11 Mejores temas/discos del 2011
Primero: Hice este compilado con los mejores temas del año, se puede bajar gratis, cortesía de http://degollandocisnes.blogspot.com (incluyen como bonus tracks algunos temas imprescindibles que me dieron lástima dejar afuera del top 11 que tenía proyectado). Lo pueden bajar acá
Siempre me tardo en estas cosas, más considerando que posiblemente el 2011 sea el año que más discos contemporáneos haya escuchado. Originalmente había empezado un prólogo bastante más complejo que este, pero empezó, por así decirlo, a tener vida propia, y se convirtió en un post en sí, que posiblemente publique en un mes, o un par de semanas.
El proceso de confección de una lista no sólo involucra sentarte, escuchar y decidir, generalmente es algo que se inscribe en la mente y el pecho con algo más que tinta, y que tiene que ver con cosas diferentes a arreglos, producción, o tal o cual forma de escribir o componer. 2011 fue para mí muchos años en uno mismo, año en el que me terminé por recibir de psicólogo, en el que conocí nuevas personas geniales, en el que anduve la mayoría del tiempo al pedo y casi desempleado, en el que me angustié y en el que hice el mejor viaje de mi vida (el resumen de lo que fue ese viaje a Europa me ha tomado largo tiempo, tanto que tuve que posponerlo en este blog, porque todavía me cuesta procesar emocionalmente todo). Los temas y los discos no vienen solos, casi todos ellos son una postal perdida de algo que viví, pescar pejerreyes con mi abuelo en el Solís Chico escuchando el Kaputt de Destroyer, la angustia al escuchar, sólo mirando la pantalla de la laptop a Lord Knows best, o escuchar The great Pan is dead, de Cold Cave y ponerme a correr por la calle, sin poder parar y sin saber por qué, o caminar por 18 de Julio, viéndome en el reflejo de las vitrinas del centro, mientras escucho Música para nadie, de Lucas Meyer.
Creo que los buenos años no son los que nos pasan cosas buenas, sino los que almacenamos más cantidad de recuerdos. Creo que difícilmente me olvide de estos discos y estas canciones.
11 MEJORES TEMAS DEL 2011
11) Fasenuova- Vamos a bailar a la noche
Poder sentir miedo en una canción era algo que no me pasaba desde hace muchísimo tiempo, sólo ocurriéndoseme Frankie Teardrop, este tema de Geinoh Yamashirogumi, alguno de The Drift, o al Tilt de Scott Walker, o alguna canción perdida de Jandek. Con un pulso desesperado como el de Ghost Rider, un excelente video hecho sólo de escenas afanadas de Viy (cómo me gusta perderme en esos ojos gigantescos de Natalya Varley), y una letrística gótica, pero completamente certera, Vamos a bailar a la noche es un artefacto extrañísimo para el 2011, casi traficado a través de un agujero en el alambrado del infierno
10) Radiohead- Bloom
Puede ser que Radiohead ya no sea la banda que defina nuevas tendencias (puede ser que nunca lo haya sido), pero Bloom es un tema que muestra cómo todavía pueden seguir haciendo cosas no sólo buenas, sino tremendamente interesantes. Es un manual perfecto de cómo componer un tema por capas, las notas de piano que se esparcen como polen, la batería sincopada en un tempo rarísimo, pero perfectamente encastrado (que con el tiempo se convirtió en una marca registrada de la banda), el bajo que forma un aro alrededor de la cabeza de quien lo escuche con audífonos, la voz de Thom Yorke diciendo Open your mouth wiiide y sus coros devenidos en prácticamente un arreglo de cuerdas. Y finalmente una de las mejores y más interesantes grabaciones de vientos que haya escuchado en los últimos años. Si bien no todos los temas de The King of Limbs están a la altura de este experimento, el matrimonio entre la fascinación loopera de Yorke y la exploración de timbres y ambientes de Johnny Greenwood (sólo basta escuchar el fascinante soundtrack de Bodysong o There will be blood) señala que todavía le sobra hilo para componer paisajes como este.
