Escopofilia III: Afilando la guadaña/Sexo, Drogas y H2Oh
2008 me agarró con una extraña angustia, una térmica que ha saltado más de lo esperable (y deseable), en un tipo al que la mayoría de la gente conoce como alguien que suele dejar pasar (a veces demasiadas vecese) la mayoría de las cosas. Últimamente me he encontrado puteando al televisor como un anciano, suscitando a menudo las risas de otras personas como mi suegra, que siempre que me ve estoy quejándome de algún aviso o de algún actor. No sé si soy yo o si realmente nos van jodiendo a gratis, pero ¿el aviso de 7up H2Oh no es un completo absurdo desde el mismo hecho de ser una bebida levemente gasificada y dietética y embanderarse como la bebida perfecta para la gente que no busca ser perfecta? Si aquellas personas les gusta ser como son, ¿entonces por qué toman bebidas dietéticas y levemente gasificadas? Después, agregar los avisos de blanqueadores que equiparan a dejar la ropa limpia de los hijos como un hecho sine qua non sobre lo buena que es una madre (como si no hubiera malas madres que usan Nevex) y el último aviso de Claudia Fernandez y el Piñe, que además del juego de palabras que muchos sabemos a donde apunta (tas contento-kasconquenco) es un velado alegato a favor del sexo como mercancía (además, justo eligen a Piñeirúa, dejando más claro que Claudia Fernandez está con él por los créditos que sacó- porque si no, ¿cómo?).
Agregado a esto, voy a Rottentomatoes y lo único que veo como futuros estrenos son remakes y versiones cinematográficas de comics (dentro de poco Paris Hilton va personificar a Puca en el cine).
En fin, tratando de ordenar esta colección de puteadas más bien sin forma, por lo que acá van mis últimos tres mayores enojos televisivos-cinematográficos de este año.
Mujeres asesinas (Varios directores, 2006-2008)
No tener cable debe ser algo complicado. Debe ser incluso más complicado que no tener televisión. Uno sin televisión se termina arreglando, termina por aceptarlo y recurre definitivamente a la lectura o al youtube, pero la posibilidad de ver televisión, y que tu opción esté restringida a cuatro canales que no tienen prácticamente nada que ofrecer, es algo angustiosamente frustrante. De producción nacional ni hablemos (además, ¿soy el único al que La oveja negra no le parece nada del otro mundo?), de Brasil siguen las mismas telenovelas de alto budget que por alguna razón la gente cree cualitativamente superiores a las venezolanas, y de las cosas compradas a Estados Unidos sólo puedo rescatar Lost y CSI (que tiene sus buenos momentos). De Argentina, desde Szifrón no hay nada que realmente valga la pena, y me propuse terminantemente no hablar de ese otro programa que parece prácticamente omnipresente en todas las esferas de la vida cotidiana (saben a cuál me refiero), incluso pareciéndome (más allá de las risas que me suele sacar de vez en cuando) Televisión registrada como un mero refinamiento y expansión de algo archi recontra conocido desde PNP.
Todo esto era una pequeño prolegómeno para abordar el programa de Mujeres Asesinas, un programa que aparentemente estaba laureado por varios medios como una de las mejores series de capítulos unitarios que hubo desde Tiempo Final (bueno, quien lo decía tampoco era Alsina Thevenet). Como todos sabemos, en Uruguay las cosas no sólo llegan tarde, sino que una vez que pegan se vuelven a repetir de manera muy poco decorosa (por Dios, cómo llenan con El Chavo cualquier baldío de programación), y estas mujeres vienen asesinando desde el año pasado. En lo que va de su programación, creo que he visto seis capítulos (no sé cómo, pero sí, creo que seis), los cuales incluyen actrices de la talla mediática (miren la palabra en cursiva) de Araceli Gonzalez, la Gaetani y Leticia Bredice. Una cosa que me llamó la atención del programa y su difusión es que en cierta manera, esta articulado como un alegato feminista, planteando en la mayoría de los casos (uy!, verídicos) a las mujeres más como heroínas románticas, que como asesinas per sé. O sea, se trata de que las mujeres son víctimas y lo único que hacen es ejercer su voluntad de poder a grados insospechados. Pero lo raro es que detrás de este mensaje semi latente, en el camino de glorificar a la liberación femenina en su catártica justicia a mano propia, nunca se escatima la posibilidad de mostrar una teta, un culo, o una escena lésbica. Me sigo acordando del caso de Araceli González, una especie de viuda negra que mataba a su esposo teniendo sexo con él hasta ocasionarle un infarto. Y así, en casi todas los capítulos que vi, había algún elemento de ese promopack de feminismo también disfrutable para el hombre. Lo que choca es esto: uno puede ver las heroínas de Russ Meyer, casi todas como amazonas escotadas completamente al ojo voyeur del hombre y es muy difícil que a uno no se le dibuje una sonrisa en el rostro. Es decir, el mensaje es tan descaradamente misógino que se vuelve completamente naïf, casi como un impredecible elemento pop que exaltando lo más grasa de un tiempo termina por cuestionarlo. En cambio en Mujeres Asesinas hay una hipocresía, una falsa moral, una misoginia sintomática que me parece mucho más aberrante que lo que se podría encontrar en un programas mucho más obvios como los de Olmedo. Es decir, detrás de ese alegato libertario (en el plano más filosófico), detrás de ese aparente lado oscuro de la sexualidad, no hay sino un discurso ideológico que es como una versión hipertrofiada hasta el desconocimiento de la moral más retrógrada. El acto sexual, siempre es algo pérfido, actuación definitiva de una infidelidad, acto previo a un asesinato o un acto asesino en sí (citando a la película de Araceli). Es como un canto al eros con el mito de la vagina dentada esperándonos detrás del telón. De cierto modo lo que logra todo esto es mantener de forma sintomática (que es la peor de todas las formas) un discurso en el cual el sexo es algo malo, penable, violento. En unas de las mayores escaladas pansexualistas de la historia de la televisión rioplatense (porque vamos a ser claros, hubo un preciso momento en que en Argentina las vedettes se adueñaron de los informativos y en Uruguay Abigail se convirtió en una institución –como si un travesti fuera la última novedad de la civilización-, sin olvidar uno de los casos más ejemplarizantes, el de Cámara Testigo, que pasó de ser una visión también bastante ideológica de la criminalidad a una mera excusa para mostrar la vida nocturna de whiskerias), la televisión no podría ser más enfermamente moralizante (sobre todo en el terreno de la ficción). Hace tiempo que nadie tiene sexo por amor, -ni siquiera eso, que podría pensarse alegato de un hippie o un religioso ferviente del sexo conyugal (dos cosas que estoy lejos de ser)-, nadie tiene sexo porque está bueno, porque es divertido o porque directamente puede hacerlo. El garchar es para engatusar, para meter los cuernos, por despecho, por error, por plata, para matar. A nadie se le ocurre la historia de una pareja que un día le pinta coger, cogen y lo sienten bien. En cierto modo, series como Mujeres Asesinas y Tiempo Final cumplen esa regla bastante graciosa que era enunciada por un cinéfilo indie en la película Scream: “En cualquier película de terror, si alguna pareja tiene sexo, eso significa que los van a matar”. Dicho y hecho, un importante porcentaje de los capítulos de Tiempo Final se basaban en la composición química parejafeliz-cuernos-descubrimiento-asesinato sumamente creativo. Incluso me preguntaba cuál podía ser el apelativo de ello, la razón por la cual se seguía insistiendo en el tema, y sin embargo capítulo a capítulo, no sólo en Tiempo Final, sino también en el más histérico Resistiré o en Historias de sexo de gente común se insistía en ese punto hasta el hartazgo. Uno podría hacer un film que intentara encontrar el engranaje preciso entre Eros y Thanatos (en lo que El imperio de los sentidos es la película axiomática por excelencia), incluso uno podría sencillamente escandalizar porque puede, como podría hacerlo John Waters o Todd Solondz en Happiness (en ese final del perro en el que uno se dice "pah, ahora sí que se fue al carajo"), pero acá se busca algo distinto, algo imposible de estar más lejano de combatir una moral imperante. La única solución que encuentro a todo esto es que a la gente le gusta ver a otros pagar por sus sucios pecados.
