:
no estoy seguro de si tiene que ser la música. En el caso de mi novela, elegí a un jazzero por un idilio particular que venía viviendo en aquella época, pero en realidad, tal como dijo astllr en mi presentación, Antes del crepúsculo es una novela sobre la escritura, más que sobre la música. Te diría más, no es tanto sobre la escritura como del escribir, o no tanto del pensamiento como de la voz a secas (en el caso del jazzero una mera nota que se repite).
El sobrepensamiento, la forma en que fluye los recuerdos y las teorizaciones más rápido que el tiempo objetivo es lo que más me obsesionaba del personaje, y creo que es un poco lo que lo forma y que lo condena, creo.

Creo que es necesario que la literatura se agarre de otra disciplina, no necesariamente un arte. Deja entrar un poco de aire a la habitación y hace que el escritor no se maree persiguiéndose la cola.

RChS said...

Sabes que ? He empezado a leer tu post porque estaba viendo blogs y me gusto, no lo acabe de leer todo pero por supuesto que quiero volver para acabarlo ;)

http://electrical-columbia.blogspot.com/