09) Destroyer- Kaputt
Wasting your days /Chasing some girls all right / Chasing cocaine to the back rooms of the world all night. En el videoclip lo escuchamos de la voz de un pibe que parece salido de Napoleon Dinamite, rodeado por unas modelos de bikinis que le echan las miradas más sensuales y extasiadas que haya visto alguna vez. Al tiempo nos damos cuenta de que todo es una ilusión, no sólo la del niño, sino la del pobre hombre que deambula por el desierto bebiéndose una copa de arena. Pero el tema mismo, por más que sabemos que está cantado por el mucho mayor Dan Bejar, parece provenir desde las fantasías juveniles de los melómanos, cuando el mundo de la música parecía un paraíso imposible, tiempo antes de que las crisis de las disqueras y la profesionalización creciente fuera limitando cada vez más su tono más hedonístico y despreocupado. Sin embargo, lo más interesante del tema es la manera en que todo queda en una suspensión del juicio. No es una celebración ni una advertencia sobre las drogas, todo permanece ahí y puede ser tan alegre o triste como uno quiera. Durante mucho tiempo Kaputt fue uno de los temas a los que menos atención le presté del disco homónimo de Bejar. Sin embargo, con el tiempo –ya por noviembre, diciembre- se me convirtió en uno de mis temas más escuchados. Es casi como si hubiera estado hibernando para escucharlo
08) Frank Ocean- Novocane
Novocane es algo así como el reverso de Kaputt, de Destroyer. Ambas hablan sobre un determinado momento de éxito, de pico de reconocimiento, sólo que mientras la de Dan Bejar tiene algo de dreamlike infantil o adolescente, la de Frank Ocean es casi lo opuesto, un ambiente sórdido, pero más que nada triste y entumecido, de lo que puede llegar a aquello que tanto uno anhelaba. Es curioso, ya que el enfoque más infantil de Bejar también está sostenido en una era ya pasada de la música, no sólo el sonido noventoso del álbum, sino las referencia a medios especializados en música que ya dejaron de existir –Sound, Smash Hits, Melody Maker, NME, all sound like a dream to me-, mientras que Ocean, siendo mucho más pendejo –tiene sólo veintitrés años- está lejos de ese pasado idílico, o al menos éste reverbera, pero sólo desde un lado nostálgico, demasiado lejano o abandonado (las referencias al cassette en el resto del disco, así como también la imagen del BMW de los 80’s en la tapa del disco). “Fuck me good, Fuck me long, Fuck me numb”, Frank Ocean es hijo de estos tiempos en donde ya no permanece oculto el hecho de que todo lo que no está prohibido es obligatorio. A diferencia de la gran masa de raperos que podría hacer hincapié en lo buenas que están las minas que se levantaron, en el retrato de Ocean el sexo es casi una actividad mecánica, tan artificial como la música en sí, el éxito que transforma al músico en una especie de robot lleno de prótesis que lo mantienen en movimiento (“Even when I'm fuckin' Viagra poppin', every single record autotunin'. Zero emotion, muted emotion, pitch corrected, computed emotion, uh-huh”). La referencia al Stanley Kubrick de Ojos bien cerrados podría ser en la mayoría de los casos un mero namedropping, una pajería intelectual, pero la referencia no puede sentirse más real en un tema como este –ayudado ampliamente por el genial videoclip de Nabil Elderkin ). Uno piensa en Ojos bien cerrados y lo primero que recuerda son esas fastuosas orgías de gente enmascarada. Si uno recae sobre aquella situación, se da cuenta de que no hay nada particularmente sensual en ninguna de las escenas. Es pulsión de muerte reducida a su mínimo común denominador. No es ni siquiera apareamiento de los cuerpos, es mitosis, reproducción mineral, desnudos en cero kelvin, nada. El barco se está inundando y Frank Ocean tiene los ojos bien abiertos, pero está anestesiado, sólo pudiendo ver y relatar lo que ocurre a su alrededor, como un paciente al que sólo le anestesiaron su sistema motor, pudiendo ver y sentir todo lo que hacen con su cuerpo. Una caja negra encontrada debajo de la cama de un hotel de ruta.
