There were business as usual, with the same old fears and frustrations Pasé de la cocina al living y vi a mi perro con la lengua para afuera, como si fuera el perro de Dyer en este cuadro de Bacon. Lo había divisado con el rabillo del ojo, di unos tres pasos. Cada uno de ellos era una posible explicación de lo que acababa de ver. Al cuarto paso me detuve. Iba a ver de vuelta Tropic Thunder en el DVD, pero giré lentamente sobre mis talones y lo vi. Estaba hecho un ovillo, la lengua para afuera, pero no la misma lengua que había visto durante los últimos trece años. Era una lengua pesada, como esas que me impresionaban tanto cuando era niño al ir a las carnicerías con mi madre. Siempre me dije que podría comer cualquier cosa, sesos, tripas, ojos, pero nunca esas lenguas entumecidas que me observaban como GeoDucks esperando comunicarme una sola palabra amputada. Pero mi perro estaba ahí y me puse a intentar divisar algún signo vital. No parecía moverse, chequeé visualmente las costillas y no se inflaban y desinflaban como uno puede se puede esperar. Pasaron diez segundos y ahí me invadió el pánico. Crucé el living, caminé a paso rápido por el corredor (pensé en trotar, pero preferí caminar para no generar sospechas, ¿pero sospechas a quién?) y me encerré en el cuarto. Me quedé ahí en silencio. El libro de Carver ya lo había terminado. Iba a releer unas cosas de Felipe Polleri, pero tras pasar una carilla la imagen de la boca abierta de mi perro, esa lengua independiente como un cangrejo saliendo de su caparazón, revoloteaba sobre mi cabeza, como una polilla desquiciada regando como un avión a chorro todo su polvo ceniciento. Puse His ‘n’ hers de Pulp y lo saqué en seguida, pensando que si se moría mi perro, esa canción iba a estar condenada a estar por siempre asociada con aquella muerte. Sin más que hacer, me quedé sentado en mi cama. Esperando. Me di cuenta de que lo que realmente me aterrorizaba no era la muerte de mi perro (aceptémoslo, tiene trece años y un tumor cerebral que le genera cada tantos unos ataques dignos de Ian Curtis), sino el hecho de ser yo quien encontrara su cuerpo. Entonces estaba ahí, esperando lo inevitable. Estaba con la vista en mi estantería y con la puerta trancada. Pensaba “ahora mi madre va a gritar y va a ser oficial”. Pasaron doce, veinte minutos. No hubo ningún grito. Mi madre preparaba la comida, por lo que capaz que todavía no había llegado a ver el cuerpo en el living. “Tengo que decirlo”, y pensaba que dos años atrás me tocó enterrar el boxer de María. Estábamos viendo un E-true Hollywood Story sobre la vida de alguien que no le importaba a nadie y entra la madre, se queda mirando el suelo y dice “Max?...”. Con solo la pregunta, sin la respuesta o la no respuesta de Max, María y yo supimos que ya estaba muerto, que había muerto entre nosotros sin ningún dramatismo, tan natural como la tos de alguien durmiendo. Ni bien me di cuenta del asunto realicé todo con la frialdad de un obrero cárnico. Tomé la pala, hice un pozo en el jardín, tomé el cuerpo de las dos patas, lo arrojé y lo tapé. Apisoné la tierra con los pies. La alisé con la pala. Fueron minutos después cuando todos los perros de la manzana comenzaron a aullar. Yo soy un hombre de ciencia, y no quise expresar aquel escalofrío a María, que miraba hacia el sol tapado por las nubes sabiendo lo que yo pensaba, y sabiendo que yo sabía que ella sabía. Se quedó en silencio y dijo “me dijeron que hay un truco para hacer que se callen todos los perros”. Yo le pregunté cuál y ella me pidió que me sacara los zapatos. Me los saqué sin preguntar nada y puso el derecho arriba del izquierdo. En el mismo momento que los puso, los perros dejaron de aullar. No dijimos nada, pero nunca presencié nada igual a aquello. Fue recién cinco horas después que me di cuenta de todo lo que había ocurrido. Vi la tierra entre mis uñas y de repente todo se había vuelto completamente absurdo, mis apuntes, las listas de discos que me quería comprar diagramados en mi cabeza, alguna mina que me estaba mirando –o no- en la clase, la vuelta en el 121 a mi casa. Ahora estaba en una situación similar, solo que en vez de tomar la pala, no podía hacer otra cosa que estar encerrado en el cuarto, sólo esperando que lo terrible se presentara, como un entomólogo esperando a que una mariposa salga del capullo. La asociación no es gratuita, ahora que lo pienso. Había leído por ahí que Aristóteles –que entre las quinientas mil cosas que hacía, era un entomólogo envidiable- nunca quiso tratar mucho el tema de las mariposas, o más bien, el tema de las metamorfosis de la cristálida en mariposa. La conclusión que sacaba un historiador sobre el respestuoso silencio de Aristóteles, era que la mariposa -uno de los animales más asociados con lo vital, la plenitud- no era un nuevo ser regenerado, sino el espíritu desprendiéndose del cadáver. También pensaba en esa teoría cuántica de que si uno echa ácido sulfúrico en una caja cerrada con un gato adentro, antes de abrir la caja para ver cuales son los resultados, el gato está vivo y muerto al mismo tiempo. Entonces me daba cuenta de que estaba pensando en mariposas, cajas y gatos para olvidarme por un segundo de que no muy lejos habia un jodido perro muerto en el living. Sí, todos esos rodeos teóricos se extinguían ante la posibilidad del grito de mi madre diciendo “Agustín, por favor, vení”. Y lo esperé. Y se hicieron una hora y media. Fue entonces que escuché el grito de mi madre, pero como nunca lo habría imaginado, completamente calmo, diciéndome que estaba lista la comida. Caminé por el corredor con cada paso pensado como si fuese el último. Ibamos a comer en el living. Ibamos a comer en el living con un perro muerto. Por un momento se me ocurrió la loca de que íbamos a comernos a nuestro propio perro. Pero entonces llego y está Blas parado en sus cuatro patas, esperando poder garronear algo del nuevo novio de mi hermana. Verlo es casi como ver a un fantasma. Mi pecho se llena de nuevo aire. Mi madre: ¿le ponés huevo duro a la ensalada? Yo: “no, así esta bien”.