La televisión mundial y la moral que la atraviesa como vasos capilares ha dejado de ser el lobo difrazado de oveja, ahora viste de Araceli González
Spun (Jonas Åkerlund, 2002)
No sé qué tienen las drug movies. Hay gente que tiene su fetiche por las películas clase B, hay otros que les gusta las películas de persecuciones automovilísticas, yo siempre fui un tipo de drug movies. Ahora, viéndolo un poco mejor, es probable que esa fascinación por el mundo de la droga no se estanque únicamente en el terreno del séptimo arte. También en la literatura, en el último año, la mayor cantidad de los libros que consumí, si no están completamente atravesados por la droga, al menos es un tema que se llega a tocar (desde Bukowski –a no engañarnos, el alcohol también es una droga- hasta Enrique Symns, pasando por Burroughs, Kerouac y Selby jr).
La otra vez hablaba con un amigo sobre el blog de un músico y nuestras conjeturas sobre la pasión con que relataba con detalles casi dignos del INE las drogas que consumía, los asados que comía y el acontecer dionisiaco de su vida nocturna, sólo podía ser explicada por el pasado straight-vegano de esa persona. Es decir, luego de ser un straight vegano (ya siendo bastante complicado desde el vamos el hecho de no comer carne –o cadáveres, como ellos prefieren decirlo-), algo que en nuestra sociedad bastante carnívora y bebedora es lo más cercano a ser un brahmán, uno va acumulando cartones y en algún momento de su vida uno quiere razonablemente gastarlos todos al mismo tiempo. Es así que volviendo un poco al pasado, a razón de llevarle la contra al resto de mis compañeros de clase (estamos hablando de mis 13-16 años), me había propuesto ser todo lo que no eran ellos, y en eso se incluía la bebida, los cigarros, la mediocridad académica, entre muchos otros detalles. Es así que mientras las palomas de la madrugada picoteaban el vómito de compañeros de clase pasados con vino lija antes de las fiestas de quince, yo me mantenía sobrio y leyendo, con una persistencia que tenía más de cruzada moral que de simple inapetencia. Como le dije a unos amigos hace un tiempo, era straight sin saberlo. (Ahora que lo pienso, cómo me habría venido bien escuchar a Ian Mackeye en esa época, pero en aquel entonces lo más cercano a cultura musical era poder adivinar el nombre de los videoclips de MTV en el menor tiempo posible).
La cosa es que de cierto modo, todo lo que no hacía en la vida cotidiana lo vivía sintomáticamente a través de películas y cosas que leía. Leyendo o viendo películas, por un momento era esas personas que nunca podría ser en la vida cotidiana. Incluso tuve una corta incursión en el mundo de los juegos de rol, la que, para mi propio bien, no duró mucho. Ahora que lo pienso bien, estaba fascinado con el tema de la masacre de Columbine por el hecho de que en cierto punto era un anhelo secreto cumplir los actos de Eric y Dylan con la mayoría de mis compañeros de clase.
Y así fue como llegaron las drug movies.
La primera vez que vi Trainspotting fue una sensación intensa, visceral. Recuerdo terminar de ver la película, fascinado por aquella canción de Underworld, ir a la cocina, ver la mesa puesta, la familia sentada, Coca Cola, una milanesas y sentir que nada de eso tenía sentido. Recuerdo haber pasado los días siguientes mirándome obsesivamente los brazos. Los quería tener más flacos, quería tener los brazos de Renton, tener su cabello rapado, esas camisetas encongidas que no le pasaban del ombligo. La droga por primera vez se sentía como algo cercano, como algo que por su sola presencia podía hacerme caer en su mundo, como el borde que amenazante parece tironearnos hasta el abismo.
A partir de Trainspotting fueron otras películas. Porro, alcohol, merca, peyote, todo circulaba por mi videocasetera como si fuera el Tánger, aunque prefería la heroína. Los films de heroína tienen ese plus, esa formación reactiva, la suciedad y delicadeza de la ceremonia de la jeringa y la cuchara, los abscesos, la flacura, y los brazos, siempre los brazos picados que tanto me obsesionan.
Es por esa razón que en mi estadía en la casa de María se me ocurrió alquilar Spun, película que pintaba medio cirquera, pero que tenía mucha white trash (otro fetiche mío) y a Mickey Rourke, actor idóneo para todo lo que se refiera a excesos. La película es sobre el cuelgue con las metanfetaminas, por lo que ya sabía a lo que me enfrentaba. Si Aronofski se encargaba de hacerte parecer una pitada de porro una montaña rusa llena de cut ups y primerísimo planos de pulipas contrayéndose o dilatándose, uno se imagina que con la metanfetamina (no por nada se le suele llamar speed), la edición puede ser anticipada de no ser precisamente una película de Tarkovski. Y efectivamente, ya en sus primeros cinco minutos, uno se da cuenta que el tipo no sólo cumple con lo esperado, sino que se le va la moto como nunca pudiera imaginarse. Aparentemente la película trataría de reflejar ese desfasaje temporal del mundo de los colgados al speed, lo entiendo, pero hay una cantidad inconmensurable de tomas al pedo, completamente ajenas al solipsismo de un drogadicto. Es decir, si a Spider Mike (John Leguizamo) se le ocurre abrir la puerta, te van a poner en dos segundos, la persona vista a traves de la mirilla, un primer plano de Leguizamo, las manos, después una toma del interior de la puerta, mostrándote como se abre la cerradura, y recién después la puerta abierta. Así también, cada vez que Ross prende el auto, una cámara interna te muestra cómo se prende el motor. El absurdo máximo llega en el momento en que Ross tiene sexo con su novia –por antonomasia-, apareciendo toda una serie de animaciones que poco o nada es lo que pueden aportar al desarrollo del filme. Es decir, ¿qué función realmente tienen esas animaciones? ¿Representan el deseo de Ross?¿Una distorsión del sexo bajo la influencia del speed? No, sencillamente eso, tenemos unos dibujantes bastante cool, metamos algunos dibujitos, por más que no tenga nada que ver. No voy a ser el primero ni el último en criticar la new trend de los estilizadores de la imagen. No sería el primero en putear a Aronofsky (que si bien Réquiem por un sueño me parece una película horrendamente efectista, Pi no está mal), ni tampoco hablo de que la nueva ola de directores de videoclips jugando a hacer películas sea homogéneamente mala (lo que ha hecho Spike Jonze me gusta mucho y ciertamente The Science of sleep, de Gondry me pareció un film correspondidamente hermoso en lo visual), pero hay una cantidad inconmensurable de material de edición al pedo en esta película que resulta tremendamente imbancable.
La herencia de Corre Lola, corre, se ha pagado caro en las drug movies. Parece como si las drug movies más que una temática, se hayan vuelto una estética en sí. Personalmente, no creo haber visto mejor escena de un shot de heroína como aquella actuada magistralmente por Harvey Keitel (y este es uno de esos casos en los que el pomposo adjetivo está justificado) en Bad Liutenant –en español, el ridículo título de “Un maldito policía”-. Y precisamente, si uno se percata de ello, la escena es prácticamente una sola toma. Un poco más estilizado, pero también muy convincente (incluso me hace pensar qué es lo que realmente se están inyectando los actores, porque definitivamente algo se están metiendo en las venas), es The Panic in needle park, con unos close up de los brazos y los rostros de los drogadictos que a uno le provocan escalofríos. Incluso hay una escena en que Pacino le inyecta heroína a Kitty Winn y la cámara (estoy recordándolo, capaz que no sucede realmente así), hace una especie de lento travelling desde el brazo hasta el rostro, como si fuera el mismo trayecto del efecto de la droga (aunque en realidad en el lugar donde se suele sentir más es en el estómago y en la columna). Lo común que tienen estas dos escenas es en la economía de recursos: nada de dibujos animados, música cool, o edición MTV. Incluso, si pensáramos en alucinaciones –algo para lo que podrían servir los efectos especiales-, me parece mucho más convincente la austera escena del murciélago comiéndole la cabeza a una rata en The lost weekend, de 1945, una de las primeras películas en que el borracho protagonista dejaba de ser de esos perspicaces personajes que sólo servían de relleno para gags y humor físico. Las únicas drug movies que recuerde que me gustan más allá de tener algo de ese estilo son la ya mencionada Trainspotting y Acid House, ambas con un particular encanto británico que lo terminan comprando a uno.