07) Tres Pecados- Funeral de la planta
Diciembra, de Tres Pecados, tiene, al menos, tres temas que podrían ser clásicos, o super hits radiables: Encandila, Diciembra y Colección social (aunque dudo que un verso como “morite de SIDA de rata” pueda pegar en la gente tanto como Ai se seu te pego). Sin embargo, el momento más alto de un disco que ya de por sí es una cordillera de temas perfectos, es Funeral de la planta, el tema más complejo del álbum (el más post-rock, también), con doce voces grabadas, varios momentos bien diferenciados, crescendos a ritmos de redoblante militar y posiblemente la letra más expansiva y, por así decirlo, generacional de su disco “ Psiconautas que / ya no quieren más volver. / Paisajes de / amor y estupidez. / Dejemos hoy / las valijas y el deber. / La soledad / de estar triste otra vez”. Quedarse con un solo tema es como trasplantar a un árbol de su bosque, pero cuando uno escucha la voz de Tüss Dematteis diciendo “Yo la esperaba en el bar/ y sus alas vi pasar/ no te olvides más de mí”, sólo tres versos pero que dan directo a la sien, es Tres Pecados en su máximo esplendor, es una apuesta a otra cosa, algo que no se venía escuchando desde hace tiempo
06) Ariel Pink Haunted Graffiti- Witchhunt suite for World War III
Ariel Rosenberg es un deconstruccionista. Lejos de meramente intentar captar un ánimo, una estética, o un sonido y hacer de ellos el alma de un disco o un tema –algo que podría pensarse en la mayoría de la electrónica ochentosa de hace unos años, o el rock garagero cuando los Strokes todavía eran pensados como la banda que iba a salvar al rock-, Ariel pone todo en la hoya y va sacando elementos que aparecen flotando a la superficie. Lo que vemos, por tal, es un fenómeno metonímico, de la cosa por el todo, que se diferencia fundamentalmente del resto de las propuestas retro, que tienen un funcionamiento más metafórico, por así decirlo. Uno podría pensar en el mashup como otro proceso metonímico típico (con bandas como Girl Talk, o el argentino Alonso Morning pegando fuerte), pero lo que hace Pink es distinto. Lejos de buscar estandartes, un estribillo que permita el fácil namedropping (algo que en cierto punto reduce la referencia a una superficie plana, una chapa, un cartel de ruta), Pink bucea por esa parte perdida del todo y la va juntando con otros elementos hasta formar otro ser proteico que termina con forma de canción (en su disco del año pasado, esas influencias iban desde el garage de los Rockin Ramrods hasta el pop etíope, como si en un mismo tema uno cambiara en el dial, con a una radio capaz de captar señales de países distantes y distintas épocas). Lo que sí es más difícil, y es casi una proeza, es poder componer un tema sobre un pasado tan reciente como la guerra contra el terrorismo estadounidense y hacer ver a aquel suceso como un hecho prehistórico, algo de lo que apenas tenemos algún par de fósiles. Witchunt Suite for World War III, en tiempos donde aún con Saddam Hussein colgado (en la realidad y en youtube, cosa que a esta altura es más o menos lo mismo) y el rostro de Obama y
05) La estrella de David- Anita
“Espero que el día que volvamos a encontrarnos sepa reconocerte”.