Este es un post que una gran cantidad de gente odiaría leer –y que posiblemente ni se atreverá a hacerlo- ya que se basa en esa cuestión tan terrible que es la de la revelación de finales de películas. Fue a partir de una conversación que tuve con Guzmán, en la que hablábamos de los finales de películas con explosiones incluidas. Para Guzmán era una mera excusa para hablar de Dr. Strangelove, con esa escena del Cowboy cabalgando una B-2, mientras que yo me puse a recordar aquella divagante vuelta de tuerca de Zabriske Point y el final de Fight Club. Pero después la conversación comenzó a reprocesarse en mi cabeza y terminó con la lista de mis once finales favoritos del cine, que, como es de costumbre, hicieron sinapsis con esa región de mi cortex cerebral cuyo nombre científico es “Esto puede servir para un post”. Sin más que decir, acá la lista:
11-Sleepaway camp (Robert Hiltzik, 1983) Sleepaway camp es de esas películas que podrían aparecer en una desidiosa grilla televisiva de viernes trece, una imagen de fondo agitándose en el televisor de un pijama party en donde toda los púberes están más interesados en jugar al juego de la botella que en sentir auténtico terror. La película está fulera en varios sentidos, y en sus 5/6 de film no se separa mucho de las exigencias del género slasher, sólo que en vez de adolescentes al borde de la adultez –como se suele optar en la mayoría de las películas, generalmente para poder mostrar más tetas sin reparos de conciencia- acá son púberes, preadolescentes, que más allá de su edad –o me gustaría dejar de ser un viejo y decir por su edad- son bastante cachondos y putean como marineros. Naturalmente, comienzan a sucederse asesinatos, casi todos efectuados en un marco que se garantizan el beneficio de la duda: nada de machetazos de lleno en el cráneo, acá hay ahogamientos, gente calcinándose con hoyas de agua hirviendo, bullies comidos por las abejas, o sea, pretty ambiguous stuff. Recién en la recta final la cosa se pone más jodida, y casi como en un killer rampage digno del amok malasio, se mata a una considerable cantidad de niños y animadores. Bueno, hasta acá nada fuera de lo común, pero todo se va a la mierda, a la recontra mierda en el final. La película estaba centrada sobre un chico y su prima, una niña cohibida menos sensual que Joey Ramone en tanga que intenta esquivar todas las bravuconerías del resto de los niños en esos Summer Camps tan obsesivamente citados en las películas yanquis. Más allá de la apariencia inentrable de la niña y su personalidad acorde, las situaciones se dan para que un chico sensible y gentil comience a cortejarla. Cuando comienza a enamorarse, todo se va downhill porque el pibe bueno termina cayendo presa del cachondeo de una pendeja que parece que sufriera de fiebre uterina. Es ahí que, al mejor estilo homérico, cae el puño de los dioses sobre el campamento, produciéndose el festín sangriento que había mencionado unos renglones más arriba. A pocos minutos de este terrible encadenamiento, vemos que, más allá del rencor, la niña invita al chico que la cortejaba a nadar en el lago. Es ahí donde viene el momento completamente wtf del film –posiblemente uno de los más bizarros que haya presenciado. Uno de los animadores sobrevivientes se acerca a la niña y ve que está acariciando la cabeza de su enamorado. Cuando se acercan un poco más, se dan cuenta de que es exactamente eso: sólo la cabeza. El tipo le dice algo a la niña y ella se levanta. Un zoom out va pasando de la cara –un gesto terrorífico, casi inhumano se talla en su rostro- al resto del cuerpo. Está desnuda. Cuando la cámara llega a enmarcarla más allá de la cintura la vemos. La vemos. Un pene. La niña era un niño. Eso no explica nada, no sirve para justificar nada de la película –los asesinatos no necesitaban ninguna fuerza particularmente masculina ya que eran más astutos que fieros-, pero funciona de una manera perturbadoramente efectiva. Toda la gente que conozco flipó con aquel final, y la conclusión que se puede sacar no es que su constructo simbólico se descalabra sobre la revelación de que la asesina es quien menos esperaban –más o menos, la estructura nitrogenada de cualquier film del tipo whodunnit-, ni tampoco en el hecho de descubrir que la niña no era tal cosa. No, lo que resulta terrorífico no es nada de aquello, no es nada metafórico ni metonímico, es sencillamente eso: el pene. Ese pene suelto, perdido en un lugar donde no debería estar. Una parte que se morfa al todo, un agujero negro que destruye las gestalts. El impacto es casi omnipresentemente efectivo porque toca la fibra misma del núcleo duro de cualquier situación traumática. Una súbita invasión de lo real, con un sistema simbólico que no puede encorsetarlo dentro de su red. Todos en Sleepaway Camp se quedan paralizados, no por lo que debería ser narrativamente impactante –digo, a mi por lo menos me impactaría descubrir un@ asesin@ con la cabeza decapitada de un niño en su regazo-, sino por un objeto sencillo, perdido en un lugar donde no tendría que estar.
10-Usual suspects (Bryan Singer, 1995) La historia de las vueltas de tuerca vienen de mucho tiempo atrás y posiblemente se remitan aún más allá de El gabinete del doctor Caligary (cuando se plantea que toda la historia había sido producto del delirio de un internado en un psiquiátrico). Sin embargo, desde mediados de los noventa hasta nuestros tiempos recientes el recurso se fue banalizado, vilipendiando, usándoselo de manera indiscriminada y muchas veces errónea. Uno ya llega a ver las películas sabiendo que a cierto minuto del film, generalmente al 4/5 del film, la historia pegará un vuelco que nos dejará a todos contentos. El final inesperado, el mago saca otro aburrido conejo de la galera. Y todos contentos. Me acuerdo el final de Sexto sentido. El desarrollo de la película era casi como una mera excusa para el final. Era la primera vez que el final estaba más publicitado que el film en sí –con todos los riesgos que ello acarrea-. Posiblemente el hecho de que todos me dijeran lo increíble que era aquella vuelta de tuerca, terminó por decepcionarme, o anticiparme a lo que iba a ocurrir. Por aquella época no sabía mucho de cine, y más allá de que me pareció el final ciertamente inflado, no fue algo que me molestó de sobremanera. Sin embargo, viendo el resto de la filmografía de Shyalaman me di cuenta de que no tardó en convertirse en un one-trick-director. Sus filmes eran teleológicos, pero en el mal sentido de la palabra. Estaban articulados en base a eso, en el momento de deslumbramiento en donde nos damos cuenta de que el protagonista es un fantasma, o en donde nos damos cuenta de que una pueblo rural del siglo XIX es en realidad una especie de comunidad Amish hipertrofiada, existente en la actualidad. Lo malo de este tipo de finales es que lisa y llanamente nos están forreando. El director sabe algo que nosotros no sabemos y nos lo muestra al final. Está jugando con nosotros. Se dedica a patear la pelota al banderín del corner para encajarnos un contragolpe al final. Diría más, tiene comprado al juez. El es el juez. Las vueltas de tuerca –tal como me lo dijo Darío en una ocasión- tienen sentido en tanto se presenten y tengan coherencia con material ofrecido al espectador. Se puede concebir la omnisciencia del narrador, pero en el caso de este tipo de finales, aquello termina resultando una asimetría molesta, hipócrita, altanera. En cierto modo no sé hasta qué punto Usual Suspects se somete o no a tales imperativos. Hacía tiempo tenía ganas de verla, pero temía aquella triste sensación presenciar el mal envejecimiento del film, o que no está a la altura de su recuerdo. Sin embargo, el final funciona, y sigue impactando cómo se va enderezando la pierna de Kevin Spacey mientras se va de la sala de interrogatorio y al detective se le cae en raelenti su taza de café. 09-Mi mejor amigo (Werner Herzog) El binomio Herzog-Kinski era un compuesto que en sus uniones y separaciones generaban mayor energía que la de dos núcleos de uranio. Uno ha leído, estudiado, e incluso conocido relaciones enmarcadas en una dinámica amor y odio, pero en la bina H/K el lenguaje se queda corto, o al menos hay que repensar la idea de odio y amor desde sus bases. Porque vamos a ser claros, estamos hablando de dos personas que llegaron a planear la muerte del otro, donde incluso, ante la amenaza que Kinski abandonase el rodaje de Fitzcarraldo, Herzog lo obligó a terminar con una escopeta del otro lado de la cámara. Ante tales situaciones, uno pensaría, "bueno, acá se acabó", pero luego se dieron nuevos encuentros, nuevas cofradías, nuevas películas en donde los conflictos de siempre aparecían, al borde de lo físico, como si fuesen dos polillas drogadas revoloteando alrededor de una lámpara, sabiendo que bastan dos centímetros más, dos centímetros menos, para morir de un golpe de corriente. Y posiblemente los dos eran bombillas y lámparas entre ellos. Dos dopplegängers, todo lo que uno no era lo era el otro, y en su separación nunca iban a ser los mismos –no es sorpresa que aún hoy los films más inolvidables de Kinski y de Herzog son los que estuvieron en colaboración. Mi mejor amigo siempre pivotea entre el inmenso afecto, el odio y el terror que le generaba Klaus Kinski a Herzog. En el mismo documental, casi se lo presenta, más que como una persona, como una fuerza en bruto indomable, un toro que uno puede utilizar para arado pero que en cualquier momento puede enterrarte una cornada, algo que se ve en la misma comunión con la naturaleza casi romántica que caracteriza la obra y el pensamiento de Herzog. El día que murió Kinski, Herzog dijo que, en cierto modo, sintió un extraño e innombrable alivio. El destino estaba marcado, nadie puede actuar, vivir como Kinski lo hizo y esperar que su mente, su cuerpo, su piel, sus células, sus mitocondrias sigan sintetizando encimas por energía pasando los sesenta años. Una vez me contó un ex torero que los banderilleros pican a los toros no por el mismo espectáculo –cruento, de acuerdo-, sino por ser la única manera para evitar que se le explote el corazón en la plena corrida. De la misma forma, puede ser que Herzog haya sido ese banderillero que permitió que por lo menos en un tiempo, Kinski no fuera sólo un candidato más para una operación de lobotomía, o un terrorista, o un asesino a sueldo, o un suicida hermoso. Y sin embargo, en la última escena del film, el alemán muestra ese momento íntimo de Kinski con una mariposa subiéndosele a diferentes partes del cuerpo. Kinski juega con ella, sonríe y mira a la cámara, y aquel claroscuro de una bestia sosteniendo algo tan frágil, como una pinza mecánica tomando una bombita de luz, lo hace casi un apax en toda la filmografía de los dos. Tal final es una de las mayores muestras del cine como un acto de amor.