Volviendo a Spun, lo único que la salva es la escena en que Mickey Rourke habla sobre su madre ahogando cachorritos en una piscina, diciendo que está matando lo que no va a poder cuidar (curiosamente, uno de esos momentos al final del film, donde parece que Jonas Åkerlund pone la pelota al piso) y el hecho de no ser una película moralizante, con personajes que muy lejos están de ser románticos. En este sentido prefiero toda la vida el Chinaski de Barfly (convengamos que no hay nadie mejor para el papel de Bukowski que Rourke) o a la pandilla de Drugstore cowboy que a la horrenda, horrenda, HORRENDA interpretación de adolescente en las drogas de Evan Rachel Word en Thirteen (no tanto la actuación, sino el personaje de inocente-teen-blanca-seducida-por-latinos-malos-al-oscuro-mundo-de-la-droga), o a Leonardo Di Caprio en Basketball diaries.
Pero la moral es una lagartija que al agarrarla de la cola se escapa y te la deja como obsequio, y aún así en las películas con intentos de poner más a prueba al espectador, termina como parte de un discurso dominante. Parecería que en el sadismo de ciertos directores hacia sus personajes, sobre todo Aronofski en Réquiem por un sueño –aunque hay que coincidir que está basada en una obra de Hubert Selby jr.-, se repite un poco lo que venía hablando con respecto a las series argentinas, como una visión moralizante similar al puño de Dios (en este caso, el cineasta) cayendo sobre los mismos pecadores. Al menos, esto es algo que podemos agradecer que no ocurrió en este film.
9 songs (Michael Winterbottom, 2004)
Cuando a Michael Winterbottom le preguntaron por qué rodó una película con escenas de sexo explícito, este respondió ¿por qué no? La respuesta es perfecta, de esas cartas que están a la altura de la manga pero casi ninguno suele usar. Esta era razón suficiente para querer ver una película de la que más de una persona había comentado. Lo que no me quedaba muy en claro era por qué se llamaba “9 songs”. En el videoclub Videoimagen, vi la parte de atrás del dvd y ahí entendí el por qué. La película es el recuerdo de una relación pasada del protagonista al ritmo de flashbacks cargados de escenas sexuales y 9 conciertos que se sucederán a lo largo del film. La mayoría de las bandas están recontra hipeadas (ej; Franz Ferdinand y Black Rebel Motorcycle Club), pero había más de una que me caía bien, como Primal Scream, The Dandy Warhols y los Super Furry Animals. Aunque les parezca difícil de creer, estaba más impaciente por ver cómo articulaban estas presentaciones en vivo con la trama, que la gran cantidad de felaciones y close ups pornográficos que garantizaba el dorso del DVD. Es así que alquilé la película con bastante anticipación.
La película dura una hora y siete minutos, y ciertamente no está mal actuada, incluso se dan una serie de diálogos muy naturales que de seguro fueron improvisados (aunque tampoco hablamos de conversaciones a la Brando-Schneider en Ultimo tango en París, ya que seguimos hablando de películas con alto contenido sexual).
Después, las escenas sexuales. Resultaría difícil increpar a la forma de filmar las escenas, en las cuales hay un muy bello manejo de la imagen y las sombras (para mí el tema de las sombras es absolutamente esencial en la pornografía y las fotos eróticas, algo que le erra tremendamente la Playboy argentina y las gonzo movies, pero eso es algo que me encargaré en otro post que tengo en mente), aunque hay una paleta de colores pálidos –esa aura mañanera de Inglaterra- que, de cierto modo dejan lo sexual por debajo de otro tipo de intimismo (no precisamente frialdad) pero no discutiré esto porque a lo mejor era algo que se proponía el director. Pero el problema viene con lo que vendría a ser el coagulante del film: la música. Supuestamente las bandas iban a ser los cables subterráneos que conectaban a toda la película, y sin embargo no figura realmente nada de esto en el film. Mientras que el sexo no es un acto violento y desenfrenado (la imagen de Nicholson y Lange en El cartero siempre llama dos veces se me viene a la cabeza), pero sí muy intimista, las presentaciones en vivo son algo frío, distante y monótono. Todas parecen haber sido filmadas en la Brixton Academy, un lugar más bien grande, lejos de gozar de la proximidad de un bar o un pub londinense. Los shows parecen estar elevados al nivel de espectáculo, pero muy lejos de una experiencia intensa, de una situación de por sí. Incluso, a no ser en la presentación de Franz Ferdinand, no parece muy claro si a los protagonistas le gustan las bandas, o si sólo están ahí como meros receptáculos de algo que se suponen que tienen que disfrutar, como si estuvieran jurando la bandera más que viendo la banda de sus sueños. Incluso, uno podría pensar que las canciones actúan como una especie de coro griego sobre lo que ocurre con la relación, pero poco o nada es lo que se puede sacar en limpio de ello. Aún más, la iluminación y las tomas (generalmente a una distancia prudente de la banda) son tan parecidas entre sí que nos haría pensar que fue un mismo show de varias bandas recortado y pegado a lo largo del film. Es decir, la música no tiene nada que hacer en la película. La única conclusión que se puede sacar es que las bandas no son más que un ornamento hip para actuar como anzuelo como boludos como yo.
Luego de aquella respuesta, el ¿por qué no? que tanto me sedujo como una de las respuestas más sinceras en mucho tiempo leídas, me termino encontrando con un film que de no ser por esas canciones (algo tan desconectado como una cita a los fenomenólogos alemanes en una lista de supermercado), podría haber sido una linda película que funde amor, sexualidad y droga (si, la hay y de una manera dosificada y casi cotidiana que me resulta de lo mejor de la película) de una forma tan natural que podría haber sido la respuesta a lo que me venía preguntando en el punto uno y dos de este post. Pero lo cool es más fuerte.
Wednesday, January 16, 2008
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57 comments:
En realidad no estás solo en eso de que no apreciar mucho La oveja negra. Nadie la apreció mucho y se festejó un empate técnico -misteriosamente apoyado por el rating- como si fuera un triunfo mundial. Algo así como Una forma de bailar, que en su momento fue celebrada como un peliculón sólo porque no daba vergüenza ajena. Para mí sólo demostró que cualquier has been porteño como la Alberó o la Callejón tiene mil veces más carisma televisivo que cualquier actor formado localmente. Y que Rada se va a morir contentísimo de haber hecho de Sambo, de Tío Tom del racismo rioplatense, sin la menor culpa.
El anuncio de H2O me inquieta singularmente, porque el muestrario de "no perfectos" que exhibe es todo de gente particularmente linda. Sí, la rubia del final tiene aparato de dientes -mierda, en dos años va a volver a ser una rubia con pinta de modelo-, el flaco que arranca tiene los dientes un poco separados..., ¿cuántas personas conocen con los dientes realmente torcidos y que sin embargo consideramos atractivas? Es decir, es como una de esas idas a tierra que en realidad no bajan mucho; en comparación con los humanos del photo-shop tal vez los de H2O parezcan "imperfectos", pero los humanos del photo-shop no existen.
Me imagino a una chica razonablemente fea o con una imperfección realmente notoria viendo ese anuncio. Debe ser difícil para alguien así el que le pongan el estandard de "imperfección" tan alto.
Concuerdo completamente, nunca entendí (bah, sí entendí, pero no comparto) por qué Una forma de bailar se consideró una increíble película uruguaya.
La otra vez me habían ofrecido en una revista para escribir sobre cine uruguayo y yo les pregunté ¿y de qué carajo quieren que escriba? Venía varios años autoengañándome, pero en ese mismo momento hice un pequeño repaso de las películas que habían desfilado nuestras carteleras y saqué la conclusión que lo único rescatable había sido esas dos luminarias de Rebella/Stoll, y un lugar para El dirigible (que puede ser horrenda o quizás no la entendimos, por lo que le dejo a Dotta el beneficio de la duda)
Estamos en un país que lo que no es horrendo se festeja como un maracanazo.
Tercero...
Estuvo cerca.
Yo miré solamente los dos últimos capítulos de La oveja negra. Antes de eso, mi indiferencia prácticamente total a la televisión me había hecho difícil incluso enterarme de su existencia. Pero en una sentada familiar la enganchamos y la verdad que sin parecerme nada brillante, me divertí bastante. No es la porquería que esperaba que fuera.