04) Tyler, the creator- Yonkers
Con el tiempo, Yonkers, de Tyler, the creator va a ser uno de los videos por los que la mayoría de la gente recuerde el 2011. La propuesta, sencilla como parece –un rapero, una silla, una cucaracha- retoma algo que se había olvidado ¿Cuándo el hip hop dejó de ser peligroso? A no entender mal, siguen habiendo raperos que hablan sobre tiroteos, maculinidad al palo, gangs y otros temas clásicos (algunos incluso que hacen de esos temas una forma de vida), pero hace mucho tiempo ya que nadie los toma en serio. Yonkers vuelve abrir una senda perdida, sólo que el peligro ya no esta vertido al exterior, es el peligro de sumergirse en la cabeza de alguien completamente trastornado y perseguido por sus propios demonios
03) M83, feat. Zola Jesus- Intro
Una de las colaboraciones más perfectas que haya escuchado en mi vida. La voz etérea, pero también oscura de Zola Jesus (mina espectral y extrañísima con la que tengo un crush bastante particular, he de decir) encaja perfecta como una especie de Beatrice que va a guiar por los terrenos celestiales al escucha del Hurry up, we are dreaming. Coros, lluvia de sintes, platillos como estallidos del cielo, Intro es el tema que habría compuesto Wagner si hubiese vivido en el siglo XXI
02) Cold Cave- The great pan is dead
Posiblemente una de las aperturas de disco más intensas de los últimos tiempos, The great pan is dead es tan hiperbólica, tan romántica y épica que es el equivalente emocional a un hombre rescatando una princesa, mientras surfea un tsunami de lava. Es un tema importante, del amor como algo heroico y maldito, como algo por lo que vale atravesar el infierno de ida y vuelta, cual Orfeo, sólo que, a diferencia de las toneladas de bandas darks con temas de imaginería similar (y sobre todo, a diferencia de la cultura emo, que siempre pareció quedarse más cómoda lamentándose en el Aqueronte), por un momento realmente se le cree a Eisold, uno realmente quiere correr en la lluvia y jurarle amor a esa persona que le atraviesa el corazón. Rescatarla, porque el mundo no se merece que no estén juntos
01) Dirty Beaches- Lord knows best
No tenía idea de quienes eran los Dirty Beaches. A primera escucha, el nombre de la banda sonaba más a "Perras Sucias", por lo que me imaginaba que iba a ser algo cabeza o divertido. El tema me llegó por Darío, y fue escucharlo una sola vez para darme cuenta de que era un tema importante, que mi vida iba a encontrar en él una explicación fundamental de algo, o que el mismo tema iba a desencadenar algún cambio por el estilo. Son de esas canciones de las que uno no sale ileso, de las que hay un pequeño pedazo de uno se desprende y se convierte en un atolón, o un continente independiente, donde las leyes son otras. Es un tema que se convierte en recuerdo, sin saber a qué recuerdo específico remite. Es la canción de alguien que elije dejarlo todo, sólo conformándose con hacerle saber a ese todo lo que significó para él en un momento (en una entrevista, el hombre detrás de Dirty Beaches contaba cómo se inspiró en la historia de su padre, yéndose de su país y dejando un montón de su historia detrás). Es una confesión escrita en una postal nunca mandada, cuando ya es demasiado tarde. Con la voz de crooner invocado desde el más allá, la línea de piano afanada a Voilá, de Françoise Hardy, Lord Knows best no sólo es el mejor tema del año, sino que tiene en el “When it comes to you” que se va desvaneciendo al final, uno de los versos más impactantemente cantados que haya escuchado en mi vida.
11) Oneohtrix Point Never- Replica
Con posiblemente mi tapa de álbum favorita del año, lo más interesante de OPN es cómo mantuvo la senda experimental y ambient de sus otros trabajos –Returnal y Rifts- pero, por primera vez acercándose más a un formato de canción. Los drones siguen, al igual que distintas reverberaciones que aparecen de todos lados, pero parecería estar lleno de otro aire, distinto al opresivo que solía percibirse en sus discos previos. Sleep Dealer –el segundo tema del Replica-, por momento me hizo recordar al collage con que abre el film Persona, de Bergman. Aquel collage, en el que aparecía, entre otras cosas, una oveja siendo degollada, un esqueleto saliendo de un ataúd, las manos martilladas de Jesús en la cruz y un Buda prendiéndose fuego, parecían imágenes descolocadas, pedazos de celuloide de un mundo que estaba por ordenarse, y que siempre estaba a punto de salirse del rollo. Replica, por su parte, también parecería los primeros estados de composición de un mundo, cada tema como diferentes amebas y protozoarios mutando y reproduciéndose, esperando a evolucionar a otra cosa.