A mi no me gusta tanto el final de Melinda y Melinda. Si, esta buena la forma abrupta en que cierra, pero me parece que en esa forma de realizar grandes reflexiones al final de sus peliculas, Woddy Allen tiene mejores ejemplos. Creo que posiblemente el mejor final Allenesco (o al menos, el más representativo) sea el de Manhattan, con los fuegos artificiales estallando en la ciudad. También está el íntimo y bergmaniano de Interiores- Una cosa curiosa es lo que dijo una vez sobre el final de Hannah y sus hermanas, alegando que es un final bastante oscuro, algo que de hecho no he logrado descifrar, ya que superficialmente todo termina mas o menos bien.
Hace tiempo que estoy por bajarme O lucky man!, principalmente debido al fanatismo que se que usted le profesa. Despues le contare
Agustín: Pasa que eso que dice el tipo antes de chasquear los dedos no me parece exactamente una gran reflexión.
Quiero decir: el diálogo anterior entre los cuatro comensales, que termina con la reflexión del tipo que chasquea los dedos, sí me parece un gran reflexión ("gran" en el sentido de profunda): la vida como tragicomedia; o como tragedia o comedia, según el punto de vista.
Lo que dice el chasqueador al final me parece, como dije en la entrada que vinculé, una de esas verdades perogrullescas, sabida y evidente, pero no por eso menos digna de ser señalada y tenida en cuenta: podés morirte cuando menos lo esperes, literalmente, y por lo tanto sólo queda el vivir haciendo honor al viejo lema ("carpe diem").
Lo que me parece genial, como recurso cinematográfico, es el ilustrar gráficamente el final abrupto e inesperado de la vida con el final abrupto e inesperado de la película. Y digo que el final de la película es inesperado porque, aunque a es altura ya se sabe que el filme está casi por terminar, uno no se imagina que lo haga así, de manera cortante e ilustrativa de lo que el personaje que está hablando dice en ese momento. "La vida puede terminarse así". Chasquido de dedos y corte a negro. Dos o tres segundos después, los créditos.
No digo que sea el mejor final de la historia del cine, ni mucho menos. Ni siquiera afirmo que sea el mejor final de una película de Allen. Sin embargo, sigue pareciéndome magistral.
walter hego: Si, entiendo lo que dice, walter. Ese ultimo recurso esta bien utilizado. Lo unico que he notado es que en las ultimas peliculas de Allen medio como que se esta abusando un poco de la perogrullada. Antes habia algo de eso, pero estilisticamente le daba un poco mas de vuelo. Esas ultimas reflexiones me han incomodado un poco ultimamente, aunque posiblemente porque las haga justamente Woody Allen. Si las hiciera otro posiblemente no me molestaria, y hasta me pareceria simpatico
PD: Hablando con Eze me di cuenta que cuando escribo sobre The night of the living dead, doy medio a entender como que la trama es un lugar común. Por supuesto que no, no solo por ser de las primeras que lo abordan de esa manera en particular (seria como decir que los primeros discos de los Rolling Stones tienen lugares comunes por todas las bandas cabeza que la siguieron), sino también por particularidades del film en sí. Básicamente me referia mas que la pelicula no seria tan eterna si no fuese por un final asi. Ta, nada mas eso
Sobre los finales de Shyamalan: recomiendo un capitulo de Robot Chicken (S01E09) donde los parodian en un segmento llamado "M. Night Shyamalan's The Twist", supuestamente una pelicula de Shyamalan donde se sucede un Twist inverosímil atras del otro. Muy gracioso para todos aquellos que les indigna que algunos se hagan fama berretizando buenos recursos.
Ahora ya no es tan divertido arrastrar por el piso a Shyalaman, en un momento donde todo el mundo, posiblemente desde La dama del lago, le da como en bolsa. Sin embargo, es verdad, el tipo se quedo en esa y medio como que no salio de ahi. Cuando era mas chico (suponete, de los diecisiete a mis diecinueve) casi invariantemente usaba ese recurso a la hora de escribir cuentos -mas influido por Cortazar, tipo que es un verdadero maestro en las subitas vueltas de tuerca-, y ya de relativamente pendejo me di cuenta de lo limitado de tal derrotero. No entiendo cómo es que Syalaman no.
Habiendo vivido toda mi vida coloniense al borde de la ruta 1, la muerte de perros por atropellamiento era bastante común, y, desde que tengo memoria, la única causa de muerte de perros en mi casa. Recogerlos de la banquina y enterrarlos era una actividad asquerosa. Aún me duele la muerte de mi perra hace más de tres años, alguien a quien quería casi como a una hermana, y a quien consideraba que sólo le faltaba hablar para ser una persona. Yo no estuve ahí, pero lo peor quizás no sea eso: por motivos que sólo mi hermano puede conocer, poco antes o después de ese suceso desaparecieron todas las fotografías y videos almacenados en mi PC (junto con otros innumerables archivos), incluyendo las de mi perra. La única foto que se conservó, por haber quedado almacenada en la cámara, es la de la Zorra en su tumba, antes de que la cubrieran de tierra, toda sucia y lastimada. Sólo me queda mi memoria.
Y hablando de dolores... 19 de abril. La puta madre.
DEG: A mi me pasaba algo similar con la calle Mario Ferreira en Atlantida (solo que mas cerca de lo ominoso que desde la tristeza). Con mi abuela soliamos ir a la playa temprano y teniamos que cruzar tal calle. Casi una vez por semana nos encontrábamos alguna comadreja aplastada (literalmente aplastada, habia vecinos que la sacaban con una pala como quien rasquetea un plato con un tenedor) y toda la ceremonia de sacarlas de ahi siempre se me quedo completamente estampada en mi memoria. Con respecto a 19 de abril, parece que los dos vamos a tener medio vedada esa zona por un tiempo. Fuerza, DEG
El final de "A través de los Olivos" de Kiarostami es una excelente clase de lenguaje cinematográfico.
INT/TAXI/NOCHE
El taxi toma por una calle oscura. El pasajero se saca los championes. Pone el champion derecho encima del izquierdo. A lo lejos los perros continuan ladrando.
Entré a recriminarte que vos tampoco andás actualizando tu blog pero me tapaste la boca.
No vi ninguna de las películas que mencionás (bah, vi Fight Club y Sexto Sentido - y, extrañamente, a la primera le adiviné el final y a la segunda no pero yo tiendo a funcionar al revés) pero me leí todo. Debe ser uno de los únicos posts en que no me salteé las partes que no me interesaban (quizás porque, de alguna forma, lograste que me interesara más allá de mi falta de interés... o algo así).
Perdón si suena complicado, estoy semi dormida.
Impresionante el final. Lograste que me sienta identificada aunque siempre las cosas pasan distintas para todo el mundo.
Y una lástima habernos perdido en Buenos Aires... pero sería el colmo vernos en otro país cuando nunca nos vimos en el nuestro :P
Fuerza y arriba y hacé de cuenta que estoy diciendo mil cosas que mágicamente te hacen sentir mejor. Nunca sé muy bien qué decir en estos casos.