No entiendo que quiso decir Benito. Superficialmente, yo no puedo hacer una lectura racista de la serie.
Y el tema de la onda no se circunscribe a la actuación. Los porteños tienen más onda que nosotros. En general. Es así y no hay nada que hacerle.
Y Agustín, el sexo es un enlatado para vender.¿Como podría no serlo? La mercancía la vendés con una promesa de placer. El sexo es la cosa más marketineable que existe. Y por otro lado, y ahí voy a lo que decís de Mujeres asesinas, para que esa promesa de placer te entre, necesitás que la privación sea lo natural. Para eso, el tabú es fundamental. Necesario diría yo.
Estamos en un país que lo que no es horrendo se festeja como un maracanazo.
¿Querés que te explique por que?
Pero el tema es que uno podría apelar al tabu mismo, de la forma más incendiaria posible (sigo repitiendo lo del final de la película Happiness, que debe ser de las cosas más violentamente adrede que he visto), o sencillamente vender el sexo como carne por kilo -algo que hacen otros programas bastante exitosos-. A mi lo que me molesta no es el marketting del sexo, que para alguien que ha visto mucha pornografía es algo ya naturalizado (ojo, no dije natural), a mi lo que me molesta es la falsa moral que exuda la serie.
Está bien. Restringiéndote a vos y un programa, y lo que este te genera, te entiendo. A mi me pasa muchas veces lo mismo. Si abro el panorama, esas asociaciones entre el sexo y lo inmoral fortalecen los tabúes, y de esa manera, la fascinación y el placer. Justamente como vos decís estamos en una avanzada pansexualista, así que hay que tener dispositivos de control que no permitan que se vayan las cosas de las manos. O de la pija.
El tema es que para mi es un pansexualismo que es todo excepto sexual. Es decir, ese pansexualismo irradia una moralidad durísima que es como una vuelta al oscurantismo religioso pero en tanga, la más obscena de las prohibiciones.
Bueno, evidentemente no está teniendo el efecto de que las niñas cierren sus piernas y carlitos no se toque el pito. Todo lo contrario. Pero en algo estoy de acuerdo contigo, ese pansexualismo no es sexual, pero yo creo que es porque banaliza demasiado las cosas. Me que me senti sumamente identificado contigo cuando en un post escribiste que para ver una teta en televisión, había que quedarse haciendo zapping en el cable hasta las dos de la mañana, a la espera de que apareciera Shannon Tweed. No se si esas fueron tus palabras pero si el concepto. Ahora es constante. en la tele, en los kioskos, en internet ni que hablar...yo que se, me parece que el punto medio no es para cualquiera. Si es que hay punto medio. Ya estoy desvariando.
de drug movies a mi me ha quedado grabada la imagen de "Drugstore cowboy" cuando Mat Dillon se da un chute y ve vacas y casas girando lentamente en el cielo....
...
Olvidese de Tarvkoski, si quiere ver una serie de tv, muchas tetas, irreverencia inteligente, unos personajes buenisimos y unos dialogos alucinantes bájese Californication, hasta hay un cameo de Henry Rollins haciendo de el mismo en su programa de radio.
Para mí a drugstore cowboy se lo come con su sóla presencia Burroughs (la media hora final en que aparece es excelente, sobre todo cuando pone en juego su experiencia en drogas, seleccionando lo que es de calidad y lo que no).
Varia gente me ha hablado bien de Californication, aunque sinceramente no tengo idea de qué se trata.
Lo que sí, desde The X-Files (serie que me obsesionó en mi adolescencia), tengo un cariño particular hacia David Duchovny, su sola presencia ya acredita al programa de una oportunidad
Lo que quería decir es que Rada siempre hace de "el negro", es definido siempre como "el negro" y limitado a eso: más allá de que en esta serie haga de casado -en dos momentos distintos- con dos mujeres blancas y de músico respetable, igual sigue siendo "el negro", como si eso fuera de por sí algo gracioso.
Pero sin ponerse muy histérico en términos de corrección política, alcanza con ver el nombre de la serie: ¿por qué carajo se llama "la oveja negra" si es un padre de familia supuestamente responsable al que los problemas lo buscan y no los produce? Siemplemente porque es negro, nada más, y van y titulan a la serie "la oveja negra", que es una metáfora negativa. Yo qué sé, si yo fuera negro me jodería un poquito que alguien labure de negro profesional para que los blancos se rían.
Esa es una fórmula que siempre la utilizan: si lo extranjero o diferente se plantea desde su alteridad, potenciando sus diferencias y rasgos estereotipados, al discurso dominante le viene bien, e incluso le puede caer gracioso, afable. Sin embargo, en tanto el manto de esa alteridad se cae, y se comienza a parecer a uno, se convierte en algo amenazante, algo más que un animalito exótico, una verdadera persona que como extranjero puede quitarnos lo que es nuestro.
Esa lógica funciona con todo, desde la imagen del latino suave y candente que aparece desde la imagen ridícula de músicos como Shakira o Ricky Martin, hasta los mexicanos retratados en El camino de Kerouac (un tipo que en el fondo no podía con la herencia de racismo francés de parte de su madre).
Precisamente, el racismo en Uruguay tiene una forma de operar tremendamente efectiva. A diferencia de países como Estados Unidos, donde los conflictos raciales están más a la vista, en Uruguay el racismo se expresa sintomáticamente, generalmente bajo el manto de la clase social, que siempre viene a la mano. En este punto de la alteridad de la que venía hablando, al blanco de clase media le viene bien tener a la comunidad afro como simples personas exhuberantes, espontáneas y divertidas a los que se le otorga la casa para que hagan lo que quieran durante dos meses (las llamadas, etc.), naturalmente enterrándolos en el olvido el resto del año. Los blancos necesitan a Radas que los entretengan, no necesitan a negros, necesitan a gente que actúe de negro. Ahí está, creo yo, el punto crucial en que coincido con Benito y de por qué en cierto punto Rada es como El tío Tom del racismo rioplatense
Así también, tocando un tema candente que involucra a Uruguay y Argentina, en el discurso social dominante hay una idea de hermandad que por momentos parece verdadera, pero que larga síntomas por todos lados (tanto de un lado como de otro). El tema de Botnia puede ser el síntoma paradigmático del asunto, pero es algo que se puede ver en muchísimos casos, desde partidos de fútbol hasta las clásicas piñatas internacionales en Punta del Este. Tanto Uruguay como Argentina se sienten tranquilos con su vecino en tanto cumplan con el estereotipo que le da tranquilidad: el uruguayo como el manso hombre de mate que se mantiene sereno y es muy profundo (por favorrr), y el argentino -bah, más bien el porteño- como el tipo fiestero que vive la vida y le gusta los teatros de revista. En el momento en que uno u otro se corren de posiciones, ahí aparece el síntoma, el resentimiento, la paternidad, el quilombo, las piñatas, la haya, etc.
Me esta molestando demasiado ultimamente la incapacidad de la gente de la tv de reflexionar sobre ciertos hechos que se dan dentro de la television o a veces son tan playos en sus argumentaciones, sin la posibilidad de los matices en lo que dicen, siempre todo tiene siempre tiene que ser blanco o negro no solo en este tema de Mujeres Asesinas -que comparto muestra una falso feminismo- sino en algunas cosas menores y estupidas como por ej hace poco en el estreno de una de estas obras veraniegas pedorras un camarografo le arranco y tiro la gorra de la cabeza a un bailarin por que este le tapaba el plano de...que se yo...nazarena, entonces el camarografo se comio una excelente piña del bailarin. En una mañana demasiado al pedo vi esta noticia retratada en tres programas distintos y en los 3 hablaban "pesima actitud del bailarin" "hay que separarlo del staff" o sea siempre lo mismo, todo amiguismo, siempre la respuesta politicamente correcta...
podria decir mas y seguramente serian boludeces pero me entristece (y molesta) que todo sea tan light y careta estos dias...