10) The War on Drugs- Slave Ambient
La primera vez que escuché el Slave Ambient fue en un avión. Ya se lo ha dicho en muchos lugares, pero The War on Drugs parecen componer música para viajes, pero no de la imagen típica de un chevy destartalado que se abre paso por una interestatal, sino de un viaje más veloz, de esos donde es casi imposible fijar la vista sobre lo que está suceciendo afuera. Radica en esto uno de los puntos más interesantes del disco y que lo diferencia en cierto punto del otro buenísimo trabajo de Kurt Vile, que es la combinación entre lo futurístico y lo clásico, el paisaje shoegazer y las melodías springsteeneanas, el cantar dylanesco que parece salir del interior de una máquina. Un viaje a varias velocidades que se superponen como sus múltiples capas de guitarras.
09) Big Baby Gandhi- Big Fucking Baby Mixtape
Los raperos parecen ser los que más entendieron el exceso de registro de la actualidad. Más que en ningún otro género, el hip hop se ha ido convirtiendo en una caja de Pandora destapada donde los raperos exponen sus traumas, sus mezquindades o sus estupideces, siempre al borde del TMI (too much information), pero llegando a momentos de honestidad brutal e ingenio bastante raros en la música. Tenemos a Kanye West hablando de su adicción por los trajes y las alfombras de leopardo, o 50 cent photoshopeando su cara en las fotos del nuevo hijo de Jay-Z y Jennifer López. Todo esto podría ser no más que una versión yanqui del puterío veraniego de Carlos Paz, pero en el fondo de esta hoya, imprevisiblemente se encuentran grandes momentos, grandes canciones, o grandes ideas. Lo que hace grande a Big [acentuando la redundancia] Baby Gandhi es, no sólo sus buenos ganchos, las imprevisibles rimas y los excelentes samples que van de gospel y jazz (en el genial inicio Gandhi Mandhi Mandhi) hasta música de la India (algo que comparte con los pibes de Das Racist, con quienes colabora y comparte ascendencia) y r&b que parece afanado de alguna película porno de principio de los noventa, sino ciertas líneas y absolutos momentos de absurdo, bordeando con Spinal Tap, que matan de la risa. El momento más alto de esta bizarrés llega en Other Jackets, prácticamente una versión super saturada y low fi de Devil in a new dress, de Kanye West (que a su vez saca el sample principal de un tema de Smokey Robinson & The miracles), pero en la que la letra se reduce a Big Baby Gandhi puteando a una prostituta por unas manchas de semen que tiene en su chaqueta. Gandhi toma la misoginia del tema de West, pero la lleva a su mínimo común denominador, y como tal la vuelve en otra cosa. Lo divertido de Gandhi es que, mientras West nunca para de hablar de todo lo que tiene y lo genial o jodido que es, el pibe parece moverse en una liga b, todo en una versión más low fi, con prostitutas hechas mierda que no tienen plata para pagarse una dry cleaning, incluso en el tema Gandhi MandhiMandhi, que es una oda al hedonismo decadente a la internet. Gandhi como el primo menos glamoroso, que en sus mismos excesos, llega a momentos de perfecta lectura de su entorno, tal como ese tema de Lakutis, I’m better than anybody.