No vi todas las películas de la lista, pero concuerdo con tu apreciación en lo que respecta a las que si ví; Luces de Ciudad creo que es también mi final número uno, es increíble. Otro final de Chaplin muy bueno es el de El Circo. Con Los Sospechosos de siempre me pasa algo parecido a vos: la ví muy de pibe y es tal la impresión que me causó que no la quiero volver a ver para no desilusionarme.
Dejo una lista de algunos finales que me impresionaron:
1. Solaris. Un mensaje bastante personal y emotivo de Tarkovsky que en otras películas se vuelve bastante sermonero.
2. El Pasajero. Otro final clásico de Antonioni, la última toma es tremenda y la frase final de la esposa del personaje de Jack Nicholson es la guinda.
3. Vivir su vida. Godard tiene varios finales muy buenos. Este me gusta por que es el anti-Hollywood, y no es porque una película de Hollywood no pueda terminar de esta forma argumentalmente hablando, sino por la completa falta de melodrma con la que Godard maneja esta escena. Me dejó helado la primera vez que la ví.
En fin, se podrían llenar varias hojas con grandes finales, pero bueno... Saludos Guzmán
d.i.t: Anda complejo el tema de las actualizaciones de blogs. Este mismo post me tomo casi un mes escribirlo, y creo que mas alla de su (i)razonable longitud (creo que son como catorce carillas de computadora), habia algo como que no me dejaba terminarlo, y que tiene que ver con otros finales, algo precisamente relacionado con el epilogo, que curiosamente fue lo primero que tenia escrito. Con respeco a un encuentro, concuerdo con su apreciacion. Algun dia de estos es posible que nos cruzaremos de pura casualidad.
Guzman: *Mirá, me había olvidado de Solaris, que podría ser un fiel competidor de esta selección, en cuanto a final descomunalmente ambiguo y metafísico. Para mí es un gigantesco ejemplo de cómo un director se puede cagar en el material original y terminar elegantemente parado (esa vuelta de tuerca con el zoom out que muestra al protagonista abrazando a su padre en la dacha, dentro del mismo mundo onirico-proteico de solaris no estaba en la version d Stanislav Lem y cambia radicalmente el significado de la obra). *El Circo no la vi, voy a alquilarla cuando pueda. Me es casi obligatorio ver todas las peliculas de Chaplin *Entiendo lo que decis de Vivir su vida, pero emocionalmente no me funciona (aunque sigue siendo una de mis peliculas favoritas). Nunca va a haber una razon lo suficientemente valedera para matar a una entidad tan jodidamente hermosa como Anna Karina.
Creo que esa expresión en la cara (más el agregado del pene) me va a perseguir toda la vida, tremendo.
Vos sabes que toda la vida habia pensado que habia visto "The night of the living dead" pero obviamente no, es increible, es como una tapa de Jandek hecha película.
"The passenger" es una gran película que vi varias veces a través de los años, pero que hace muchos que no veo. El otro día quise bajarla, y cuado terminó la descarga y empecé a verla descubrí con horror que era una versión doblada. Peor: con dos doblajes simultáneos casi superpuestos: primero empezaba oírse una línea en castellano, a cargo de un español, y casi enseguida de haber empezado a oírse la misma se la oía en boca de un italiano.
Si alguien sabe de dónde puedo bajar una versión sin doblaje, agradecería infinitamente el dato.
Como dato anecdótico, una de las películas que más me aburrió en mi vida (al punto de que estuve a punto de irme del cine) también es de Antonioni: "El desierto rojo".
Bruno: Agreguele la hora y veinte de creer que la mina -asesina o no- no es una "niña", e imaginese entonces el impacto
walter: Ver Desierto rojo es una prueba de resistencia tremenda. Yo la vi medio cabeceando en la casa de mi ex novia y al final de la pelicula (despierto, milagrosamente) senti como si hubiese jugado un pentatlon en La paz. Mas alla de eso, una semana despues, descubri que aquel film, con esos colores, esos escenarios, fue una de mis experiencias esteticas mas hondas que tuve en el cine
matías: Es curioso, pero A traves de los olivos debe ser una de las peliculas con mas intentos fallidos de verla que tuve en mi vida. Lo mas curioso es que lo que he visto del film me gusto mucho (esta todo re bien con Kiarostami), pero siempre surgia algo (sueño, dvd rayado, otro compromiso, cagalera) que me terminaba alejando de la posibilidad de terminar de verla. Probare verla una vez mas
Excelente y, concuerdo, muy valiente epílogo. No creo que haya nada nuevo al respecto, que ya no te haya comentado en persona, asi que me limito a destacarlo sin más.
Habemos unos cuantos con calles vedadas en el Prado por asuntos pasados de la misma calaña. Que barrio extraño, debe ser por algo que le ponen al agua...
Dentro de poco se forma en facebook un grupo llamado "yo tambien tengo vedado el prado por cuestiones amorosas". Es curiosa su pregunta, fino, sería un asunto de concienzuda investigación, lástima que ya terminó el plazo de fondos concursables del MEC. El otro día vi de vuelta My winnipeg y Guy Maddin hablaba de un río que atraviesa su ciudad, el río Fork, que supuestamente tiene otro río subterráneo circulando por debajo. El prado es conocido por el Miguelete, pero habría que ver que otros ríos subterráneos llegan a los grifos de los pobladores de un barrio tan rico en duelos y desamores. Es un asunto sobre el que astllr o jntkdvr podrían tener conocimiento, habrá que ver si saben algo. Otra teoría más allá de la hídrica es la naturaleza del prado como escenario para tales dolores. Posiblemente sea el barrio en donde las estaciones más asociadas con enamoramientos y desenamoramientos (primavera y verano) se muestran de forma más descarnada (posiblemente no haya cosa más triste y más alegre como el Rosedal en invierno y primavera, respectivamente). Finalmente, hay ciertas particularidades en la población femenina del prado (estética, física, ideológica, y yo que sé más) que las convierten en objetos privilegiados de obsesiones y dolores de otro tipo.
El final que más he disfrutado es el de "El ángel exterminador", de Buñuel. A parte de ser un final brutal, las circunstancias se sumaron para que fuera inolvidable. Supongo usted conoce la historia, entonces obviaré esa parte. El caso es que al final el encierro de los protocolarios burgueses mexicanos se repite en la Iglesia, después del sepelio del tipo que murió en el encierro anterior (el cura no sabe si debe salir él primero de la iglesia, o si son los feligreses los que deberían salir primero). Lo último que se muestra es la Iglesia y se ve espeluznante. La primera vez que la vi fue en una sala de cine pequeña y cuando la pantalla se fue a negro, ninguno de los espectadores se movió. Nos quedamos alrededor de tres minutos en silencio, nadie parecía querer salir de la sala de cine. Alguien se percató de ello y decidió ser el primero en salir, para romper el hechizo del protocolo. Luego todos en la sala estallamos en risa. Es la locura colectiva más extraña que he experimentado en vida. Respecto a lo del gato de Schrödinger, y sin querer ser caza gazapos, creo que le da una explicación tan simplista que de hecho anula el quid de ese experimento mental. Saludos, y como siempre, un gusto leerlo.
Concuerdo con su apreciación del final de El ángel exterminador (es interesante cómo los subtextos del cine contagian el mismo entorno en el que son presenciados). Siendo un final genial -y, tal como dice, es extrañamente espeluznante ver a todas las ovejas entrando en la iglesia-, me parece que resulta un poco más interpretable que otras películas de Buñuel, sobre todo por el detalle de la servidumbre que logra irse antes de que suceda el sitio incorpóreo, como esas aves que comienzan a graznar como locas antes de tsunamis y terremotos. Es curioso pensar qué haría Hollywood como refrito de una película de gran tamaño. Posiblemente, se alejarían de la misma disuación inherente de los invitados, e inventarían un campo de fuerza electromagnética bien terraja. Con respecto al asunto del gato, confieso que estoy tocando de oído, pero sólo era algo que simplemente me había circulado por la cabeza.