El racismo en Uruguay es apabullante y subterráneo, yo me di cuenta en EE.UU. que a cada rato me quedaba de la cara porque me encontraba con un intelectual, un ejecutivo, un doctor o un decano de una Universidad (como me pasó en Chicago) negro, y te choca, porque acá supuestamente puede pasar, pero no pasa nunca. Y entonces te sorprende cuando lo ves.
el asunto como ya le habia comentado a benito en su blog, es que el uruguayo se piensa que no es racista, pero es solamente porque no ve la cantidad suficiente de negros.
O sea una cosa es reirse de Rada e ir a ver el desfile de carnaval (lo aceptado) pero otro asunto diferente es que veas negros en el trabajo, en el parque jugando con tus hijos, en el omnibus, y en todos los lugares normales.
Es imposible decir si uno es racista o no si no ve negros (o arabes o cualquier otra raza) diariamente.
Además de esto tambien esta el "choque" de ver a un negro ingenierio, jefe, intelectual, etc, cosas a las que en uruguay "no estamos acostubrados".
...
Cito textualmente a una pareja que acaba de llegar a vivir a Barcelona hace menos de seis meses:
..Lo que me molesta de acá es que no es como en Uruguay acá esta lleno de inmigrantes (en referencia a los negros, arabes, paquistanies, rumanos, etc)..
Que ironia que ésto lo diga un inmigrante uruguayo
Creo que el éxito de porn you tube es porque ves gente que coge por coger sin ningún tipo de argumento detrás (que le gusta grabarse, para gente que le gusta VER). De todas formas, en la línea del post, escapa a esa manipulación nauseabunda y angustiante del sexo que hacen los medios.
El control de las personas ya no se reduce a la represión del sexo sino al dominio de las formas de expresarlo, al dominio y expresión de ciertas "liberaciones" y, en definitiva, al dominio "plástico" o "flexible" del deseo.
Con respecto al sexo en la tele abierta, mi favorito es "Poné a Francella", el mejor heredero de Olmedo, que mezcla como nadie la grasada del humor de revista, el humor grotesco y el teatro del absurdo (el hospital es un prodigio de guión técnico y narrativo).
Sobre racismo, lo que sorprende y es cómico también es que el uruguayo se crea blanco.
Esta bien la lectura. Tiene sentido. El título no se lo encajaron teniendo en cuenta lo negativo de la metáfora. Ni se deben haber dado cuenta. Te diré que pasa más por el hecho de ser un negro de clase alta. En ese sentido si es una oveja negra. Todavía más que Bill Cosby. Ahí me cierra más.
Ayer, en el programa Cámara testigo, esa manifestación suprema y nauseabunda de la ideología anti urbana (que incluye en su presentación un chorro de sangre culebreando en el asfalto) una de las notas era sobre la preciosa playa del cerro, a la que quisieron infructusoamente ubicarla en el lugar de la marginalidad. Entonces entrevistaban a la gente, que resultó mucho más articulada y consciente del territorio que cualquier ganso de un programa de verano. Un bienvenido fiasco.
Creo sinceramente que hoy en día no hay ninguna representación del sexo más pura(no en el término de depuración, sino más ajena de una visión del sexo amordazada y negativa) que los videos amateurs.
No sólo triunfan frente a las grandes producciones por el hecho de fomentar el morbo de hacer a uno pensar que perfectamente esa persona podría ser uno mismo (en donde juega, particularmente, más que la imagen, el sonido -y si no, vean videos amateurs uruguayos o argentinos y me dicen-, sino que, ínusitadamente, detrás de la grabacion, suele haber mucho amor.
Con respecto al tema de la crónica roja, que siempre suele tomar parte de esa ideología anti urbana, más allá del contenido, en lo referente a la forma de presentarla, el Fole (el periodista) es un verdadero prodigio. Creo que es el periodista más exitoso en estos últimos años (más que el superbombo de Caras Uruguay de Sarthou), por haber dejado una marca y manejar un ritmo narrativo que hace acordar a Leiseca.
lo curioso es que el porcentaje de negros en nuestra población no es bajo, de hecho debe ser muy superior al de los países europeos.
en relación a lo de "que los uruguayos se crean blancos" es bastante asombroso cómo mucha gente siempre encuentra a alguien más negro que lo hace sentirse blanco, y los asombrosos despliegues de racismo que hace esa gente; en EE.UU. conocí a una brasileña que me hizo uno de los discursos más racistas -acerca de las gangs negras de Chicago- que yo haya escuchado nunca. Era a cara de perro: "porque los negros esto... los negros aquello...". Y lo curioso es que era una mujer claramente mulata más allá de que se planchara el pelo y se lo tiñera, y que de seguro estaba a dos generaciones de un negro de textura africana. También me pasó conocer a un documentalista peruano , muy preocupado por los indios y los derechos de los indios, que hablaba tipo "nosotros no sabemos como se sienten los indios, porque bla bla bla..." Y el tipo era exactamente igual a Evo Morales (un poco más alto), pero como había sido educado en Lima, era universitario y tenía una novia canadiense, estaba convencido de que había dejado de ser indio.
el caso de Rada es complejo; yo escribí un post hace un buen tiempo sobre un reportaje a él que leí y en el cual el tipo daba a entender que el disco de Muchacha-cha le parecía una poronga y que su rol en no sé qué programa de televisión le había parecido lamentable, pero que a los 60 años recién había podido comprarse un apartamento para él y su familia. Y yo, por más que piense que el rol público de Rada, el hacer "de negro" simpático todo el tiempo es medio lamentable, me quedé pensando quién carajo era yo para juzgarlo: tengan en cuenta que es, desde hace casi 40 años, uno de los artistas más populares de Uruguay, y el tipo recién pudo comprarse un puto apartamento, algo que cualquier contador de mierda hace en sus primeros diez años de carrera... No es, como dice ama-gi un "negro de clase alta" -lo que en Uruguay es un oxímoron-, es un artista tan mal pago como la mayoría de los artistas uruguayos, y, me parece, un hombre que ha tenido que hacer cosas que no le ha gustado nada hacer. Y un músico de gran talento, como sabe cualquiera que haya escuchado seis compases de "Terapia de murga".
cambiando, (un poco) de tema, vi también lo de cámara testigo en la playa del cerro; lamentable, eso es prejuicio total, como es una playa de El Cerro fueron convencidos de que se iban a encontrar con un territorio minado, con un lugar donde había un plancha asesino al lado del otro, y se encontraron con una playa bastante canuta, que los habitantes del barrio disfrutan en una buena y que tiene un equilibrio mayor que, pongamos, Playa Honda, donde te afanan hasta el short que tenés puesto. Igual, deben estar convencidos de que fue una crónica roja.
Ahora hay mucho amateur y también “simulaciones” de amateur que resulta muy irónico. Pero más allá del grado de veracidad, lo que llama la atención es que los relativamente pocos cortes que hay en estos materiales logran transmitir una sensación de continuidad y progreso en el acto sexual que, al menos para mí, está más relacionado con un efecto erótico. Por el contrario en materiales más convencionales y de “calidad” (grabados en 35mm, bien iluminados etc), la excesiva cantidad de planos y cortes termina creando una sensación muy fragmentada se pierde un poco ritmo y de tensión. Al rato parte de eso tiene que ver con el éxito de los géneros más gonzo, sobre todo en Internet. No creo que tenga que ver con una cuestión de más o menos realismo sino de tratamiento de la imagen y de narrativa, en el sentido de que las cosas ocurren casi en tiempo real y en escenarios poco glamorosos y en ocasiones teniendo como protagonistas a mujeres que no tienen nada que ver con el estereotipo de “estrella porno” al punto de que muchas tienen el físico para ser modelos o por lo menos “glamour models”
. Igual toda la alharaca sobre el porno adquiriendo respetabilidad e ingresando al mainstream es un poco exagerada. Solo basta con ver el repulsivo tono picarón y a la vez moralista con la que se aborda el tema en cualquier noticiario. Ahí se ejemplifica de nuevo el tema del post, pero igual pienso que nunca existirá una pornografía liberada del moralismo, la culpa o la trasgresión porque sin esos elementos no funcionaría, al menos en una sociedad capitalista
Con respecto al tema del racismo, y lo que comenta Benito sobre el documentalista indio que no se creía indio, pienso que en un país como Perú que todavía conserva un porcentaje de población indígena con formas de vida muy diferentes a las de un centro urbano como Lima, una persona de formación urbana relativamente “occidental” termina estableciendo una distancia que quizás es prudente, para así no hablar desde un lugar que no le corresponde, aún a pesar de que étnicamente no es diferente a un Aymara, por decir algo. Claro que eso no justifica el no creerse indio, pero tampoco se puede perder de vista que la etnia es algo contingente, no es la “verdad” de una persona, aceptar esto en cierta manera es rechazar el racismo.