08) M83- Hurry, we are dreaming
Hurry, we are dreaming es en su conjugación más épica y etérea, gran parte de lo que ha sido la música en este último tiempo. Tiene los crescendos de Arcade Fire, tiene los corredores de hypnagogic pop, tiene los paisajes de Sigur Ros, tiene el craft de Stereolab, tiene los grooves de MGMT y tienen la colaboración de fucking Zola Jesus, en lo que posiblemente sea una de las mejores apariciones de un artista invitado en muchísimo tiempo. Un disco doble con una serie de picos emocionales gloriosos, como la perfecta felicidad infantil de Raconte- Moi una Historie, o los éxtasis cuasi religiosos de la ya mencionada Intro, o Where the boats go. Como abrir el closet de Las crónicas de Narnia
07) Tyler, the creator- Goblin
En los últimos años, la psicopatía sexual ha sido uno de los máximos estandartes del hip-hop, pero haciendo más hincapié en la misma locura del autor que en el contenido sexual per sé (es decir, algo que hace las cosas un poco más interesantes que la mera descripción de cómo uno le vierte champaña Cristal al culo de una bailarina). Esta senda ha sido retroalimentada por medios masivos como twitter, en donde los músicos han hecho de su persona un nuevo lienzo donde quedan algunas zonas grises en lo que respecta a dónde empieza y termina el personaje (en particular, el twitter de Kanye West, que llega a niveles de delirio cercanos a los de un personaje de Capusotto). Sin embargo, Tyler, the creator (proveniente del colectivo OFWGKTA, que hizo sus armas justamente en dichos medios) le da un giro diferente a esta autocomplacencia y hace un disco completamente viciado de traumas, obsesiones y pesadillas, un álbum confuso, misantrópico, estructurado como una sesión entre Tyler y su analista (siguiendo en este sentido un poco la línea de Bastard, su disco anterior), pero que por momentos parece tan cruda como la de alguien debatiéndose frente a su propio inconsciente. Tyler encarna esa pesadilla, le da forma a aquello que toda la media festejaba, pero que en su misma corporeidad ya deja de ser gracioso, para volverse otra cosa.
06) Cold Cave- Cherish the light years
Apartándose un poco del synth pop más denso del disco anterior, Cold Cave, una banda formada por el manco Wes Eisold y Dominick Fernow –músicos con un pasado bastante diferente a su sonido actual, desde el noise más furioso al hardcore rapeado-, se abraza a la new wave de los ochenta, siendo Cherish the light years un disco mucho más alegre en su sonido, pero que contrasta con la veta más gótica de sus letras (que en este álbum está particularmente realzada). Algunos preferirán la oscuridad y lo más abrasivo del primer álbum, pero la colección de temas con letras verdaderas y jodidas como gancho a la mandíbula (“This was easy when we were young and free and now we are anything but Esther of these”, en Pacing around the church) lo hacen uno de los mejores del año
05) St. Vincent- Strange mercy
Siempre me gustó Annie Clark. Es de esas minas con las que me gustaría ser su vecino, hacerme el amigo, juntarnos en las siestas para formar una banda que nunca llegaría a presentarse en vivo y enamorarme de ella en silencio. Era algo que pensé ya desde la primera vez que vi el videoclip de Actor out of work y que se terminó de confirmar como una certeza cuando la vi cantar con total furia Bad Penny, posiblemente uno de los temas más furiosos y mala leche que se hayan compuesto. Nunca había pensado en la ecuación de un verso “I think I fucked your girlfriend once, maybe twice, I don’t remember” cambiar la variable masculina por la de una mujer, y el efecto es interesantísimo –ahora escuchándolo en su voz, me doy cuenta de que ese verso es de una malignidad que funciona de forma más orgánica en lo femenino, mientras que en el caso masculino es más escandalosa, más violenta, pero más evidente. Pero esto en el fondo es completamente lógico, ya que Annie Clark es una de las artistas que más interesantes vueltas de tuerca le han encontrado a la violencia. En ese claroscuro entre horror y cuteness, de la condición reptil de un rostro sereno cantando en tono de canciones de cuna versos como You're all legs/I'm all nerves/ Black like her/Horse and whip (este nivel estático hace a su persona y se renueva en videoclips como Actor y Cruel, a la vez que un montón de fotografías), se para Clark, y encuentra el punto más perfecto y cinematográfico de lo que va su carrera. Pero Strange Mercy no es sólo Clark, sino uno de los discos más interesante en cuanto a orquestación de los últimos años. Con tempos inestables, solos de guitarras que parecerían el gruñido de un león marino encallado (el solo de Cruel debe ser uno de los solos de guitarras más extraños y menos épicos de los últimos años) y un hiperactivo jugueteo entre guitarra devenida en melotron y bajo en Surgeon, Strange Mercy es, junto a Eyes de Gang Gang Dance y el Hurry We are dreaming, de M83 el mejor ensamblaje de banda del último año.