Estoy intentando recordar algún final genial en películas pero en este momento no se me ocurre ninguno, y además no vi ninguna de esas once películas (sí, soy un desastre). ¿Qué estuviste viendo en el BAFICI por cierto? Fijate que te dejé un mensaje en el perfil de Last por lo de Ornette.
Si, ya me fijé, reviso mi situación financiera y le comento en los próximos días.
En el BAFICI vi como unas cuantas pelis, entre las cuales lo más destacable fue The Wrecking Crew (documental sobre músicos de estudio que curiosamente desde lo musical son los intérpretes más famosos de la historia, al mismo tiempo que nadie sabe quien son), Monsieur Verdoux y Beautiful Losers (lindo documental sobre cierta movida under integrada por Templeton, H.Korine y otros).
Me quedé con ganas de ver Pansy Division
Si no vio ninguna de las once, le recomiendo que agarre Mulholland Drive. Para empezar siempre es bueno.
Muy buena la anécdota del entierro de la perra. Gran comienzo y gran final. Es un comienzo que también es un final. Pero no puedo decir que el final acá sea un comienzo. Los finales son finales.
No vi todas las películas que presenta, agustín, pero la que más me impactó es Aguirre, nunca pude sacarme de la cabeza esa invasión de monos-rata con Kinski rengueando en su reino convertido en una barca podrida.
Sobre Mulholland Drive, qué decir. Dentro de las de Lynch, mi final favorito es Wild at Heart, pero a lo mejor no cuadraba aquí con el espíritu de final-final. También me gusta mucho el final de Carretera perdida, con el tipo moviéndose más rápido que lo que permiten las leyes físicas.
A mi las películas no me acompañan en los momentos difíciles y me las pueden hacer incluso peor. Prefiero la música y podría hacer una lista de los discos, canciones que me acompañanan en la profundidad y canciones que me sacan de la profundidad. Pero bueno, esto sería tema de otro posteo.
Sobre el mapa emocional de la ciudad, con el tiempo he visto que las zonas delicadas varían mucho con el tiempo y adquieren muy diferentes coloraciones. Ud. tiene la (mala) suerte de haber conocido íntimamente una de las calles más espectaculares de la ciudad.
Sí, originalmente el post comenzaba con el epílogo, pero me pareció interesante encerrar el conteo entre dos finales (que son tan epílogos como prólogos)
A mi el final de Wild at heart no me convence. No me genera el shock de indignacion que le genera a mucha gente (incluso a fans de Lynch), pero me parece que no termina de cerrar, no tanto temática, sino estéticamente, la incursión del hada buena. Carretera perdida ya es otra cosa, y la sensación que genera esas líneas amarillas siendo devoradas por la cámara mientras suena David Bowie (curiosamente, otro caso de una obra encerrada entre dos epílogos -o dos prólogos) es muy jodida.
Con respecto al cine como catalizador/antídoto de estados emocionales, a mi hay varias películas que me han salvado de profundas depresiones, como la mayoría de Humphrey Bogart, Una mujer es una mujer, todas las películas de los hermanos Marx, o Almost Famous, que siempre que ando medio en la cornisa la pongo para tranquilizarme.
En este tiempo me he dado cuenta cuán doloroso es despedirse de una calle a la que uno le tine afecto. La otra vez fui con mi padre al Viera, y secretamente esperaba que cortáramos camino por Lugano (como si estar dentro de los vidrios del auto me garantizara cierta seguridad, o como si fuera un acto mas respetuoso frente a esa calle), pero termino agarrando por Suarez. Obviamente, no dije nada
A mí me gusta el final de Corazón salvaje, me gusta ese exceso. No olvidemos que el maestro es un maestro del melodrama. Parece que dijera: "Querían Hollywodd? Querían final feliz? Ahí va uno..."
Sobre la deriva, supongo, sí, que habrá sido como si esos dos pibes le hubieran caminado por la columna vertebral. Extrañas formas de exorcismo que nos toca vivir...
Justo hablando de finales hollywoodenses, el otro día volví a ver El ladrón de orquídeas, y aquel Ouroboros que se conforma a lo último del film sigue funcionando muy, muy bien. La película no es sólo metacinematográfica en aquel final (las exigencias del profesor de cine sobre tramas emocionantes y el correspondiente viraje del film con droga, persecuciones automovilísticas y cocodrilos(!)), sino en el hecho de que eventualmente se terminó llevando acabo ese draft de script que el gemelo de Nicholas Cage quería llevar a cabo -Identidad, un policial psicológico medio flojito, tal como se podía esperar. Los cuadros dentro de cuadros suelen ser muy embriagadores.
Regresé porque recordé otro final que me gusta demasiado, el de "The Player", de Robert Altman. Me parece la mejor burla que han hecho de los finales felices (siendo el final de Adaptation la mejor burla a los finales con muchos giros dramáticos). Otra cosa que se me olvidó decir la vez pasada: Smothered In Hugs es una de mis canciones favoritas de Guided By Voices, pese a su temática medio vampírica. Me gusta la parte del principio que habla sobre ese "algo" que se estaba comiendo a todos el verano en el que el otro vino. Saludos.
Uh, es verdad, ese final hollywoodense de The Player es sublime. De hecho The Player es de las peliculas mas metacinematograficas que he visto, como en el comienzo, que una gente habla de los comienzos largos de una sola toma, y todo sucede en un plano secuencia de casi cinco minutos.
Con respecto a Smothered in hugs, además de ser, junto a Over the neptune mesh gear fox, mi tema favorito de GBV, el uso del mismo no es inocente. Hacía un año o mas habia escrito este post de unas vacaciones con maria que llevaban el titulo "In the summer that you came ther was something eating everyone". De cierto modo, por las circunstancias en que se dieron me parecia que era necesario escribir este post titulandolo con el reverso de esa cancion, con ese verso "in the winter that you left there was business as usual with the same old fears and frustrations". Las distintas formas que tenemos de cerrar circulos...
...hoy vi un gato muerto. pero bueno, cosas que suceden... Como le va Agustin! tal vez no se acuerde muy bien de mi pero alguna que otra vez tuvimos alguna charla aparte de estudiar lo mismo.
Tengo en mente algunas ideas que me gustaria compartir contigo. Necesito una persona atormentada y con ideas geniales...
Excelente blog, me transmite la calidez de "soy neurotico y lo admito con orgullo"
te dejo mi correo y mi blog... ni bien puedas, agradeceria enormemente te cominicaras conmigo.
Agustín: El lunes pasado te escribí por correo acerca del asunto de la copia del vídeo de Hitchcock. No sé si te habrá llegado, así que cuando leas esto avisame si no lo recibiste y te lo reenvío.
Tengo el render, pero hay que negociarlo. Mi lamentable desempeño genera reservas para que lo suelte tan fácilmente. Tal vez a cambio de películas y discos... no se, puede ser, no?
Agustín: ¿Seguís teniendo la misma dirección de correo electrónico en Hotmail? Te escribí ahí por lo del vídeo de Hitchcock, pero el mensaje parece no haber llegado.
"Hay que vivir absurdamente para así acabar con el absurdo"
Julio Cortázar
"Hay que volver al barro y amputarle los dedos al alfarero. Volver a ser el hermoso excremento, libre de oler y repugnar, alambrando abrazos y cosiendo retazos, despues de todo, todos somos aserrín del mismo taller de la resignación"
Yo
"Bidet, aquella verdad encapsulada en cerámica, así como desde hace años vengo preconizando la importancia que tomará el hule en nuestra lacerante existencia, así como el hule ha sido el contenido de esta revolución reptante y silenciosa, el Bidet es la forma, es la verdadera generala de travestidos esperando ser desnudados con golpes de chorizos, el olvido ocultado bajo el manto de un vagabundo bebedor de productos de limpieza"
Fritz Oestron
El Sistema es el siguiente:Brunomilan y Agustin Acevedo Kanopa sacan la cuchara y empiezan a escarbar en las fangosas ciénagas de Mutant Sounds. Encuentran de todo, cadáveres en proceso de descomposición, petróleo y restos materiales de una civilización tapada por la lava como en Pompeya, géneros y mezclas de los estilos más extraños y disímiles que uno pueda imaginar.Se rompió un caño, de ahora en más, ¡¡¡bandas polacas motorik con elementos de folklóricos de europa del este, post-punk gótico compuesto por monos que mean por sondas, cumbia progresiva, minimal synth creado en un hospicio previo a la caída del muro, el eslabón perdido del rock and roll en una banda de tango industrial rumano!!!