Igual en estas regiones siempre va ser siempre un problema porque está muy integrado en los mitos fundacionales de un montón de países latinoamericanos ( a pesar de toda la retórica del mestizaje)y por ende en la identidad nacional de éstos
sí, el racismo a la uruguaya es una herencia del sistema de castas colonial español que clasificaba a toda la población en una nomenclatura infinita de mestizaje conformando un triangulo isosceles con el blanco en la punta alejada, el negro en la otra y el indio en la otra.
Entonces te casabas con alguien de otra casta y dabas un paso atrás o adelante en el sistema de castas de acuerdo a tu cercania con lo blanco. Entonces un cholo se siente blanco frente al indio porque esto además se articula con el sistema de clases sociales. En brasil, las rubias (y las teñidas de rubias) se dejan pelos en las piernas porque las indias son lampiñas y no vayan a pensar... El absurdo además es llegar a la "ceguera racial".
Esto, creo, hace que el racismo latino sea mucho más sutil y más intrincado, aunque quizá menos cruel que el sajón, donde el linchamiento de negros fue un hábito festejado hasta principios de los sesenta y el apartheid permanece en lo más hondo de la sociedad. Condoleeza por suerte nos ayuda a entender que cualquiera puede ser una mala persona.
Y estoy de acuerdo con lo que dice Benito sobre Rada, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
cotox, por lo que sé, creo que la pornografía es precisamente la fragmentación y descontextualización (en planos y en tiempos) de la actividad sexual. Entonces quizá sí se puede decir que grabar un polvo en tiempo real está más alejado de la pornografía en su sentido estricto.
Pero es cierto lo que decís en el sentido de que el capitalismo y su estímulo por el flujo constante de capital permite una flexibilidad que extiende y modifica los límites del género pornográfico. Hay subgéneros estéticos (se mencionaron algunos aquí) dentro de la pornografía y supongo que el porno casero es uno más.
Creo que el género pornográfico temáticamente se fue desfragmentando, mientras que estéticamente se fue privilegiando las grabaciones en una sola toma.
Con respecto a la trama, en general hay una fragmentación progresiva hasta dejar a la película sin historia en sí. Creo que esto es un efecto de la diferente comercialización del porno en sí, privilegiándose la venta en internet, siendo necesarios videos menos pesados (por lo tanto, más cortos). Hoy en día no se suelen bajar películas, sino más bien escenas. Es en este punto que bangbros y realitykings fueron desplazando a Vivid, que vendría a ser la WB del porno hace unos años. Creo que el acortamiento y difuminación de la trama responde a esto y la consiguiente ruptura de lazos de sangre con el cine en sí (la película Boggie Nights muestra claramente el pasaje de las primeras pornos, mucho más glamorosas y cinematográficas al oscuro mundo del videotape). En sus comienzos, los directories al hacer la película seguían en deuda con las reglas del cine en sí y se procupaban en crear una historia (por más que todos sabemos que en la mayoría de los casos muy rudimentarias).
Raymond Lefevre en su trabajo: "El porno no ha alcanzado su edad de oro", trata sin embargo de establecer una distinción exclusivamente fílmica con su teoría de la "estética del close up". Dice que lo que separa, en el cine, al erotismo de lo pornográfico es la eleción entre el plano medio, usual en las escenas eróticas, y el close up, muy empleado en el cine porno. Más que un problema estético, es una cuestión de mirada porque el plano semi general simula y el close up revela. Por eso el porno aseguró el triunfo del close up y logró que el sexo perdiera ese misterio preservado por el puritanismo. Pero el close up es eficaz en la medida en que la duración de la visión es limitada porque el espectador no resiste la "hipertrofia de la duración".
La continuidad visual en las pornos y su éxito se explica en la capacidad de poner al espectador en los zapatos del protagonista, encontrándose su máxima expresión no tanto en las gonzo movies (que es como un formato entrevista, en el que no hay mucha preocupación por la imagen y generalmente la acción involucra a la actriz, el actor y un camarógrafo), sino en las P.O.V. (point of view), que suelen involucrar solo a dos, la actriz y el actor, que a la vez hace de camarógrafo. Creo que este éxito es una gran herencia de las amateurs, siendo, en sus comienzos, tal como lo dice cotox, películas profesionales que simulaban ser amateurs.
Benito, creo que no me entendiste. Cuando dije lo del negro de clase alta me refería al papel que hace Rada en La oveja negra, y no a su condición en la vida real.
En los años 80, la serie encarnada por Bill Cosby también suscito muchas criticas similares. En la serie la familia afroamericana esta constituida por dos padres profesionales (ella abogada, el médico) con un buen pasar y que vivían en un barrio bien posicionado. En realidad, era como una intención de decir "miren los negro también podemos ser prósperos y exitosos".
El caso de Cosby es complejo; cuando yo lo veía en la tele me parecía un Tio Tom total, un tipo que quería ser blanco más que Michael Jackson, pero cuando lo estudié más a fondo -al interesarme en la stand up comedy (Cosby es el Louis Armstrong de la stand-up)- descubrí que es un tipo muy matizado, que cree a fondo en la educación como forma de ascenso esencial de los negros en la sociedad yanqui, pero también un férreo militante en relación a sus derechos. Eso sí, un gran enemigo de la cultura gangsta, lo cual en realidad no es criticable.
Lindo post....tengo para agregar que la television en cuanto a programacion en general es malisima....solo veo peliculas y alguna qeu otra serie fuera de lo comun, pero si uno se pone a pensarlo son todas casi iguales y meten una que otra variacion de algo. Si no esta todo inventado al tele te lo hace creer. Ya ni los noticieros miro me dan asco y no informan. Por lo cual he optado en reducir al maximo ver television....
Daba para hacer un analisis tan extenso de un producto marketinero y pedorro como mujeres asesinas?? tu analisis tranquilamente se puede trasladar a toda la tv en si.
TVR tambien es un garcha....
solo podemos vivir de repeticiones de todo x 2 pesos y okupas
PD: agunate el negro rada el tercer mejor musico qeu dio el uruguay, claramente despues de, priemro Mateo y segundo el Fatto(hugo).
Lei varias pelotudes encuanto al racismo en el post...ni ganas de ponerme a discutir.
Benito:
No había visto la serie de Cosby de esa forma pero puede ser. En todo caso esa lectura fue posterior porque cuando tenia 10 o doce años y la veía me cagaba de risa del histrionismo del negro.
Jorge: No creo que nadie discuta la calidad de Rada como músico. Creo que se discute los efectos en términos de imagen que da Rada en otros ámbitos.
agustín, es cierto lo que decís de bad lieutenant y la capacidad del tipo para transmitir el efecto de la droga, esa reducción del cono de visión, esa inestabilidad, ese color. Seguramente luego de tu reseña no voy a ver Spun, ya me cansé.
Pero me quedé pensando en otras películas sobre drogas, y me acordé de Fear and Loathing in Las Vegas, una película que a pesar de la crítica indiferente que tuvo me pareció muy buena y verosímil para describir el "efecto", principalmente en los cortes del tiempo, las amnesias totales del protagonista.
Principalmente me gustó mucho porque al final todo se va transformando en lo que es, es decir una reflexión desde hoy sobre el mundo romantizado de los sesentas y su sicodelia, sobre el empleo consumista de esa época de la que sólo se han extraído, dealers, sobredosis, corrupción y, en el mejor de los casos, estéticas. O quizás, una vez que se abrieron nuevas puertas de la percepeción, ya no se pueden cerrar y nos modificamos del todo y ya no nos dimos cuenta.
Lo que quería decir es que a lo mejor esa crítica, mejor dicho esa nostálgica y desencantada (creo) visión de los sesenta de F&L esté también en tu crítica a las películas sobre drogas y más generalmente al consumo de drogas en una sociedad de consumo, valga la redundancia.