04) Lucas Meyer- Música para nadie
Uno de los músicos que defendí a capa y espada durante este año. Ya escribí sobre su disco en este post.
03) Destroyer- Kaputt
“Wasting your days/ chasing some girls alright/ chasing cocaine to the backrooms of the world all night”; Dan Bejar es posiblemente uno de los cantautores más significativos de la última década y Kaputt parece, en cierto modo, una instantánea de este éxito, un sinceramiento del músico en uno de los momentos de mayor reconocimiento a nivel mundial. Esta idea del éxito se entremezcla con un sonido noventoso, de r&b con saxofones y coros a lo Lisa Steinfeld (me hace acordar a ese set horrible con temas de Seal que ponían en el M21 a las seis de la mañana), que uno podría asociar con ese universo del leisure yuppie que primaba a comienzos de dicha década y fines de la anterior. Sin embargo, Bejar toma todos estos detalles que podrían ser, o simple mockery, o auténticamente inescuchables, y le da otra vuelta de tuerca, abandonando su estilo letrístico más insigne y optando por composiciones más circulares, un sonido disco más electrónico del que prácticamente hace una tesis en la canción Bay of pigs (que ya había salido en un previo EP del mismo nombre), pero que tiñe varios temas imponentes como Kaputt y Chinatown. Un disco al que no le tenía tanta esperanza cuando lo escuché (por inicios de enero del año pasado) y me fue ganando de a poco, canción por canción, hasta que por fines de noviembre se terminó convirtiendo en una de las bandas sonoras de mi vida. Bejar lo hizo de nuevo, y probablemente lo siga haciendo.
02) Dirty Beaches- Badlands
Alex Zhang Hungtai nació en Taiwán, hijo de un padre que alternaba su vocación de cantante en una banda doo-wop con una gang de motoqueros que se mantuvo activa hasta que la mayoría fueron alistados al ejército, poco antes de
01) 3Pecados- Diciembra
Hace un par de meses, me despierto y medio entredormido veo a mi novia arreglando una ropa del bolso y cantando para sí misma “hoy estoy más dormido que drogado, amiga buen fin de año”. Ella nunca fue del palo de grupos del estilo, y escuchar como salía de ella, como quien masculla un tema mientras baja del ascensor, esa canción de Pau me hizo pensar de que estaba frente a algo importante. Para el 2011, con casi nulos lugares para toques –al menos aptos para los mismos, y no librerías y livings de casas adaptados para dos guitarras electroacústicas conectadas a un cubo- y prácticamente nulo sistema de difusión, uno ya empezaba a temer una reversión del oscurantismo de los noventa. Dentro de tanta chatura, tanto bajón en cámara lenta, tantos discos "grandes" hechos con manual de instrucciones for dummies (como el de Campo) encontrarse, así como así, con un disco como Diciembra es un auténtico milagro. No es que no fuera esperable, no sólo Pau O’Bianchi debe ser el músico más importante que ha dado la escena uruguaya en los últimos diez años –y esto lo vengo defendiendo desde el 2008, donde puse Liu y las dificultades de aprendizaje como mejor disco del año-, sino porque es, más allá del salto cualitativo, un disco lógico, comprensible, dentro del proceso de búsqueda y sucesivas transformaciones del autor. Lo que ha hecho más interesante a Pau en toda su discografía es cómo no sólo cambia el estilo, o ciertos timbres y recursos disco a disco, sino cómo también hay un encare casi completamente diferente en cuanto a producción en cada uno de los mismos. El mismo músico que grababa sus álbumes con un cubo Artech como única salida de su estudio de grabación hogareño, el mismo músico que se alió con Ezequiel Rivero para dar un tono mucho más pop a su música en Liu, el mismo que se grabó un disco encerrado en un baño con un radiograbador en Dios salve a la muerte, ahora une fuerzas con Juan Branaa y saca un álbum con un sonido pulidísimo, de esos que a más de un purista modelo