40 comments:
Agustín: Un final cinematográfico que me parece sencillamente genial es éste, como dije en su momento.
Otro es el de O lucky man!. Pero ése es uno de mis filmes de cabecera (y el primero), así que esa película me parece memorable de principio a fin.
A mi no me gusta tanto el final de Melinda y Melinda. Si, esta buena la forma abrupta en que cierra, pero me parece que en esa forma de realizar grandes reflexiones al final de sus peliculas, Woddy Allen tiene mejores ejemplos. Creo que posiblemente el mejor final Allenesco (o al menos, el más representativo) sea el de Manhattan, con los fuegos artificiales estallando en la ciudad. También está el íntimo y bergmaniano de Interiores-
Una cosa curiosa es lo que dijo una vez sobre el final de Hannah y sus hermanas, alegando que es un final bastante oscuro, algo que de hecho no he logrado descifrar, ya que superficialmente todo termina mas o menos bien.
Hace tiempo que estoy por bajarme O lucky man!, principalmente debido al fanatismo que se que usted le profesa.
Despues le contare
entendí bien?
Agustín: Pasa que eso que dice el tipo antes de chasquear los dedos no me parece exactamente una gran reflexión.
Quiero decir: el diálogo anterior entre los cuatro comensales, que termina con la reflexión del tipo que chasquea los dedos, sí me parece un gran reflexión ("gran" en el sentido de profunda): la vida como tragicomedia; o como tragedia o comedia, según el punto de vista.
Lo que dice el chasqueador al final me parece, como dije en la entrada que vinculé, una de esas verdades perogrullescas, sabida y evidente, pero no por eso menos digna de ser señalada y tenida en cuenta: podés morirte cuando menos lo esperes, literalmente, y por lo tanto sólo queda el vivir haciendo honor al viejo lema ("carpe diem").
Lo que me parece genial, como recurso cinematográfico, es el ilustrar gráficamente el final abrupto e inesperado de la vida con el final abrupto e inesperado de la película. Y digo que el final de la película es inesperado porque, aunque a es altura ya se sabe que el filme está casi por terminar, uno no se imagina que lo haga así, de manera cortante e ilustrativa de lo que el personaje que está hablando dice en ese momento. "La vida puede terminarse así". Chasquido de dedos y corte a negro. Dos o tres segundos después, los créditos.
No digo que sea el mejor final de la historia del cine, ni mucho menos. Ni siquiera afirmo que sea el mejor final de una película de Allen. Sin embargo, sigue pareciéndome magistral.
M y S: ¿Eh? ¿Lo qué?
Qué manía de ser hermético, che. Digo, ¿de qué cazzo estás hablando, hermano?
manzanilla y sal:
supongo que si, entendio bien.
walter hego:
Si, entiendo lo que dice, walter. Ese ultimo recurso esta bien utilizado. Lo unico que he notado es que en las ultimas peliculas de Allen medio como que se esta abusando un poco de la perogrullada. Antes habia algo de eso, pero estilisticamente le daba un poco mas de vuelo. Esas ultimas reflexiones me han incomodado un poco ultimamente, aunque posiblemente porque las haga justamente Woody Allen. Si las hiciera otro posiblemente no me molestaria, y hasta me pareceria simpatico
PD: Hablando con Eze me di cuenta que cuando escribo sobre The night of the living dead, doy medio a entender como que la trama es un lugar común. Por supuesto que no, no solo por ser de las primeras que lo abordan de esa manera en particular (seria como decir que los primeros discos de los Rolling Stones tienen lugares comunes por todas las bandas cabeza que la siguieron), sino también por particularidades del film en sí. Básicamente me referia mas que la pelicula no seria tan eterna si no fuese por un final asi.
Ta, nada mas eso
Tarde.
Pero antes que weg.
Walter:
preguntaba si había entendido bien el epílogo.
niente in piu.
M y S: Ah, ta. Gracias por despejar la incógnita.
Sobre los finales de Shyamalan: recomiendo un capitulo de Robot Chicken (S01E09) donde los parodian en un segmento llamado "M. Night Shyamalan's The Twist", supuestamente una pelicula de Shyamalan donde se sucede un Twist inverosímil atras del otro. Muy gracioso para todos aquellos que les indigna que algunos se hagan fama berretizando buenos recursos.
Ahora ya no es tan divertido arrastrar por el piso a Shyalaman, en un momento donde todo el mundo, posiblemente desde La dama del lago, le da como en bolsa. Sin embargo, es verdad, el tipo se quedo en esa y medio como que no salio de ahi. Cuando era mas chico (suponete, de los diecisiete a mis diecinueve) casi invariantemente usaba ese recurso a la hora de escribir cuentos -mas influido por Cortazar, tipo que es un verdadero maestro en las subitas vueltas de tuerca-, y ya de relativamente pendejo me di cuenta de lo limitado de tal derrotero. No entiendo cómo es que Syalaman no.
Mortal el comienzo y sumamente valiente el final.
la cuestión del cine obviamente no la leí.
Habiendo vivido toda mi vida coloniense al borde de la ruta 1, la muerte de perros por atropellamiento era bastante común, y, desde que tengo memoria, la única causa de muerte de perros en mi casa. Recogerlos de la banquina y enterrarlos era una actividad asquerosa. Aún me duele la muerte de mi perra hace más de tres años, alguien a quien quería casi como a una hermana, y a quien consideraba que sólo le faltaba hablar para ser una persona. Yo no estuve ahí, pero lo peor quizás no sea eso: por motivos que sólo mi hermano puede conocer, poco antes o después de ese suceso desaparecieron todas las fotografías y videos almacenados en mi PC (junto con otros innumerables archivos), incluyendo las de mi perra. La única foto que se conservó, por haber quedado almacenada en la cámara, es la de la Zorra en su tumba, antes de que la cubrieran de tierra, toda sucia y lastimada. Sólo me queda mi memoria.
Y hablando de dolores... 19 de abril. La puta madre.
Friendsdontletfriends:
Gracias por las palabras
DEG:
A mi me pasaba algo similar con la calle Mario Ferreira en Atlantida (solo que mas cerca de lo ominoso que desde la tristeza). Con mi abuela soliamos ir a la playa temprano y teniamos que cruzar tal calle. Casi una vez por semana nos encontrábamos alguna comadreja aplastada (literalmente aplastada, habia vecinos que la sacaban con una pala como quien rasquetea un plato con un tenedor) y toda la ceremonia de sacarlas de ahi siempre se me quedo completamente estampada en mi memoria.
Con respecto a 19 de abril, parece que los dos vamos a tener medio vedada esa zona por un tiempo.
Fuerza, DEG
El final de "A través de los Olivos" de Kiarostami es una excelente clase de lenguaje cinematográfico.
INT/TAXI/NOCHE
El taxi toma por una calle oscura. El pasajero se saca los championes. Pone el champion derecho encima del izquierdo. A lo lejos los perros continuan ladrando.
FIN
Entré a recriminarte que vos tampoco andás actualizando tu blog pero me tapaste la boca.
No vi ninguna de las películas que mencionás (bah, vi Fight Club y Sexto Sentido - y, extrañamente, a la primera le adiviné el final y a la segunda no pero yo tiendo a funcionar al revés) pero me leí todo. Debe ser uno de los únicos posts en que no me salteé las partes que no me interesaban (quizás porque, de alguna forma, lograste que me interesara más allá de mi falta de interés... o algo así).
Perdón si suena complicado, estoy semi dormida.
Impresionante el final. Lograste que me sienta identificada aunque siempre las cosas pasan distintas para todo el mundo.