Cuando se introduce la palabra "aguante" en una discusión, o en una simple conversación, la misma deja de existir o al menos de interesarme en lo más mínimo....
Me parece mucho más lograda que 9 songs, al fin y al cabo obra de un director bienintencionado pero horrible como Winterbottom, la encantadora Shortbus de James Cameron Mitchell. Una película que me gusta a pesar de tener porno homosexual explícito en la misma, sin dudas que me merece todo mi respeto.
Fear & Loathing in Las Vegas fue muy subvalorada en su momento, porque Terry Gilliam está muy pasado de moda desde hace un tiempo (lo cual es un crimen, porque es un auténtico genio). Hay detalles de la percepción drogada que fueron capturados en esa película mejor que en ningún otro lado -lo cual prueba que Gilliam debe haber sido un gran drogón- y que no son caricaturescos, como debe haber pensado mucho crítico careta. Hay dos perfectos; uno cuando llega Thompson/Depp al hotel colocado de mescalina y éter y , deformada la vista por un gran angular, ve a la recepcionista a unos quince metros, pero de pronto esta le habla y está al lado...., la otra es la forma aparatosa de caminar de estas dos fichas en el parque (y al llegar al hotel también). Cualquiera que se haya pasado de ketamina o algún alucinógeno que altere los patrones del movimiento sabe que eso pasa y que caminás exactamente así.
Es una gran película, un poco over the top, como casi todas las de Gilliam pero que, contrariamente a lo que dijeron en su momento los gansos de los críticos, no pierde ese punto emocional culminante, que es la reflexión de Thompson sobre el fin de los 60. Por suerte el tiempo le está haciendo justicia y se le está reinvindicando.
Y a todo esto, soy un gran admirador de Bill Cosby (le recomiendo a todos los que dominen el inglés que se bajen sus discos de comedia, no son chistes, son historias a lo Landriscina sobre su familia, totalmente hilarantes y totalmente entreñables, contadas con un timing como sólo un músico de jazz como Cosby puede), y de buena parte del trabajo de Rada. Lo que pasa es que son artistas con actitudes polémicas y es imposible hablar de ellos en términos de "aguante" (bah, es imposible hablar de nadie en términos de esa palabra) o de blanco y negro, sin ironía esto último.
Fear and loathing está muy buena, aunque me gustaría leer el libro para extraer mayores conclusiones. La escena del bar lleno de reptiles me pareció tremendamente impresionante, ya que curiosamente era una imagen bastante recurrente de cuando era chico (cuando era chico solia dibujar a cocodrilos haciendo actividades cotidianas como andar en bicicleta, tomar en un bar o jugar al fútbol, vaya uno a saber por qué).
Creo que el tema de por qué la mayoría de películas sobre alucinógenos no están entre mis películas favoritas del género (me sale al recuerdo Estados alterados, película que todavía no logro descifrar por qué no me gustó), es debido a que yo prefiero el tema del drama de una adicción en sí que los intrincados solipsismos del comsumidor
Shortbus me gustó mucho, sobre todo esa idea de los apagones como si fuera una especie de representacion de la libido obturada de la protagonista.
También, la escena en que la dominatrix confiesa cual es su verdadero nombre, me parece un momento tan gracioso como genial
La única discrepancia que tengo es sobre la actriz protagónica, que a diferencia de la mayoría del elenco, me parece que no está a la altura de las circunstancias
el tipo caminando por el parque es descacharrante. No puedo decir que es una de las grandes películas de Depp, porque para mí siempre le sale bien todo, pero creo que es una de las grandes películas de Del Toro.
Hay otra película que reflexiona también muy bien, creo, sobre los sesentas y setentas (desde los noventas) que es la gran The Big Lebowski. The dude, ex militante estudiantil, ya no cree en nada pero reúne la poca fuerza que le queda para entender un mundo absurdo que sobrevino demasiado rápido (o que siempre había estado ahí). También está Goodman como veterano de Vietnam (y en qué estado). Junto con F&L, no sé si hay otras tan honestas y sutiles para mirar ese período.
sobre estados alterados, por lo que recuerdo empieza bien pero después se va completamente al carajo cuando el tipo muta en un antropoide y se refugia en un zoológico, una cosa ridícula, como si el director se hubiera muerto en la mitad de la película y hubieran puesto a otro.
agustín, en esto no estamos de acuerdo: yo prefiero los intrincados solipsismos del consumidor al drama de una adicción. Por eso tengo mis reparos con Trainspotting. Tiene una corriente subterránea de political correctness --que aflora en ese vaso de agua final-- que no me convence del todo.
No es que esté totalmente en contra de la corrección política (y esto es otra discusión), pero quiero decir que hay algo medio solapado en Trainspotting, aunque admito que mi incomodidad pueda ser un asunto generacional.
The big Lebowski es una película gigante y que ciertamente debe ser de lo mejor producido en los noventa.
En mi grupo de amigos es prácticamente el verbo encarnado (de ahí viene el nombre de el fino/the dude)
Todos los personajes son sencillamente geniales, sobre todo Goodman, que representa un tipo de persona que se repite en varias películas (el del veterano de guerra) pero sin tal patetismo.
Ahora que menciona lo del antropoide (algo de lo que prácticamente me habia olvidado), puede ser que mi disgusto por Estados Alterados esté bastante justificado.
La última lista de cosas que dice que quiere Renton, para la mayoría de las personas es como si Boyle hiciera una tregua con la moral en el último round de la película, pero para mí es más unos puntos suspensivos, como una idea de lo evanescente del deseo de Renton.
O sea, no me parece un final tan esperanzador como mucha gente lo lee.
No puedo creer que tras casi 20 dias de vacaciones, vuelva a entrar a este blog justo en el momento en que Astllr trae a colación una de los mejores retratos impresos sobre celuloide. Como dice AEAK, este sobrenombre proviene de una extraña traducción al castellano del nombre del personaje de Jeff Bridges, the Dude.
Muy buen post, AEAK, mas de una charla le hemos dedicado a esta tendencia pansexualista que tienen algunas series argentinas y (a veces tambien) series como Desperate Housewives, donde la tintura no es tan cruda como en tiempo final, pero donde sin duda el sexo es el billete de más valor en la cartera de estas mujeres.
Lei vagamente los coments porque llegué tarde al debate, pero no creo que las observaciones de Astllr o Benito o mismo AEAK impliquen critica alguna hacia Rada.
La manera en la que se maneja la figura de Rada, en tanto exponente musical y pretendido actor, a tomado caminos escabrosos e indeseables, que no hacen mas que describir la clase de público a la que se apunta siempre que se recurre a alguien tan popular para producir algo en television. "La oveja negra" ES una alusión racista, podrían hacerse muchas otras interpretaciones, pero no perdamos de vista una cosa: la serie está dirigida a una masa de televidentes cuya única exigencia para con la serie es que sea uruguaya y graciosa, punto. No creo que la idea original deje mucho espacio a reflexiones de gran trasfondo socio-cultural. Por lo que he visto, el personaje dibujado para Rada está teñido por el mismo bufonismo que el que supo interpretar en Gasoleros hace muchos años.
Casualmente, en este momento estoy bajando Altered states (digo "casualmente" porque la busqué y empecé a bajarla ayer o anteayer, antes de leer que se la mencionara en estos comentarios.
La vi por primera vez hace muchos años y si me resulta muy interesante es por el asunto de la experiencia psicodélica, cuestión que he mencionado varias veces en mi blog como una materia pendiente. Sin embargo, estoy de acuerdo en que, a partir del momento en que el tipo tiene esa regresión a un estado prehumano, la película se va bastante al carajo. Algo así como el quiebre abrupto a mediados de From dusk till dawn, pero involuntario por parte de Russell y sin el humor de Tarantino y Rodríguez. (No leí la novela de Paddy Chayefsky en que se basa la película, así que no sé si el libro incluye ese asunto del antropoide o es un agregado que le hicieron al filme.)
Creo, además, que Altered states, aunque en cierto sentido y parcialmente pueda considerarse una película "de drogas", no es "de drogadictos", ya que el personaje que encarna William Hurt es un científico que consume peyote y se enclaustra en una cámara de aislamiento como parte de un proyecto de investigación y en ningún momento se hace "adicto" a ninguna sustancia.