Y una lástima habernos perdido en Buenos Aires... pero sería el colmo vernos en otro país cuando nunca nos vimos en el nuestro :P
Fuerza y arriba y hacé de cuenta que estoy diciendo mil cosas que mágicamente te hacen sentir mejor. Nunca sé muy bien qué decir en estos casos.
No vi todas las películas de la lista, pero concuerdo con tu apreciación en lo que respecta a las que si ví; Luces de Ciudad creo que es también mi final número uno, es increíble. Otro final de Chaplin muy bueno es el de El Circo. Con Los Sospechosos de siempre me pasa algo parecido a vos: la ví muy de pibe y es tal la impresión que me causó que no la quiero volver a ver para no desilusionarme.
Dejo una lista de algunos finales que me impresionaron:
1. Solaris. Un mensaje bastante personal y emotivo de Tarkovsky que en otras películas se vuelve bastante sermonero.
2. El Pasajero. Otro final clásico de Antonioni, la última toma es tremenda y la frase final de la esposa del personaje de Jack Nicholson es la guinda.
3. Vivir su vida. Godard tiene varios finales muy buenos. Este me gusta por que es el anti-Hollywood, y no es porque una película de Hollywood no pueda terminar de esta forma argumentalmente hablando, sino por la completa falta de melodrma con la que Godard maneja esta escena. Me dejó helado la primera vez que la ví.
En fin, se podrían llenar varias hojas con grandes finales, pero bueno...
Saludos
Guzmán
d.i.t:
Anda complejo el tema de las actualizaciones de blogs. Este mismo post me tomo casi un mes escribirlo, y creo que mas alla de su (i)razonable longitud (creo que son como catorce carillas de computadora), habia algo como que no me dejaba terminarlo, y que tiene que ver con otros finales, algo precisamente relacionado con el epilogo, que curiosamente fue lo primero que tenia escrito.
Con respeco a un encuentro, concuerdo con su apreciacion. Algun dia de estos es posible que nos cruzaremos de pura casualidad.
Guzman:
*Mirá, me había olvidado de Solaris, que podría ser un fiel competidor de esta selección, en cuanto a final descomunalmente ambiguo y metafísico. Para mí es un gigantesco ejemplo de cómo un director se puede cagar en el material original y terminar elegantemente parado (esa vuelta de tuerca con el zoom out que muestra al protagonista abrazando a su padre en la dacha, dentro del mismo mundo onirico-proteico de solaris no estaba en la version d Stanislav Lem y cambia radicalmente el significado de la obra).
*El Circo no la vi, voy a alquilarla cuando pueda. Me es casi obligatorio ver todas las peliculas de Chaplin
*Entiendo lo que decis de Vivir su vida, pero emocionalmente no me funciona (aunque sigue siendo una de mis peliculas favoritas). Nunca va a haber una razon lo suficientemente valedera para matar a una entidad tan jodidamente hermosa como Anna Karina.
Creo que esa expresión en la cara (más el agregado del pene) me va a perseguir toda la vida, tremendo.
Vos sabes que toda la vida habia pensado que habia visto "The night of the living dead" pero obviamente no, es increible, es como una tapa de Jandek hecha película.
"The passenger" es una gran película que vi varias veces a través de los años, pero que hace muchos que no veo. El otro día quise bajarla, y cuado terminó la descarga y empecé a verla descubrí con horror que era una versión doblada. Peor: con dos doblajes simultáneos casi superpuestos: primero empezaba oírse una línea en castellano, a cargo de un español, y casi enseguida de haber empezado a oírse la misma se la oía en boca de un italiano.
Si alguien sabe de dónde puedo bajar una versión sin doblaje, agradecería infinitamente el dato.
Como dato anecdótico, una de las películas que más me aburrió en mi vida (al punto de que estuve a punto de irme del cine) también es de Antonioni: "El desierto rojo".
Bruno:
Agreguele la hora y veinte de creer que la mina -asesina o no- no es una "niña", e imaginese entonces el impacto
walter:
Ver Desierto rojo es una prueba de resistencia tremenda. Yo la vi medio cabeceando en la casa de mi ex novia y al final de la pelicula (despierto, milagrosamente) senti como si hubiese jugado un pentatlon en La paz. Mas alla de eso, una semana despues, descubri que aquel film, con esos colores, esos escenarios, fue una de mis experiencias esteticas mas hondas que tuve en el cine
matías:
Es curioso, pero A traves de los olivos debe ser una de las peliculas con mas intentos fallidos de verla que tuve en mi vida. Lo mas curioso es que lo que he visto del film me gusto mucho (esta todo re bien con Kiarostami), pero siempre surgia algo (sueño, dvd rayado, otro compromiso, cagalera) que me terminaba alejando de la posibilidad de terminar de verla.
Probare verla una vez mas
Excelente y, concuerdo, muy valiente epílogo. No creo que haya nada nuevo al respecto, que ya no te haya comentado en persona, asi que me limito a destacarlo sin más.
Habemos unos cuantos con calles vedadas en el Prado por asuntos pasados de la misma calaña. Que barrio extraño, debe ser por algo que le ponen al agua...
Dentro de poco se forma en facebook un grupo llamado "yo tambien tengo vedado el prado por cuestiones amorosas".
Es curiosa su pregunta, fino, sería un asunto de concienzuda investigación, lástima que ya terminó el plazo de fondos concursables del MEC.
El otro día vi de vuelta My winnipeg y Guy Maddin hablaba de un río que atraviesa su ciudad, el río Fork, que supuestamente tiene otro río subterráneo circulando por debajo. El prado es conocido por el Miguelete, pero habría que ver que otros ríos subterráneos llegan a los grifos de los pobladores de un barrio tan rico en duelos y desamores. Es un asunto sobre el que astllr o jntkdvr podrían tener conocimiento, habrá que ver si saben algo.
Otra teoría más allá de la hídrica es la naturaleza del prado como escenario para tales dolores. Posiblemente sea el barrio en donde las estaciones más asociadas con enamoramientos y desenamoramientos (primavera y verano) se muestran de forma más descarnada (posiblemente no haya cosa más triste y más alegre como el Rosedal en invierno y primavera, respectivamente).
Finalmente, hay ciertas particularidades en la población femenina del prado (estética, física, ideológica, y yo que sé más) que las convierten en objetos privilegiados de obsesiones y dolores de otro tipo.
El final que más he disfrutado es el de "El ángel exterminador", de Buñuel. A parte de ser un final brutal, las circunstancias se sumaron para que fuera inolvidable. Supongo usted conoce la historia, entonces obviaré esa parte.
El caso es que al final el encierro de los protocolarios burgueses mexicanos se repite en la Iglesia, después del sepelio del tipo que murió en el encierro anterior (el cura no sabe si debe salir él primero de la iglesia, o si son los feligreses los que deberían salir primero). Lo último que se muestra es la Iglesia y se ve espeluznante.
La primera vez que la vi fue en una sala de cine pequeña y cuando la pantalla se fue a negro, ninguno de los espectadores se movió. Nos quedamos alrededor de tres minutos en silencio, nadie parecía querer salir de la sala de cine. Alguien se percató de ello y decidió ser el primero en salir, para romper el hechizo del protocolo. Luego todos en la sala estallamos en risa. Es la locura colectiva más extraña que he experimentado en vida.
Respecto a lo del gato de Schrödinger, y sin querer ser caza gazapos, creo que le da una explicación tan simplista que de hecho anula el quid de ese experimento mental.
Saludos, y como siempre, un gusto leerlo.
Concuerdo con su apreciación del final de El ángel exterminador (es interesante cómo los subtextos del cine contagian el mismo entorno en el que son presenciados).
Siendo un final genial -y, tal como dice, es extrañamente espeluznante ver a todas las ovejas entrando en la iglesia-, me parece que resulta un poco más interpretable que otras películas de Buñuel, sobre todo por el detalle de la servidumbre que logra irse antes de que suceda el sitio incorpóreo, como esas aves que comienzan a graznar como locas antes de tsunamis y terremotos. Es curioso pensar qué haría Hollywood como refrito de una película de gran tamaño. Posiblemente, se alejarían de la misma disuación inherente de los invitados, e inventarían un campo de fuerza electromagnética bien terraja.
Con respecto al asunto del gato, confieso que estoy tocando de oído, pero sólo era algo que simplemente me había circulado por la cabeza.
Estoy intentando recordar algún final genial en películas pero en este momento no se me ocurre ninguno, y además no vi ninguna de esas once películas (sí, soy un desastre). ¿Qué estuviste viendo en el BAFICI por cierto? Fijate que te dejé un mensaje en el perfil de Last por lo de Ornette.
Si, ya me fijé, reviso mi situación financiera y le comento en los próximos días.
En el BAFICI vi como unas cuantas pelis, entre las cuales lo más destacable fue The Wrecking Crew (documental sobre músicos de estudio que curiosamente desde lo musical son los intérpretes más famosos de la historia, al mismo tiempo que nadie sabe quien son), Monsieur Verdoux y Beautiful Losers (lindo documental sobre cierta movida under integrada por Templeton, H.Korine y otros).
Me quedé con ganas de ver Pansy Division
Si no vio ninguna de las once, le recomiendo que agarre Mulholland Drive. Para empezar siempre es bueno.
Muy buena la anécdota del entierro de la perra. Gran comienzo y gran final. Es un comienzo que también es un final. Pero no puedo decir que el final acá sea un comienzo. Los finales son finales.
No vi todas las películas que presenta, agustín, pero la que más me impactó es Aguirre, nunca pude sacarme de la cabeza esa invasión de monos-rata con Kinski rengueando en su reino convertido en una barca podrida.
Sobre Mulholland Drive, qué decir. Dentro de las de Lynch, mi final favorito es Wild at Heart, pero a lo mejor no cuadraba aquí con el espíritu de final-final. También me gusta mucho el final de Carretera perdida, con el tipo moviéndose más rápido que lo que permiten las leyes físicas.
A mi las películas no me acompañan en los momentos difíciles y me las pueden hacer incluso peor. Prefiero la música y podría hacer una lista de los discos, canciones que me acompañanan en la profundidad y canciones que me sacan de la profundidad. Pero bueno, esto sería tema de otro posteo.
Sobre el mapa emocional de la ciudad, con el tiempo he visto que las zonas delicadas varían mucho con el tiempo y adquieren muy diferentes coloraciones. Ud. tiene la (mala) suerte de haber conocido íntimamente una de las calles más espectaculares de la ciudad.
Sobre El Prado, el experto es jk.
Sí, originalmente el post comenzaba con el epílogo, pero me pareció interesante encerrar el conteo entre dos finales (que son tan epílogos como prólogos)
A mi el final de Wild at heart no me convence. No me genera el shock de indignacion que le genera a mucha gente (incluso a fans de Lynch), pero me parece que no termina de cerrar, no tanto temática, sino estéticamente, la incursión del hada buena.
Carretera perdida ya es otra cosa, y la sensación que genera esas líneas amarillas siendo devoradas por la cámara mientras suena David Bowie (curiosamente, otro caso de una obra encerrada entre dos epílogos -o dos prólogos) es muy jodida.
Con respecto al cine como catalizador/antídoto de estados emocionales, a mi hay varias películas que me han salvado de profundas depresiones, como la mayoría de Humphrey Bogart, Una mujer es una mujer, todas las películas de los hermanos Marx, o Almost Famous, que siempre que ando medio en la cornisa la pongo para tranquilizarme.
En este tiempo me he dado cuenta cuán doloroso es despedirse de una calle a la que uno le tine afecto. La otra vez fui con mi padre al Viera, y secretamente esperaba que cortáramos camino por Lugano (como si estar dentro de los vidrios del auto me garantizara cierta seguridad, o como si fuera un acto mas respetuoso frente a esa calle), pero termino agarrando por Suarez. Obviamente, no dije nada
...Y después esa película de Buela
A mí me gusta el final de Corazón salvaje, me gusta ese exceso. No olvidemos que el maestro es un maestro del melodrama. Parece que dijera: "Querían Hollywodd? Querían final feliz? Ahí va uno..."
Sobre la deriva, supongo, sí, que habrá sido como si esos dos pibes le hubieran caminado por la columna vertebral. Extrañas formas de exorcismo que nos toca vivir...
Justo hablando de finales hollywoodenses, el otro día volví a ver El ladrón de orquídeas, y aquel Ouroboros que se conforma a lo último del film sigue funcionando muy, muy bien.
La película no es sólo metacinematográfica en aquel final (las exigencias del profesor de cine sobre tramas emocionantes y el correspondiente viraje del film con droga, persecuciones automovilísticas y cocodrilos(!)), sino en el hecho de que eventualmente se terminó llevando acabo ese draft de script que el gemelo de Nicholas Cage quería llevar a cabo -Identidad, un policial psicológico medio flojito, tal como se podía esperar.
Los cuadros dentro de cuadros suelen ser muy embriagadores.
Regresé porque recordé otro final que me gusta demasiado, el de "The Player", de Robert Altman. Me parece la mejor burla que han hecho de los finales felices (siendo el final de Adaptation la mejor burla a los finales con muchos giros dramáticos).
Otra cosa que se me olvidó decir la vez pasada: Smothered In Hugs es una de mis canciones favoritas de Guided By Voices, pese a su temática medio vampírica. Me gusta la parte del principio que habla sobre ese "algo" que se estaba comiendo a todos el verano en el que el otro vino.
Saludos.
Uh, es verdad, ese final hollywoodense de The Player es sublime. De hecho The Player es de las peliculas mas metacinematograficas que he visto, como en el comienzo, que una gente habla de los comienzos largos de una sola toma, y todo sucede en un plano secuencia de casi cinco minutos.
Con respecto a Smothered in hugs, además de ser, junto a Over the neptune mesh gear fox, mi tema favorito de GBV, el uso del mismo no es inocente.
Hacía un año o mas habia escrito este post de unas vacaciones con maria que llevaban el titulo "In the summer that you came ther was something eating everyone".
De cierto modo, por las circunstancias en que se dieron me parecia que era necesario escribir este post titulandolo con el reverso de esa cancion, con ese verso "in the winter that you left there was business as usual with the same old fears and frustrations".
Las distintas formas que tenemos de cerrar circulos...
...hoy vi un gato muerto.
pero bueno, cosas que suceden...
Como le va Agustin! tal vez no se acuerde muy bien de mi pero alguna que otra vez tuvimos alguna charla aparte de estudiar lo mismo.
Tengo en mente algunas ideas que me gustaria compartir contigo. Necesito una persona atormentada y con ideas geniales...
Excelente blog, me transmite la calidez de "soy neurotico y lo admito con orgullo"
te dejo mi correo y mi blog... ni bien puedas, agradeceria enormemente te cominicaras conmigo.
Gonzalo Fierro
gonzalofierro23@hotmail.com
http://oleajerevivalrec.blogspot.com/
Una persona atormentada y con ideas geniales...
my god...
hay que leer boludeces, hay que leer.
Y, so-called señor neurótico-orgulloso-de-serlo, para cuándo un upload?
juajua
¿Y el final de El Padrino?
Agustín: El lunes pasado te escribí por correo acerca del asunto de la copia del vídeo de Hitchcock. No sé si te habrá llegado, así que cuando leas esto avisame si no lo recibiste y te lo reenvío.
Salute.
Tengo el render, pero hay que negociarlo. Mi lamentable desempeño genera reservas para que lo suelte tan fácilmente. Tal vez a cambio de películas y discos... no se, puede ser, no?
jaja.
Llamame, arreglamos cuándo, y te lo paso
Agustín: ¿Seguís teniendo la misma dirección de correo electrónico en Hotmail? Te escribí ahí por lo del vídeo de Hitchcock, pero el mensaje parece no haber llegado.
Como no pueden dejarse comentarios (cosa que no parece mal) en: www.elparaguasderififi.tumblr.com me tomo el atrevimiento de dejarlo acá.
Continúe.
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