Por eso creo que no corresponde clasificarla junto con, por ejemplo, Trainspotting.
En cuanto a The big Lebowski, es una de las películas de los Coen que he visto más veces y a la que, incluso, le dediqué un par de entradas: Un filme, café, marihuana, LSD, Rusia e Irlanda y Dude-ify your life.
walter, por lo que recuerdo, el científico se vuelve completamente adicto, puede llamarle si quiere "adicción al conocimiento" o lo que sea, pero es una adicción por la cual va dejando toda su vida por el camino. Es un estado de bienestar supremo, de iluminación completa. Pero bueno, ud. me lo dirá mejor cuando termine de bajarla.
con respecto a the dude, sí, me parecía una traducción caprichosa la de "fino". En el dicionario uno puede encontrarlo como mequetrefe o caballerete, pero creo, por lo que he oido y en las circunstancias en que lo he oido, que es más genérico, simplemente como sinónimo de "tipo". Cuando The Dude dice todo el tiempo "the dude abides" yo siempre lo entendí como "el tipo aguanta".
astllr: Bueno, yo me refería a que el tipo no se hace adicto a ninguna sustancia. Quizá le pase eso que decís, de hacerse adicto a alguna otra cosa, aunque yo ahora no lo recuerde. Veré cuando termine bajar la película y la vea otra vez.
En cuanto a lo del Dude, sí, tiene el sentido de "petimetre", aunque es una acepción más bien antigua, y hoy en día puede traducirse acertadamente como "tipo".
El verbo "to abide" tiene el sentido de "aguantar" o "tolerar", sí, pero también el de "acatar" o "cumplir", y no estoy muy seguro, ahora, de cuál usaría yo para traducir (aunque me inclino por el segundo).
fino:
Concuerdo con lo de los mensajes dobles que se mandan en "Desperate housewives". Son tan, o peores que los de Mujeres asesinas, solo que por su formato comédico y anhelos PG, se quedan a medias tintas con respecto a la serie argentina.
Desperate Housewives Argentina: eso ya es otro tema aún peor (ahora que me pongo a pensar, más allá de que no es una tipa que me cae particularmente mal -sin mencionar sus atributos estéticos- Araceli Gonzalez estuvo alrededor de lo que más he odiado -televisivamente hablando- en estos últimos años).
astllr:
Interesante su apreciación sobre la adicción al conocimiento. En esa lectura, Altered States es la epítome de las addiction movies
walter:
Todos los films que llegan a Uruguay deberían ser traducidos por usted, para que de una vez por todas "deepthroat this" no signifique "maldito seas"
Agustín: Yo siempre dije lo mismo. No porque así las traducciones fueran muchísimo mejores (aunque no se precisa esforzarse mucho para traducir muchísimo mejor que como lo hacen los animalitos de Dios que suelen infligirnos sus chantadas), sino porque, en ese caso, mis ingresos serían considerablemente mayores* (posibilidad que me entusiasma sobremanera y apoyo fervorosamente).
* Y mis magros ingresos no precisan mucho, tampoco, para ser considerablemente mayores.
entonces podría ser algo así como cumple y aguanta a la vez, algo así como "el tipo encara"...
Altered States es una película que quiero ver hace mucho tiempo, igual que Videodrome. Ambas me producen particular intriga, posiblemente no las haya visto con la idea de seguir jugando con lo que supongo deben ser estos filmes. Otras películas como "El Pájaro de las Plumas de Cristal" o "Fargo" me producían la misma expectativa y terminaron resultándome dexcepcionales.
En lo que concierne a Videodrome, no me motiva mucho enrollar en los cabezales de mi casi videocassetera (incipiente artículo de colección) a la gastadísima cinta del ejemplar de Cinemateca.
Por el gesto que hace Jeff Bridges al final de la película, y por el obvio carácter emblemático de la frase, me inclinaría más por "...el Tipo lo aguanta todo..." o, en un plano más callejero, "...el Tipo se maneja..."
fino:
Dexcepcionales debe ser uno de los mejores neologismos que construímos en conjunto. Es un adjetivo al que le veo mucho futuro, sobre todo por la cantidad de cosas dexcepcionales que hay por la vuelta
Walter:
Hace un tiempo estaba viendo Tacones lejanos en donde Carmen Maura doblaba películas en inglés, y sólo dos días después vi un documental interesantísimo que lo perdí completamente sobre una verdadera compañía española que dobla películas porno desde hace veinte años.Las entrevistas estaban muy bien llevadas y cada una de las personas eran realmente increíbles. Creo que no habría una persona más idónea como usted para tal labor. Sky is the limit.
Y si nos ponemos un poco planchas, no podría ser "El pelau se recata"?
Elfi: El diálgo al final de la película, entre Sam Elliott (The Stranger) y Jeff "Dude" Bridges es el siguiente:
-Take it easy, Dude.
-Oh, yeah!
-I know that you will.
-Yeah, well ... the Dude abides.
En realidad, aunque dije que me inclinaba por traducir "cumple", ahora estoy en un indeciso equilibrio entre esa posibilidad y algo así como "aguanta". Para llevar la balanza a uno o otro lado, debería volver a ver toda la película para analizar los demás casos en que el tipo dice la frase.
Kano: Oh, God! Yes, yes yes!
En cuanto al neologismo ese, ta muy inspirado. Me parece bastante probable que lo adopte (con licencia, claro).
Si lo entiendo cabalmente y en el caso de tener que prafrasearlo, diría: "Pa ser uruguayo/a no está mal; de hecho, para ser uruguayo ta tirando a muy bien. Pero".
Ese es uno de los muchos que se le pueden encontrar a la palabra dexcepcional.
Con El fino en un reciente viaje a La Floresta hicimos una lista mental de varios usos que se le podían encontrar
Hace ya mucho que deje de ver televisión, sea cable o nacional.
Solamente espero el regreso de la banda ancha para poder descargar series y películas como debe ser.
Quería comentar un poco sobre lo de lo peruano: el racismo en la sociedad peruana es algo muy marcado, yo diría que, aunque solo sea porque las proporciones son mayores, más que en la uruguaya.
En el Perú la gran mayoria de la población es mestiza, con predominancia de rasgos indígenas. Y sin embargo se desprecia mucho la choledad (cholo es el término que se usaba en la colonia para describir al hijo de indio con español).
Conozco a mucha gente para la cual el peor insulto posible es decir "que cholo eres". Y a muchos cholos que cholean.
Sin embargo, en el Perú se suele diferenciar al cholo del indio. El cholo forma parte de la sociedad, yo diría que ES la sociedad peruana. El indio aún se encuentra en la periferia. La falta de comunicaciones y de recursos lo mantienen allí.
Es probable que a eso era a lo que se refería el cineasta que menciona Benito.
En sugerencia a su visita, le envío un cuento el cual me parece apropiado al título de su blog, quzás usted ya lo conozca;
http://www.cinefantastico.com/terroruniversal/ficcion/index.php?t=cuentos&id=331&mode=cuento
http://www.cinefantastico.com/
terroruniversal/ficcion/index.php?
t=cuentos&id=331&mode=cuento
No conocía el cuento. En realidad, el nombre de este blog, en mi caso particular, está inspirado en una máxima dadaista que había leído por primera vez en Rayuela (estoy casi seguro de que era mencionada de paso en el capítulo de los tablones).
Después de un tiempo, quedando parcialmente olvidada, la volví a leer en un libro de historia de las vanguardias artísticas del siglo XX, lectura que justo coincidió con la creación de este blog (y la idea que tenía de este).
A porpósito de "Terapia de murga", que mencionaba Benito: temazo. Cancionaza.
De lo que más me gusta del tipo, junto con "Las manzanas", "Candombre para Gardel" y la desopilante versión de "Guantanamera".
Muy buen post, estimado.
Iba a comentar cosa por cosa pero seguramente me canse y cierre todo.
Lo mejor, la conclusion de la sprite o fanta para gente que no quiere ser perfecta, laverdad tenes razon.
Llegué recién al blog y está muy bien, congrats.
No tengo mucho que decir de este topic que no se haya dicho así que vuelvo al de los mejores videos musicales: si son fans de cunningham tienen que ver "Sheena is a parasite" de The Horrors YA (aunque si son fans de cunningham seguramente ya lo hayan visto, duh)
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